Oracle contra Hacienda: acumula casi 19 millones en multas que prevé recuperar

  • El gigante del 'software'  mantiene pleitos ante diferentes multas por el Impuesto de Sociedades pagado en los últimos años a través de su filial.
Sede central de Oracle.
Sede central de Oracle.
EFE

Es una de las tecnológicas que más pleitos acumula con la Agencia Tributaria en España. Y, al menos por ahora, los seguirá manteniendo. Oracle Ibérica, la filial española del gigante tecnológico del ‘software’, contempla 19 millones de euros en su balance procedentes de diferentes sanciones recurridas en los últimos años en los tribunales.

La sociedad ha estado durante años bajo la lupa de la Agencia Tributaria. Y es la que más ha pasado por caja tras las inspecciones. El último pago que ha llevado a cabo es de 18,9 millones de euros. Pese a haberse rascado el bolsillo, cree que la Justicia le dará la razón y, por tanto, los mantiene entre los activos fiscales.

En la memoria de las recién presentadas cuentas de su ejercicio fiscal 2017, que concluye en el mes de mayo, coloca esa cantidad en el epígrafe de ‘Otros créditos con las Administraciones públicas a largo plazo’. Son sanciones abonadas pero recurridas ante la Audiencia Nacional o el Tribunal Supremo y que confía recuperar.

¿Por qué contemplarlos como activos? "Considera que ganará todos los recursos interpuestos o pendientes de interponer", apunta. ¿Y si no es así? Los importes desembolsados serán compensados por la matriz que tendría que abonarlos para equilibrar su balance.

Una primera victoria

La empresa ya logró una primera victoria. En el ejercicio anterior, dio de baja un activo de casi 54 millones de euros, que se pagaron procedentes de diversas investigaciones de Hacienda por el Impuesto de Sociedades y el de No Residentes de los ejercicios desde 2008 a 2011. Aunque no se daba ninguna explicación en la memoria, todo apunta a que se trata de que son batallas ganadas en los tribunales.

No sería el único triunfo de la empresa. El Tribunal Supremo sentenció hace casi un año la prescripción, por el retraso en la investigación por parte de la Agencia Tributaria, de un acta de liquidación de 9,9 millones de euros.

Su estructura fiscal

La compañía opera en España con una filial que arrancó su actividad en el año 1986. En aquella fecha, la matriz de la que dependía era la estadounidense (Oracle Corporation). Fue a partir de 1997, cuando pasó a depender de Oracle Emea Holdings, con sede en Irlanda, que hoy controla el 75% de las acciones.

Con esta sociedad irlandesa, que gestiona buena parte del negocio internacional, suscribió un acuerdo de distribución de todos los productos digitales, por el que la española actúa como comisionista, al igual que sucede con otras tecnológicas como Google o Facebook. El objetivo último: reducir al máximo su factura fiscal. La filial local ha de pagar los 'royalties' para explotar la propiedad intelectual de ese 'software' distribuido, que está en manos de la irlandesa.

La inmensa mayoría de sus ingresos proceden de este contrato como comisionista. Por ejemplo, en el último año fiscal, de los 202 millones de euros declarados, 179 millones correspondían a ese trabajo de distribución de 'software', principalmente, enfocado en la nube. ¿Y el resto? Los 22,7 millones se lograron con su trabajo de consultoría con su equipo local (buena parte de ello llegó a través de terceros).

28 millones de dividendo

Al margen de sus batallas judiciales, Oracle cerró el ejercicio con el reparto de un dividendo extraordinario de 28 millones de euros. Es la primera vez que sucede, al menos, durante los últimos cinco años de actividad de la compañía. ¿De dónde salió ese dinero? No procedía de las reservas voluntarias, sino de la prima de emisión acumulada en las diferentes ampliaciones de capital. Se abonó en efectivo al 31 de mayo de 2017, según queda reflejado en la memoria anual.

El destino de ese dinero fue, principalmente, Irlanda. Y es que, el 75% de las acciones de la filial española están en manos del hólding irlandés. ¿Y el resto? No queda claro en la memoria si se repartió entre el resto de accionistas.

Más allá del dividendo, la sociedad elevó un 3,9% los ingresos, después de que en el ejercicio anterior se mantuvieran planos. Ha superado por primera vez la barrera de los 200 millones de euros de ingresos. El resultado de explotación se ha desplomado desde los 8,7 millones a los 1,5 millones. Y la razón hay que encontrarla en un fuerte incremento "como consecuencia de un incremento en gasto de personal y otros gastos", apunta la empresa.

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