Orange paga un bonus de 8 millones a su cúpula española tras superar a Vodafone

  • La operadora aprueba un nuevo plan de incentivos que se pagará en 2020 y para el que ya ha provisionado 4,6 millones de euros.
Laurent Paillassot es CEO de Orange desde octubre de 2015.
Laurent Paillassot es CEO de Orange desde octubre de 2015.
EP

Orange logró superar a Vodafone como segundo operador por ingresos durante el tercer trimestre de 2016. Y la tendencia se mantuvo durante el año siguiente. La evolución positiva de la compañía ha permitido a la cúpula española cobrar un bonus de algo más de 8 millones de euros. Ahora, la operadora ha aprobado un nuevo plan de incentivos que se pagará en 2020 y para el que ya ha provisionado 4,6 millones.

La compañía aprobó un plan de incentivos en el año 2014, año en el que sacó la chequera para hacerse con Jazztel por 3.400 millones de euros. Estaba vinculado al cumplimiento de ciertos objetivos para el periodo comprendido desde ese ejercicio hasta el año 2016. Según queda reflejado en la memoria anual de Orange Espagne, la matriz española de la teleco gala, recién presentada en el Registro Mercantil, se abonó durante el pasado año.

En concreto, en los ejercicios anteriores “se externalizaron a una entidad de seguros 8,19 millones de euros destinados a satisfacer los incentivos devengados”. De ellos, 3,3 millones correspondían al año 2016 y 4,8 millones a los de 2015 y 2014. Las cantidades fueron satisfechas a sus beneficiarios, en su mayor parte, durante 2017. Orange contaba a cierre de año con 49 directivos de alta dirección, frente a los 29 de un año antes.

Este premio llega después de que Orange haya conseguido superar a Vodafone como segundo operador de telecomunicaciones por ingresos, por detrás de Telefónica. La primera vez que sucedió fue el tercer trimestre del año 2016. En el ejercicio fiscal 2017 de Vodafone -que va desde el el 1 de abril de 2017 al 31 de marzo de 2018-, ésta registró una ligera caída de ingresos hasta los 4.978 millones de euros. En el año natural 2017, Orange elevó su cifra de negocios hasta los 5.371 millones.

Este ya está cobrado y ahora la empresa ha puesto sobre la mesa un nuevo plan. Está destinado, al igual que el anterior, a “ciertas personas clave” de la empresa en España y vinculado al cumplimiento de determinados objetivos, principalmente financieros y comerciales. El periodo está comprendido entre 2017 y 2019 y se pagará en 2020. A cierre del año pasado, la matriz provisionó ya 4,6 millones de euros en función del grado de consecución hasta la fecha.

Un bonus para toda la plantilla

A este plan hay que sumar otro que la operadora acordó con el comité de empresa, liderado por Comisiones Obreras, para todos los empleados del grupo, incluyendo los trabajadores de Orange, Jazztel, las tiendas o las plataformas de telemarketing. Afecta a los casi 7.000 empleados.

El periodo de consecución de objetivos comprende los años 2016 y 2019. Está ligado principalmente a lograr unos determinados niveles de resultado bruto de explotación (Ebitda). En el mejor de los casos se pagaría el 7,5% del salario bruto fijo anual -excluyendo variables- de cada empleado.

Según confirmaba el sindicato el pasado mes de febrero, la plantilla al completo del grupo recibió un bono del 6,6% del salario bruto fijo anual de cada trabajador. ¿La causa? Había alcanzado el 110% del objetivo de Ebitda previsto. El pago se llevó a cabo en la nómina de ese mes. El año 2014, en el anterior bono negociado, fue el que mayor retribución extraordinaria repartió en la plantilla: el 8,8%.

De este bonus para la plantilla no hay mención en la memoria anual de Orange Espagne. Se incluye, por tanto, en los gastos de personal que en el año 2017 ascendieron a 216 millones de euros. Es un recorte muy significativo respecto a los 320 millones de un año antes. ¿La razón? En 2016 se incluyeron los costes derivados del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) derivado de la compra de Jazztel y del programa de prejubilaciones voluntarias.

La guerra de precios, como riesgo

La empresa, por otra parte, señala entre los riesgos del negocio la “intensa competencia” en precios y ofertas entre los tres grandes operadores, intensificada, según asegura, por la “actuación ‘low cost’” de los operadores móviles virtuales como de otros operadores alternativos del grupo Másmóvil. Este contexto sigue provocando a futuro “una cierta presión sobre los precios” de los servicios de telecomunicaciones y un riesgo de estancamiento de los ingresos totales.

La otra gran espada de Damocles que señala el operador galo es la generalización de las tarifas planas de datos y el abaratamiento de los precios por minuto en voz. Entiende que se anticiparon a la demanda, lanzando las primeras tarifas planas “y ha podido compensar este impacto tanto por el aumento de la base de clientes como por el aumento generalizado de los usos de acceso a internet y ofertas convergentes”.

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