En busca de la "paz social"

Ouigo se abre a pactar un convenio con su plantilla tras las quejas de los maquinistas

Sigue los pasos de Iryo y negociará un convenio de empresa ante la falta del sectorial que regule las condiciones laborales de su personal. La operadora francesa busca fijar "una base sólida" tras implementarse en España.

Helene Valenzuela Ouigo
Helène Valenzuela, directora general de Ouigo España
Ouigo

La cúpula directiva de la operadora ferroviaria Ouigo y su comité de empresa han acordado hoy iniciar las negociaciones para acordar un convenio colectivo de empresa que permita regular las condiciones de su plantilla en España, después de que en las últimas semanas se hayan sucedido las reclamaciones de maquinistas y resto de personal de dotarse de un convenio que permita regular sus condiciones laborales. 

Según un comunicado remitido por la compañía, una vez superada la fase inicial de lanzamiento del proyecto —a falta de ejecutar su llegada a Andalucía en 2024—, tratará de "responder a las necesidades específicas de las personas trabajadoras y de su negocio, fomentando la adaptabilidad futura y el éxito de la empresa a largo plazo".  La primera reunión ha tenido lugar esta mañana. 

"La compañía quiere establecer una base sólida para una colaboración mutuamente beneficiosa a largo plazo y se compromete a mantener una comunicación abierta y transparente durante la negociación, así como una actuación de buena fe para llegar a acuerdos beneficiosos para toda la plantilla", añaden. 

Iryo también negociará un convenio propio

El anuncio de este inicio de conversaciones llega unos días después de que la otra operadora privada, Iryo, también se abriese a negociar la regulación de las condiciones laborales de sus maquinistas con el sindicato mayoritario, Semaf, después de conocerse que la falta de personal de conducción disponible para el verano ponía en riesgo sus servicios planificados. 

Esta falta de personal, que ambos actores sufren desde hace varios meses, coincidiendo con sus planes de expansión, ha causado molestias en el colectivo de maquinistas, que han denunciado que las empresas están incumpliendo los descansos a costa de ofrecer 'horas extra' a sus empleados. 

El pacto alcanzado en Iryo incluye una planificación de las jornadas de trabajo que garantice y respete las jornadas máximas de trabajo y conducción o los descansos diarios y semanales. Esta planificación será incluida en el futuro Convenio-Franja, mismo instrumento que el anunciado hoy por Ouigo, cuya negociación arrancará próximamente en una comisión negociadora. 

Los requerimientos de los trabajadores aceptados por la dirección de Iryo incluyen el cumplimiento de las normas de formación del personal de conducción, el diseño de un plan de igualdad y "dar solución a las jornadas intempestivas", facilitando plazas de aparcamiento para el personal con horarios nocturnos o, en su defecto, que la empresa disponga de un servicio de taxi para trasladar al personal a su domicilio. 

Las distintas reclamaciones lanzadas por el personal de las operadoras privadas tienen su origen en la falta de un convenio colectivo sectorial que establezca las condiciones mínimas de trabajo, actualmente reguladas por Ley. A día de hoy, buena parte del personal ferroviario que trabaja en empresas privadas tienen sus contratos vinculados al convenio de la construcción, dado el vínculo que existía entre la ejecución de nuevas infraestructuras ferroviarias. 

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