La hotelera recurre

Países Bajos reclama 12,9 millones a NH tras vender su hotel de lujo al fondo Axa

La compañía española dominada por la tailandesa Minor acuerda con el comprador asumir el conflicto judicial. El proceso se recurrió el pasado mes de junio tras una primera negativa de los tribunales.

Fachada del Hotel NH Leganés, en Leganés, Madrid (España)
Fachada del Hotel NH Leganés, Madrid (España)
Europa Press

La millonaria venta del hotel The Grand Krasnapolsky, en Ámsterdam, por parte de NH a un consorcio de inversores liderado por la división de capital riesgo de Axa se ha transformado en un auténtico periplo para la cadena hotelera. Pese a cerrar la operación por 157 millones y anotarse 42 millones en plusvalías, la Hacienda del país europeo quiere recibir aproximadamente 13 millones de euros por la transacción. La reclamación por impuesto de transmisiones patrimoniales lleva años sin cerrarse, lo que ha provocado que los intereses por demora engorden la factura al fisco neerlandés. Con todo, la compañía española todavía confía en darle la vuelta al proceso en los tribunales.

El conflicto se remonta al verano de 2013. Ese año, la compañía, todavía fuera de la propiedad de la tailandesa Minor, transfirió a través de su filial holandesa NH Hoteles Participaties su establecimiento The Grand Hotel Krasnapolsky de Ámsterdam. El precio bruto acordado superaba con creces al de la adquisición llevada a cabo tras una OPA en el año 2000, según informó en junio la compañía en un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). A final de año, la compañía concretó que la operación se había cerrado con la venta de dos sociedades: Krasnapolsky H&R Onroerend Goed BV y Expl. mij. Grand Hotel Krasnapolsky BV.

No obstante, NH decidió seguir vinculada al negocio y firmó con el consorcio internacional de inversores un compromiso a 25 años para mantener la explotación del establecimiento. Dicho hotel, que todavía está siendo gestionado por la compañía española, encara ahora su transformación. Pasará a estar bajo la marca Anantara Hotels, de Minor, al igual que otros hoteles de NH en Roma (Italia) y Budapest (Hungría), según explicó la propia compañía este mes de mayo. El grupo trabaja actualmente para que la reapertura con el nuevo formato esté lista el próximo otoño.

Pero lo importante es que la operación de compra ha conllevado problemas. La Hacienda del país detectó un impago referido al impuesto de transmisiones patrimoniales y lo reclamó a su nuevo propietario, que negoció con NH y llegó a un acuerdo por el que la hotelera se haría cargo de las posibles provisiones que conllevara el conflicto. Seis años después, de acuerdo a la información depositada por la hotelera este verano ante el regulador bursátil, el proceso no solo sigue abierto, sino que ya ha recibido un primer pronunciamiento de la justicia del país. Dicha resolución ha sido negativa para NH, aunque la compañía confía en revertir la situación después de haber recurrido en junio.

Con más de 400 habitaciones, el todavía NH Grand Hotel Krasnapolsky se encuentra en el centro de la ciudad de Ámsterdam, concretamente en la plaza Dam. Está ubicado en un edificio histórico que data de 1866 y cuenta con una suite de dos niveles, seis Junior Suites y 35 apartamentos.

Venta de hoteles sin renunciar a la gestión

La venta del hotel Krasnapolsky suponía para NH iniciar las operaciones de sale and leaseback en el sector, una fórmula que permite pasar de ser propietario a inquilino y, sobre todo, obtener liquidez de manera inmediata con la venta del inmueble. Es una estrategia socorrida en estos dos últimos años, en los que la pandemia del coronavirus ha ahogado a las hoteleras y las ha empujado a replicar estas mismas jugadas.

Sin ir más lejos, NH firmó el pasado mes de julio la venta del Hotel Calderón, en Barcelona, con el fondo estadounidense LaSalle Investment Management. La transacción, que acercaba a la compañía a sus objetivos tras la crisis sanitaria, se cerró por 125,5 millones de euros. No obstante, la hotelera ató en corto al fondo con sede en Chicago (Estados Unidos) al exigirle continuar gestionando el activo a través de un contrato de 20 años con opción de cada parte de prorrogarlo dos veces por el mismo tiempo.

Otras compañías españolas han seguido los mismos pasos. Meliá, la líder en volumen de negocio en el mercado nacional, llegó este verano a un acuerdo con Bankinter. La fórmula: construir un nuevo vehículo de inversión hotelero en el que aportar ocho establecimientos y la mayoría accionarial al banco dirigido por Maria Dolores Dancausa. Por contra, la compañía de la familia Escarrer seguirá operando los establecimientos con contratos de gestión a largo plazo.

Mostrar comentarios