Reunión clave esta semana

Pallete llevará al consejo de Telefónica un recorte del dividendo para este año

El máximo órgano de decisión analizará la propuesta, que los analistas sitúan en un recorte de la retribución al accionista de 0,40 a 0,20 euros por acción.

José María Álvarez Pallete
José María Álvarez Pallete, presidente de Telefónica.
Europa Press

Telefónica analizará esta semana en un consejo de administración clave previo a los resultados qué hacer con el dividendo de este año. El presidente de la operadora española, José María Álvarez-Pallete, se ha guardado el as en la manga, evitando dar previsiones durante el pasado ejercicio. Ahora, se pondrá sobre la mesa del órgano de administración la posibilidad de recortar la retribución al accionista de 0,40 euros por acción, cuatro años después de la última rebaja. La presión para rebajar más la deuda financiera y un previsible aluvión de inversiones relacionadas con las redes ultrarrápidas 5G  marcan el paso a la compañía que, pese a la mejora vivida en el parqué bursátil en lo que va de año, sigue sufriendo el castigo de los inversores.

Hasta ahora, Álvarez-Pallete ha tratado de ganar tiempo. Tal y como avanzó este medio en noviembre, tras un 2020 especialmente duro, marcado por la pandemia del coronavirus, se dio tres meses para analizar qué hacer con el dividendo. Por prudencia, no quería adelantar acontecimientos y optó por no dar previsiones. El objetivo era poner sobre la mesa la nueva estrategia durante este mes de febrero, con vistas a la nueva junta general de accionistas, en la que deberá ratificarse. Y, según apuntan fuentes conocedoras, el estudio formal en el consejo se hará esta semana. La decisión aún no está tomada pero gana enteros la posibilidad de un recorte, como han venido reclamando diferentes firmas de análisis.

El banco de inversión estadounidense Citi ha sido una de los últimos que ha sumado sus voces a favor de este recorte. La firma da por hecho en sus últimos informes que habrá una rebaja desde los 0,40 euros actuales hasta los 0,20 euros, para tratar de afrontar una reducción orgánica de la deuda. Pero no ha sido el único. Desde que estallara la pandemia, también han defendido esta posición más conservadora con la caja de la teleco otras firmas como JP Morgan, Barclays o UBS. Y la argumentación es similar: el sector de las telecos se encuentra ante un crecimiento estancado, golpeado también por la crisis de la Covid-19, y con unas previsiones de gasto de capital elevadas ante los despliegues del 5G.

Desde la compañía, en las últimas comparecencias ante analistas, los ejecutivos han defendido que cuentan con una generación de caja más que suficiente para abordar este pago. Con un flujo de caja libre de unos 4.000 millones de euros anuales, puede abordar el desembolso de los casi 2.500 millones de euros procedentes del dividendo -en caso de que se regresara a uno completo en efectivo de 0,40 euros por acción- Pero, a este compromiso debe sumar otras salidas de caja como los vinculados al Plan de Suspensión Individual (PSI) o la devolución de los bonos híbridos. Quedaría un margen relativamente escaso para recortar con ese sobrante parte del pasivo neto de más de 36.000 millones de euros, a cierre del pasado mes de septiembre. Para eso, la dirección confía en operaciones corporativas como la fusión en Reino Unido o la venta de Telxius. Ambas, que generarían unos ‘ingresos’ de 10.900 millones, están aún a la espera de la respuesta regulatoria y aún no han sido cerradas.

En el otro lado se encuentra la reacción que en el último año, especialmente duro por la pandemia del coronavirus, ha tenido el inversor de Telefónica. Hoy, pese al último repunte de los títulos, su cotización se encuentra ligeramente por encima del punto al que llegó en el fatídico mes de marzo donde arrancó el confinamiento. En un año con golpes de efecto importantes, como las transacciones de O2 y Telxius, sigue sin haber un cambio de tendencia significativo pese a haber mantenido la remuneración sin recortes. Es decir, el accionista no estaría teniendo el dividendo como un motor para seguir respaldando a la compañía.

La gestión de la deuda será clave en los próximos trimestres. En este sentido, pesa de manera importante en la decisión que deberá tomar el consejo el movimiento de la agencia de calificación S&P de rebajar un escalón su calificación. No criticaba directamente al dividendo, pero sí que aseguraba que esta rebaja del rating la ejecutaba sobre la base de que la compañía volvería a sacar de la caja 2.500 millones de euros para retribuir al accionista con los mismos 0,40 euros por acción, sin efectuar ningún cambio ni recorte.

2016, el último recorte

Por último, hay otro factor importante: en ese próximo consejo de administración clave, Álvarez-Pallete se verá las caras con Isidre Fainé y Jordi Gual, por Caixabank, y José María Abril e Ignacio Moreno, por BBVA. Son los representantes de sus dos inversores institucionales clave que han visto en este tiempo el dividiendo como un claro alivio con el que compensar los ajustes de valoración por la caída de las acciones. Fainé ha sido su gran valedor en todo este tiempo, incluso apoyando compras continuas de acciones por parte de Criteria Caixa, el holding de inversiones de Fundación La Caixa. A ambos tendrá que seducirlos.

El pasado año, en plena crisis por la Covid, Álvarez-Pallete optó por una solución intermedia que podría interpretarse como la antesala de un recorte. Se dio luz verde a un ‘scrip’ por el que se daba la opción al accionista de cobrar en acciones. Esto permitió, al menos en el primer pago del pasado mes de julio, reducir en 600 millones de euros las salidas de dinero de la caja -el 67% votó a favor de cobrarlo en títulos-, según explicaba la responsable financiera del grupo, Laura Abasolo. Este fue el primer cambio que se produjo en la estrategia de retribución, después del recorte que el consejo aprobó para los años 2017 y 2018. En aquel momento, la compañía lo justificó en la necesidad de “fortalecer el balance, acelerando sustancialmente la reducción de deuda por la vía orgánica”. Básicamente, lo que le reclaman los analistas en este 2021.

Ahora, Álvarez-Pallete se encuentra ante una decisión clave en un ejercicio en el que tendrá que afrontar los importantes desembolsos para la compra de las frecuencias en las subastas de espectro radioeléctrico para las redes 5G que se celebrarán en mercados prioritarios como España, Reino Unido o Brasil, con la alargada sombra de un potencial plan de bajas en España. En el próximo consejo se despejarán dudas.

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