No duda del plácet de Competencia

Pallete da carta de naturaleza a 'su nueva Telefónica' tras la fusión de O2 y Liberty

José María Álvarez Pallete
José María Álvarez Pallete
Europa Press

Primero se rodeó de su propio equipo directivo y su consejo. Luego diseñó las líneas maestras de su propio plan estratégico, estableciendo mercados prioritarios y colocando en la rampa de salida a Latinoamérica tras años de castigo por las divisas. Y, por último, culminó su gran operación corporativa. El presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, se refuerza justo cuatro años después de su aterrizaje con el cierre, esta misma semana y en plena crisis del coronavirus, de la fusión de las operaciones de O2 con Virgin Media para crear un gigante de las telecomunicaciones en Reino Unido. Una transacción que, por volumen total, se convierte en "la más importante de la historia" de la operadora, en el gran espaldarazo y en la culminación de 'su nueva Telefónica'.

Hasta la fecha, Álvarez-Pallete había completado numerosos cambios en la estructura de la compañía, pero no de este calado. De su puño y letra había firmado desde la venta de acciones de Telxius a KKRAmancio Ortega (Pontegadea) hasta la enajenación de todo el negocio de Centroamérica pasando por transacciones más pequeñas como la de los centros de datos. Analistas e inversores exigían movimientos más agresivos ante un mercado especialmente castigado en bolsa. Y la fusión con Liberty es la respuesta. Ya aparece en el particular 'salón de la fama' de las operaciones corporativas del grupo español, junto con la gran ampliación de capital de 2015, la compra de GVT en Brasil en 2014 o de E-Plus en Alemania. Y así reza ya en la web dirigida a inversores.

Esa inclusión en el 'cuadro de honor' ha venido acompañada por la defensa acérrima de ese carácter histórico en varias ocasiones en su comparecencia pública tras el acuerdo. ¿Y la de O2 de 2006? "O2 fueron 26.000 millones; esta es de 38.000 millones, con las sinergias; estamos muy orgullosos de lo que hemos hecho y reclamo el liderazgo para el equipo", argumenta. Solicita en el día de la puesta de largo del 'matrimonio' una cierta tregua. Y lo hace después de sacar pecho por la forma en la que se ha gestionado esta operación, asegurando 4.000 millones de libras de financiación levantados en plena pandemia y con el último mes y medio en confinamiento y sin poder negociar cara a cara. "La relación de confianza con Mike Fries, consejero delegado de Liberty, ha permitido traspasar esa relación humana que la pantalla te quita", asegura con orgullo, insistiendo en que si ese contacto del más alto nivel no lo hubiera cultivado durante los últimos tiempos, habría sido más difícil de pactar la fusión.

En esta particular 'fiesta', Álvarez-Pallete no quiere ni oír hablar de una negativa por parte de las autoridades de la competencia. En la retina tiene clavada la cancelación de la venta de la propia O2 a la hongkonesa Hutchison en el mes de mayo de 2016, apenas unas semanas después de que aterrizara en el sillón tras la salida de su antecesor, César Alierta. "Creemos que tiene bastantes posibilidades de ser aprobado; no sé el ángulo por el que esto puede ser interpretado como malo", aseguró el primer ejecutivo de la operadora. Y para argumentarlo esgrime el caso de su máximo rival en el país británico, BT, cuya compra del cuarto operador de móviles del país Everything Everywhere por más de 16.600 millones de euros en 2015 fue aprobada por el regulador británico. "Por tamaño va a Bruselas, que tiene la posibilidad de referirla a la CMA [regulador británico] que fue la que autorizó la de BT", apunta el presidente. El racional: las autoridades suelen respaldar operaciones de compañías de móvil con otras de fijo, como es el caso.

Tampoco quería que le aguara la celebración la amenaza de que un tercero acabara dinamitando el acuerdo que tanto esfuerzo había costado. ¿Y si Vodafone entra en la ecuación, tras años tentando a Virgin para firmar un acuerdo similar al que ahora ha suscrito con la operadora española? "El acuerdo está sujeto a unas condiciones muy específicas: a la financiación y a las autorizaciones", apunta Pallete. Defiende que se trata de un acuerdo "sólido", porque Liberty creía que era la mejor opción y viceversa. "Porque nosotros teníamos varias opciones", advierte. "No se ha hecho una operación como esta en cinco años y estamos muy satisfechos", apostilla. 

Esa satisfacción la siente tras meses de negociaciones. Su consejero delegado, Ángel Vilá, se encargó de hacer un relato de los hechos desde que el pasado verano, en plena crisis bursátil que obligó a buscar un 'caballero blanco' para reforzar el accionariado, se empezara a plantear la idoneidad de esta operación. Fue ahí, en el diseño del plan de la 'Nueva Telefónica', cuando se incluyó este proyecto. Ya en el consejo de administración de noviembre se aprobó que la mejor alternativa para la consolidación en Reino Unido era la unión con Virgin. El presidente tenía una relación de confianza con Mike Fries y el propio Vilá tenía contactos dentro del departamento de fusiones y adquisiciones de la británica. "Esa relación de confianza y conocimiento de los dos primeros ejecutivos hizo que la conversación fuera bastante fácil", admitía, volviendo a señalar a Álvarez-Pallete. En diciembre se firma un acuerdo de confidencialidad y el 11 de marzo se mantiene la última reunión presencial en Londres. A partir de ahí, casi dos meses de negociación a distancia, con acuerdo de intenciones, 'due diligence' y firma.

Aunque se trata de un acuerdo sólido, el primer ejecutivo no quería dejar ningún cabo suelto. Y por eso se ha construido un particular escudo ante cualquier posible incertidumbre. No sólo se autoriza a las dos partes de sacar a bolsa o vender su parte en un periodo de entre 3 y 5 años desde la firma. "Mantenemos la propiedad de todos los activos de infraestructuras y así podremos rentabilizarlos en el futuro", admite. Pero no sólo eso. Tampoco consolidará esta sociedad en ninguno de los dos grupos, que mantendrán un 50% de las acciones a partes iguales. De esta forma, no sumarán en su balance la fuerte deuda que tendrá 'endosada' tras la incorporación de los más de 11.000 millones de libras de pasivo de Virgin.

La bolsa ha sido una de las particulares pesadillas del sector de las telecomunicaciones y, por ende, también de Telefónica y su presidente. Éste último ha justificado el golpe con diferentes razones vinculadas a la fuerte inversión para futuros despliegues, el endeudamiento o los tipos de cambio. Este jueves tampoco fue una excepción y, pese al arranque con crecimientos de más del 3%, la acción cerró plana tras caer incluso por encima del 2%. Álvarez-Pallete trata de despejar todos los fantasmas. "La acción ya había reaccionado antes, cuando se conoció la operación... Los mercados están muy distorsionados por lo que ocurre; no aspirábamos a que se reflejara hoy en el valor", apunta. Se vuelve a mostrar de nuevo seguro de que este es el camino correcto y, más tarde o más temprano, tendrá un impacto en la cotización.

La culminación de la operación en Reino Unido se ha convertido también, según explica el primer ejecutivo, en un acicate para continuar con las otras que tiene en marcha. No sólo con Brasil, donde aspiran a convertirse en los próximos meses en el comprador de una parte de los activos móviles del operador en problemas Oi. También en Latinoamérica, donde el 'spin off' financiero de toda la división sigue su curso, tal y como explicó La Información. No quieren dar fechas, pero insisten en que todos los preparativos avanzan para analizar posibles operaciones corporativas en este terreno, para las que han contratado a varios bancos de inversión como Morgan Stanley o Citi.

El impacto de la recesión

Mientras los equipos de operaciones corporativas de la teleco tienen la maquinaria a pleno rendimiento para la región latinoamericana, los resultados de la compañía han tenido un primer impacto por el coronavirus que irán a más. En el primer trimestre, el golpe fue limitado, pese a que se recortaron de manera importante las ganancias (por los tipos de cambio) y los ingresos descendieron. Sin embargo, se espera que sea mucho mayor en el segundo trimestre, que concluirá en junio. "Vemos un impacto muy fuerte en el segundo trimestre, que ya lo estamos notando, y una recuperación en el tercer y cuarto; en 2021 esperamos un crecimiento del PIB entre el 4 el 6 por ciento", apunta Álvarez-Pallete.

El consejero delegado, Ángel Vilá, es el encargado de hacer el informe de daños. El cierre de las tiendas ha llevado a una "caída muy determinante" en la venta de terminales, mientras que el confinamiento ha implicado un descenso de la actividad del roaming. Miles de clientes se han reposicionado en paquetes más económicos en esta crisis, mientras que en países como Brasil o Hispanoamérica, el prepago móvil sigue teniendo mucha presencia y, a la postre, suele ser el más afectado en una caída del consumo. En algunos sectores empresariales han detectado "algunas tensiones" por impagos. En el otro lado se encuentran un incremento del consumo y del tráfico, una demanda disparada para comunicaciones vinculadas al teletrabajo y para la televisión de pago. En este contexto, el presidente defiende una "vuelta a la normalidad cuanto antes" siempre en base a una elevada seguridad. En este sentido, advierte que cada semana que la economía sigue "en espera", se pierde entre un 0,4% y un 1% del PIB.

Con la sombra del coronavirus aún sobrevolando sobre el sector, el primer ejecutivo se agarra a su primera gran operación corporativa como uno de sus mayores espaldarazos al frente de la operadora. Cuatro años después de aterrizar en el puesto, quiere convertir esta fusión en Reino Unido en su particular bandera. Aún quedan muchos retos por delante. Pero esta semana, Álvarez-Pallete respira tranquilo. El 'salón de la fama' de los grandes movimientos en la operadora tendrá, al menos, una estrella que llevará estampada su firma.

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