Incógnitas sobre el traspaso de empleados

Pallete evita un frente laboral en su filial Tech y pacta que no 'tocará' la plantilla

  • Telefónica frena un amago de conflicto y asegura que la escisión en la división no afectará a las condiciones laborales de Ciberseguridad. 
Pallete aparca medidas financieras
Pallete aparca medidas financieras
José González

Es una de las cinco grandes medidas del plan de acción con el que el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, reclamaba tres años de árnica a los inversores tras doce meses complicados en bolsa. Planteaba la creación de una división 'Tech' para todos sus servicios digitales y que abriría a potenciales inversores. A los sindicatos se le encendieron todas las alarmas: ¿Qué consecuencias tendría para la plantilla? Tres meses después la compañía pacta el blindaje de esos empleados.

La división Telefónica Tech debía incluir los tres pilares de estos servicios en la teleco: big data, internet de las cosas y ciberseguridad. La lidera el que era responsable del negocio de Empresas y nuevo 'hombre fuerte' de la estructura: José Cerdán. La ausencia de información en las primeras semanas desde el anuncio de toda la reorganización no sentó especialmente bien a los sindicatos, pues desconocían cuál sería la incidencia real en lo laboral.

Tras varias reuniones llegaron a un acuerdo en el que confirman que todo el traspaso de los trabajadores a la nueva división T-Tech no implicará retoque a la baja de las condiciones de trabajo, ni merma en las condiciones. Cuando se haga definitivo ese cambio se negociará con los sindicatos las condiciones salariales y los diferentes encajes.

Esta es una posición previa, con la que blinda a estos empleados ante los temores de la plantilla de posibles recortes o incluso subcontrataciones de algunos de los servicios o áreas. Aún así queda por ver realmente cómo se configura pues en ese mismo acuerdo se confirma por parte de la empresa que aún se están en los análisis previos para ver cómo se hace todo el movimiento. Por lo pronto, se aplicaría el artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores, que garantiza todos los derechos y condiciones económicas de la empresa saliente en la entrante, sin merma alguna, hasta que se negocie un nuevo convenio en la firma de destino.

El otro frente que queda pendiente, por tanto, es el de la elaboración de un convenio colectivo nuevo para la 'holding' T-Tech. Ésta aún no cuenta con un marco laboral, como sí lo tienen el corporativo (Telefónica de España) y las otras tres grandes filiales en España: Móviles, Soluciones de Informática, junto con Telyco. Las tres primeras cuentan con el convenio más destacado, mientras que la última tiene el suyo propio. La reorganización que ahora impulsa Álvarez-Pallete está siendo una auténtica sacudida en la plantilla.

En este contexto de cambio continuo, lo que la empresa no quiere precisamente es tener frentes laborales ni quebraderos de cabeza con los sindicatos. Por esa misma razón alcanzaron un acuerdo definitivo en un tiempo récord para el convenio general en España y para el Plan de Suspensión (PSI) con el que han adelgazado en más de 2.600 personas el equipo en España. También en Telyco, la filial que engloba su fuerza laboral y las tiendas y en la que también ha garantizado que no habrá bajadas netas de puestos de trabajo hasta el próximo año 2022.

Todos estos movimientos sólo se refieren a Tech, que es la más compleja de poner en marcha pues implica hasta a cinco filiales actuales, entre ellas Telefónica I+D o Telefónica Digital. Sin embargo, también habrá que abordar el proceso en Infra. Aquí se incluirá principalmente Telxius, que gestiona las decenas de miles de torres de telefonía de la operadora y que está en manos de la operadora y de otros dos socios externos (Amancio Ortega, fundador de Inditex, y KKR), y también otras filiales menores vinculadas a la infraestructura.

Nuevo socio

Mientras trata de poner orden jurídico y laboral en este movimiento, la compañía sigue planteándose abrir el accionariado de este nuevo holding 'tech' a otros inversores. Para ello han contratado al banco de inversión Morgan Stanley. ¿Su valoración? Es una incógnita. Pero dada la proyección de crecimiento de la división y el negocio que a día de hoy tiene la operadora, y que colocará bajo este paraguas, se estima que el valor superaría los 13.000 millones que algunos analistas manejan también para los activos en Latinoamérica.

En concreto, esta división, que está llamada a ser la estrella ante el intento de convertirse en una empresa tecnológica, contará con un negocio muy relevante. Los servicios digitales generaron ingresos de más de 5.700 millones entre enero y septiembre, que supone un 15% del total. Su crecimiento es lo más significativo: en un escenario de estancamiento del volumen de facturación de todo el grupo, éstos crecieron un 17%.

Mostrar comentarios