Con más caída de ingresos

Pallete mira de reojo al plan de salida de Latam mientras cierra la fusión británica

  • Mantiene el 'spin off' de la región, con el objetivo difícil de lograr buenos múltiplos en plena crisis y un buen socio, tras la pelea con Millicom.
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete
José González

Todos los focos están puestos ahora en Londres. Las negociaciones con John Malone y Liberty para fusionar O2 con Virgin Media avanzan. No hay un acuerdo aún sobre la mesa, pero el mercado da por hecho que lo habrá en el corto plazo. Por el momento, Latinoamérica ha pasado inadvertido. El presidente de la operadora española, José María Álvarez-Pallete, se resiste a abandonar el plan de salida de la región, muy castigada por los problemas con las divisas y un mayor riesgo macroeconómico. El reto: lograr un precio que se acerque hasta los 14.000 millones de valoración máxima que han otorgado los analistas a la división completa.

Fue el pasado mes de noviembre. Álvarez-Pallete presentaba los cinco grandes pilares de su plan de acción. Uno de ellos era histórico: preparar Latinoamérica para ir reduciendo progresivamente la exposición. La idea se centraban en prepararla como una compañía independiente en todos los planos (jurídico, societario, corporativo y financiero) para explorar la venta parcial o total en su conjunto. No se plantearon plazos, ni modalidades, aunque no había muchas opciones: o una venta a un tercero o la salida a bolsa. En febrero, durante la presentación de resultados del ejercicio 2019, la propia responsable financiera, Laura Abasolo, confirmó que había "múltiples conversaciones" para sacar partido a esos activos.

En los últimos dos meses desde esas declaraciones la atención se ha redirigido a Europa. Más concretamente, a Reino Unido, con las negociaciones con Liberty. Sin embargo, eso no ha hecho que los equipos del departamento de M&A de Telefónica y los bancos de inversión contratados (Morgan Stanley o Citi) hayan frenado su actividad. Según confirman fuentes oficiales de la operadora, el plan sigue en pie y los trabajos para perfilar estos activos se mantienen. "El plan sigue como hasta ahora", apuntan.

El equipo de finanzas de la teleco continúa con los trabajos para completar la llamada segregación financiera, a través del cual dar independencia económica a la compañía y endosar parte de la deuda corporativa. Según el informe anual correspondiente al ejercicio 2019, las dos divisiones de Hispam Norte y Sur tenían un total de pasivo 'endosable' de 11.200 millones de euros (algo menos de la mitad en el caso de Reino Unido). En el último trimestre del ejercicio pasado hizo varios saneamientos en México y Argentina, mientras que los trabajos para crear la holding y reorganizar todas las sociedades bajo la entidad independiente no han cesado, con la incorporación de la filial de Perú bajo la sociedad Latin American Cellular Holdings.

La crisis empuja a la baja el precio

El contexto respecto a noviembre cambió. La filosofía de la operación es la misma, pero las condiciones son diferentes. Y esas son las que marcan precios y valoraciones. No sólo porque la crisis del coronavirus haya impactado en las expectativas futuras para un potencial comprador de esos activos, sino también por las dificultades añadidas con los tipos de cambio en la región, que han vuelto a tropezar en los últimos meses. Morgan Stanley advertía en un informe reciente que serían necesarios múltiplos "muy atractivos" para que una transacción tuviera un impacto significativo en el balance del grupo.

El movimiento 'in extremis' de Millicom es sintomático. El grupo con sede en Luxemburgo, que opera bajo la marca Tigo, dio marcha atrás hace unos días a la compra de la filial de Telefónica en Costa Rica agarrándose a una cláusula legal. La decisión va a ser denunciada por la española en los tribunales de Nueva York, pues entiende que incumple el contrato de compraventa y exigirá una indemnización. Pero lo que subyace es una estrategia mucho más conservadora en el que estaba llamado a ser uno de los potenciales compradores de activos en la zona. El consejero delegado del grupo, Mauricio Ramos, fue claro a finales de la pasada semana ante los analistas: "Es mucho más prudente dado que tenemos el derecho legal absoluto de no seguir adelante; es realmente una decisión comercial muy sensata y prudente y la que mejor se adapta al tiempo en que vivimos". Es decir, se agarraron a una cláusula del contrato para frenar la operación de compra de 576 millones de dólares.

Este jueves, la operadora presentará cuentas del primer trimestre del año, en las que se verán reflejados los primeros efectos de la pandemia. El consenso del mercado señala que el volumen de negocio estaría en los 11.300 millones de euros, lo que supone una reducción de en torno al 5%. El descenso sería apreciable también en Latinoamérica, pero habría que tener en cuenta el impacto de las salidas del perímetro del grupo de las filiales vendidas ya en Centroamérica. Evidentemente, las divisas harán mella. Al igual que le hizo también al archirrival de Telefónica en la zona, Carlos Slim. El grupo América Móvil, que opera con la marca Claro en muchos de los mercados donde está Telefónica, registró pérdidas de 1.115 millones de euros (29.281 millones de pesos) en los tres primeros meses principalmente por la devaluación del peso mexicano frente al dólar.

Sea como sea, Álvarez-Pallete sigue teniendo sobre su mesa las líneas maestras del plan de salida en Latinoamérica. Los trabajos continúan con los bancos de inversión para buscar alternativas. El momento es retador. Pero en los despachos nobles de la operadora quieren mantener abierta esa puerta, a la espera de lo que suceda en Reino Unido. Si la operación con Liberty llega a buen puerto y le permite dar un buen bocado a la deuda (hasta 5.000 millones, según algunas estimaciones del mercado), la necesidad para vender será menor. Las próximas semanas hasta la junta general de accionistas, que tendría lugar en junio, serán decisivas.

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