Cuentas del tercer trimestre

Pallete sufre la losa de Hispam mientras busca un 'mirlo blanco' para venderla

Un nuevo ajuste de valoración en Argentina y una caída de ingresos y rentabilidad por las divisas golpea las cuentas a la espera de cerrar la transacción un año después.

El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, en un acto público reciente.
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.
EP

En unos días se cumple un año desde que el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, presentara su plan de acción para recuperar el terreno perdido. Entre las medidas estrella: separar el negocio de Latinoamérica para buscar una salida ante la fuerte presión por las divisas y la inestabilidad económica. Casi doce meses después, la compañía sigue enfrascada en la separación legal y financiera de la división y la búsqueda de un socio para venderla. Las negociaciones con un fondo asiático se han intensificado, aunque aún no han fructificado en ningún acuerdo. Y mientras eso sucede, los impactos en los ingresos y la rentabilidad de las monedas han vuelto a ser una losa en los resultados y para la acción.

En lo que va de año el impacto sólo de las divisas, básicamente en este mercado, está medido: 2.135 millones menos en ingresos para todo el grupo y 806 millones menos en resultado bruto (Ebitda). Eso en el lado del negocio puro y duro. Pero en el balance también hay un golpe significativo: 785 millones de euros de ajuste de valoración de los activos de Argentina, precisamente por las divisas y por la situación macroeconómica, con la renegociación del Fondo Monetario Internacional (FMI) aún en marcha. Este se suma a otros deterioros que se han ido haciendo en los últimos trimestres en este país y en otras filiales como México.

La exposición a todas estas circunstancias es, precisamente, lo que querían frenar con la separación formal de la división y la potencial venta de la totalidad o de una mayoría a un inversor. Sin embargo, los trámites continúan avanzando lentamente, también afectados por la pandemia del coronavirus. La responsable financiera, Laura Abasolo, asegura que siguen preparando lo que se conoce como el 'spin off', es decir, la partición formal de los activos. Han hecho todos los trabajos de escisión (carve-out) operativa y está "prácticamente finalizada" la corporativa. "Estamos trabajando la documentación y también en la estructura de capital", asegura la directiva. Esta fotografía es muy similar a la que hizo el propio presidente, José María Álvarez-Pallete, en julio, cuando aseguró también ante analistas que tenían una "amplia gama de opciones para reducir aún más nuestra exposición a la región".

Por tanto, aún no se ha diseñado toda la estructura y la deuda que, finalmente, se endosará a la división. Según explica Abasolo, en la región existe una ratio generalizada de deuda respecto a Ebitda de 2 veces (el Ebitda de los nueve primeros meses ha sido de apenas 519 millones de euros). No está decidido cómo se repartirá ni la cifra total de pasivo financiero del que se podrá desprender. Sin embargo, insiste en que el objetivo principal es simplificar la estructura del grupo, reducir los riesgos en el balance y rebajar la exposición a las divisas.

Todos estos trabajos siguen llevándose a cabo entre bambalinas mientras sigue el cartel de 'Se Vende' colgado en el mercado. Desde hace meses se trabaja para encontrar un inversor que entre en el capital, sin éxito. En los últimos meses se han mantenido conversaciones con un fondo asiático, sin que aún no se haya materializado en ningún acuerdo. Desde la operadora son más partidarios de vender la totalidad del paquete frente a 'trocearlo'. Esa fórmula tiene una dificultad: los socios industriales, como el propio Carlos Slim (América Móvil), se han mostrado partidarios de estudiar caso por caso y filial por filial y no el conjunto. 

Precio a la baja

La clave está en el precio a pagar. Como sucediera en su momento con Telxius, la salida al mercado está llevando a que las valoraciones que se manejen sean más bajas, también empujadas precisamente por los problemas macroeconómicos y las previsiones de negocio en la región. Desde el equipo directivo de la operadora aseguran que siguen explorando y trabajando en "alternativas de M&A" (fusiones y adquisiciones). "Monitorizamos las condiciones de mercado y avanzamos en los trabajos, para que cuando la ventana se abra estemos totalmente preparados", apuntaba este jueves Abasolo, quien se negaba a ofrecer más datos sobre el valor en libros que otorgan a la división de la región, remitiendo a las cuentas anuales que se prestarán a comienzos de 2021. ¿En cuánto lo han valorado los analistas? Renta 4 la colocaba a principios de este año en 10.600 millones de euros, mientras que otros mientras que otros como Barclays la situaba en los 11.400. 

Abasolo asegura que monitorizan "las condiciones de mercado y avanzamos en los trabajos para que cuando la venta se abra estemos preparados"

Mientras estos trabajos continúan, Telefónica sigue teniendo dos operaciones corporativas que se habían cerrado aún sin finalizar. Una es la de Costa Rica, cuya venta a Liberty Latinoamérica (tras el fiasco de la transacción a Millicom) se ha comunicado a Competencia pero aún no ha recibido luz verde. La otra es la filial de El Salvador, que iba a ser adquirida por el propio Carlos Slim dentro del paquete de Centroamérica, pero decidieron frenarlo ante las exigencias del regulador.

Castigo a la acción

Latinoamérica sigue siendo un territorio con un peso específico para el negocio de Telefónica, especialmente en el lado de la facturación. En los primeros nueve meses del año representó caso uno de cada cinco euros ingresados por la operadora. La clave: sólo aporta el 5% del Ebitda de todo el grupo. En el tercer trimestre asumió el 31% de todo el impacto vinculado al coronavirus, con una influencia importante en la región.

Esta importante reducción de la rentabilidad, debido a los ajustes de valoración en Argentina y a los problemas con la divisas latinoamericanas, ha sido un jarro de agua fría para los inversores de la teleco. Las acciones se desplomaron algo más de un 5%, llegando a rebajar su valoración un 8% durante la sesión de este jueves. La valoración de la operadora apenas supera los 15.000 millones de euros. Algunos de los analistas señalan una posible 'sobrerreación' ante los resultados. "El precio no está comportándose al nivel que nos gustaría", admitía Abasolo, que insistía en que hoy valen más todas las partes que la suma de ellas. ¿Le obligará a un ajuste del dividendo? Desde la empresa se limitan a asegurar que la revisión de la retribución al accionista del próximo año se hará más adelante. 

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