Paradores registra un descenso de los ingresos y clientes pese al boom turístico

  • La empresa registró durante los primeros seis meses del año una bajada en la ocupación del 4,57%, con seis establecimientos cerrados por obras.
Logotipo de Paradores nacionales en el Parador de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja). EFE/Archivo
Logotipo de Paradores nacionales en el Parador de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja). EFE/Archivo

"Primer semestre malo" en Paradores Nacionales. Así lo reconocen en la la empresa pública de hostelería que ahora dirige Óscar López tras la moción de censura. La compañía con más de noventa años de historia registró en la primera mitad de año un descenso significativo tanto en el número de clientes como en los ingresos medios por habitación. Todo ello con varios establecimientos totalmente cerrados por obras, incluido el Parador de León, uno de los más emblemáticos y de mayor capacidad (37.800 habitaciones al semestre).

Los datos que han encendido la voz de alarma indican que en los primeros seis meses de 2018 se han producido en Paradores 27.358 pernoctaciones menos que en el mismo periodo de 2017. Suponen un descenso del 4,57%, desde los casi 600.000 ocupantes del año pasado a los 571.856 de la primera mitad de este año. Son cifras oficiales de Paradores Nacionales a los que ha tenido acceso La Información y que se conocen en un momento en el que España está batiendo todos los registros relacionados con el turismo.

En la compañía presidida por Óscar Lopez concluyen que, efectivamente, los datos del primer semestre no han sido buenos "por diversos factores, entre ellos la climatología" adversa. Apuntan, no obstante, que "el segundo semestre está yendo bastante mejor", a la espera de cerrar los registros definitivos a finales de año. Recuerdan, además, que ha habido seis paradores que han estado cerrados en 2017 ó 2018 por reformas (Cardona, Cruz de Tejeda, León, Lleida, Mazagón y Toledo). 

El nuevo presidente de Paradores llegó en agosto a la compañía precisamente con el objetivo de impulsar la ocupación de los establecimientos. El dato fue del 65%, lo que indica que la firma pública aún tiene un largo camino por recorrer para ampliar sus ingresos. Fuentes internas aseguran que este 2018 se cerrará con un porcentaje similar y que, por tanto, la ocupación también rondará el 65%.

Un potente plan inversor

Paradores es, en este momento, una compañía rentable. La sociedad obtuvo en 2012 unas pérdidas por valor de 42,5 millones y el año pasado remontó hasta los 17,6 millones de beneficio. Fue un 0,12% más que en el ejercicio anterior, logrando un resultado bruto de explotación (Ebitda) mejorado en un un 5%, hasta los 46,1 millones de euros, en términos comparables, lo cual supone también un mérito para la empresa pública que presidió hasta este verano Ángeles Alarcó. En los Presupuestos de 2018 presupuestó un beneficio de 14,52 millones de euros.

Paradores también anunció hace unos meses un potente plan de inversiones por valor de 163 millones de euros hasta 2021 para garantizar "la supervivencia de la compañía, que estaba amenazada por su difícil situación económica" en plena crisis. Y es que durante los años 2012, 2013, 2014 y 2015 se sucedieron ampliaciones de capital por un total de 152 millones de euros por parte del Estado para hacer frente al pago de deudas incurrida.

Paradores es, en definitiva, una empresa saneada en este momento, pero sus gestores quieren seguir haciendo ajustes. Tal y como avanzó La Información, la compañía pública ya ha activado un plan de recortes de personal que tiene como objetivo facilitar la salida o la sustitución progresiva por otros empleados de menor edad de más de medio millar de trabajadores mayores de 61 años, lo que supone en torno al 15% de su plantilla fija actual.

El Plan de Rejuvenecimiento de Paradores, que ha sido acordado con los sindicatos, se desarrollará hasta 2020 y se mueve en torno a dos vectores. Por un lado, un plan de jubilaciones parciales, pensado para empleados con una larga carrera de cotización en la empresa (más de 33 años), pero que aún están lejos de los 65 años largos en los que ya está situada la edad legal de jubilación. La segunda pata del plan es un programa de bajas incentivadas que se orienta a los empleados de la empresa que tengan ya entre 63 y 65 años de edad pero que no acumulen esas largas carreras de cotización del otro colectivo.

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