Prevé un crecimiento de los ingresos del 25%

Paradores pasa el coste de la Covid a los clientes: eleva precios sin subir salarios

La compañía negocia desde enero un convenio con los sindicatos para aumentar las remuneraciones en un contexto inflacionista, ante el que ya se ha blindado con un repunte de las tarifas del 8% para este ejercicio.

Pedro Saura
Paradores pasa el coste de la Covid a los clientes: eleva precios sin subir salarios
Eduardo Parra / Europa Press / ContactoPhoto

El turismo enfila la temporada alta con perspectivas de recuperar el terreno perdido tras dos años de restricciones y devolver al sector el lustre de 2019, cuando representaba la locomotora económica de España. En los últimos dos años ha sido el sector más señalado por sus pérdidas acuciantes, que 'lobbies' como Exceltur llegan a cifrar en unos 160.000 millones de euros. Sin embargo, ahora que la época de bonanza da visos de comenzar, algunas empresas han comenzado a marcar posiciones en un entorno inflacionista y con alta demanda. Una de ellas es Paradores, que espera un incremento de sus ingresos cercano al 25% al cierre de 2022 con respecto a 2021 tras elevar sus tarifas un 8% para hacer frente al aumento de costes derivado del alza del IPC. Ganancia que, por el momento, no se va a trasladar a la remuneración de la plantilla. 

Desde CSIF aseguran a La Información que este incremento de las tarifas no se ha traducido en un aumento de los salarios de los trabajadores. La política de remuneración de la compañía incluye una cláusula de prima de producción ligada a la demanda. Es decir, a mayor número de clientes, mayor es la nómina que reciben ese mes. Un sistema duramente criticado por el sindicato, desde el que lamentan que este método no refleja el nivel de actividad. "Nosotros no producimos, trabajamos por tiempo, no se puede cuantificar el trabajo de un camarero ni un recepcionista”, explican. 

Las tarifas de Paradores siguen la estrategia de precios dinámicos (a mayor ocupación, mayores precios), como en la mayoría del sector, pero a medida que aumenta la cantidad de trabajo es necesario contratar más personal, ya que no se puede elevar la productividad más allá de un límite, por lo que consideran que su sistema de retribución está obsoleto. “Tenemos un problema”, aseguran, para añadir: “No se está pagando acorde con la calidad del servicio que se está dando por parte del empleado y la profesionalidad de los mismos.”

La pandemia azotó a Paradores en la misma medida que al resto y, aunque decidieron no aplicar el ERTE como medida de salvaguarda, las nóminas se redujeron entre un 25% y un 40% al no poder recibir el citado bonus, reducción que ahora la Justicia les obliga a enmendar tras la sentencia del 2 de junio del Tribunal Supremo, que les fuerza a pagar los complementos salariales correspondientes al tiempo que estuvieron cerrados. Por el momento, su presidente, Pedro Saura, ha asegurado que acatarán la decisión y que se encuentran analizando la cantidad a abonar. Desde CSIF, sindicato del que forman parte funcionarios, personal laboral y trabajadores por cuenta ajena, denuncian una grave pérdida de poder adquisitivo tras prácticamente ochos años con los sueldos congelados (2010-2018), al que se añaden los confinamientos, que han agravado su situación de precariedad, ya que, según CSIF, su retribución es notablemente inferior a la de sus compañeros del sector turístico privado. 

Tampoco son acordes a la carencia de profesionales en el sector turístico, protestan: “se está notando mucho la falta de profesionalidad del sector y lo mal pagado que está”. Los trabajadores apuntan que “hay que tener en cuenta que es un sector que trabaja todos los días de la semana cuando todo el mundo descansa y si encima los sueldos no son atractivos, la gente se va, porque para cobrar lo mismo prefieren trabajar de lunes a viernes”. Ahora, UGT, CCOO y CSIF tienen todas sus esperanzas puestas en la mesa de negociación, que esperan, dé fruto a un nuevo convenio que tenga en cuenta sus demandas que a pesar de haber sido planteadas en reiteradas ocasiones a la dirección de Paradores, han sido ignoradas.

Esta situación contrasta con la del presidente de la sociedad pública, Pedro Saura, quien ha defendido que la reforma laboral ayudará a desestacionalizar el turismo. El Gobierno persigue con esta norma la desaparición del empleo temporal, con un máximo del 8%, lo que supone que la hotelera debe convertir a este régimen a cerca de 1.300 personas, de un equipo que ronda las 4.000 personas, en los próximos años. Por su condición de grupo estatal, este tipo de procedimientos necesitan pasar varios filtros, lo que requiere de tiempo. 

Se da la circunstancia de que la hotelera ha registrado en el primer cuatrimestre del año un aumento de los ingresos del 11,5%, hasta los 71,8 millones de euros, frente a los 64,4 millones de 2019, y lo ha hecho a un ritmo muy superior al de las ocupaciones. La compañía pública ha vendido entre enero y abril un total de 352.652 habitaciones, lo que supone un 2% más con respecto al mismo periodo del último año completo sin Covid, influido por el auge del consumo en Semana Santa. Si se analiza la letra pequeña, estos datos arrojan que la facturación crece en porcentaje a un ritmo muy superior al que lo hace el nivel de actividad, tendencia incluso que podría acelerarse este verano, el que ambos índices van a ser más altos, mientras los salarios siguen anclados en la mesa de negociación. 

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