Revolución de las rebajas: rebelión del textil para llevarlas a marzo y septiembre

  • La campaña de rebajas de verano está a punto de empezar en toda España con la necesidad de las tiendas de deshacerse de más stock que otros años.
Las rebajas de las grandes firmas acorralan al pequeño comercio
Las rebajas de las grandes firmas acorralan al pequeño comercio

España inicia sus rebajas de verano de este 2018. Este jueves, la Comunidad de Madrid toma la delantera y comienza los descuentos veraniegos que durarán hasta el 21 de septiembre. Tres meses exactos para que los consumidores puedan comprar ropa de la temporada de primavera/verano a menor precio. Así, el resto de comunidades autónomas se irán sumando a las rebajas hasta que el día 1 de julio sean generales en todo el país.

Este año, se trata además de una campaña de verano decisiva, pues el sector textil lleva todo el año arrastrando bajadas de ventas que ya se van al 4,4% de descenso en el acumulado anual. Es decir, desde enero, todos los meses se han registrado caídas en las ventas de ropa en España, siendo mayo el peor mes, con un descenso del 6,2%, según los datos de la patronal del textil, la Asociación Nacional del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex).

Y aunque parece que el tiempo es el principal culpable de que los consumidores no se hayan acercado mucho a las tiendas esta primavera, la asociación no quiere que sea la excusa principal, pues debajo se esconde una realidad que podría modificar el calendario de rebajas tradicional por el cambio que se ha producido en el consumo en los últimos años ante el auge de las compras online.

Cambio de patrón en el consumo

El pasado año, la facturación del comercio electrónico creció un 23,4% en España, hasta los 7.338,1 millones de euros. La moda aparece como el tercer segmento que más aumentó sus ingresos vía web, un 5,4%, en concreto, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Algo que para Acotex tiene una lectura importante que podría tener su repercusión en las rebajas.

Como señala a este medio el presidente de la patronal, Eduardo Zamacola, el patrón de consumo de los españoles ha cambiado. "Antes se compraba con antelación, la gente compraba abrigos antes de la llegada del invierno y lo mismo ocurría con la ropa de baño, pero ahora se compra con urgencia, se quieren las cosas ya para usarlas al momento", indica. Por ello, cree que "sacar colecciones de ropa de verano en febrero, marzo y abril, cuando todavía hace frío, ya no tiene ningún sentido".

De este modo, la patronal apuesta por replantear el calendario de rebajas actual con el objetivo de que las tiendas puedan vender más ropa en temporada -lo que les permite obtener más ingresos- y aprovechar el periodo de rebajas para deshacerse de las últimas prendas, "no para intentar dar salida a toda la colección que no se ha vendido". "Hay que adecuar la oferta a la demanda porque si no durante las rebajas habrá un stock al que dar salida demasiado grande", recalca Zamacola.

Por ello, aboga por trasladar las rebajas de invierno al mes de marzo, en vez de empezarlas en enero -plena época de frío- y las de verano a septiembre, en lugar de junio. Así, los comercios podrían ganar más y los consumidores encontrar lo que necesitan en el momento que lo requieren, "porque no tiene sentido estar viendo bikinis en las tiendas en pleno febrero".

Comprar siempre con descuento, la tónica general

Otro de los factores clave que Acotex quiere cambiar es la costumbre que se está imponiendo en los consumidores de comprar con descuentos. Actualmente, cada vez son más reacios a comprar ropa en temporada y prefieren disfrutar de rebajas a menudo. Algo que fomenta el propio sector con su política de descuentos permanentes.

Para Zamacola, "es una pescadilla que se muerde la cola, porque por una parte los consumidores lo demandan y por otra las tiendas lo ofrecen, creando así una dinámica que después será muy difícil cambiar". De ahí la necesidad de acotar las rebajas a dos épocas del año y, además, mover el calendario actual, ya que el consumo del siglo XXI exige novedades que permitan al cliente obtener lo que quiere en el momento que desea... Y a las tiendas no perder dinero con precios a derribo.

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