Pérdidas, salidas y quejas de los fondos: el duro año de Olapic con Monotype

  • Eleva a 28 millones los 'números rojos' en 2017, que han acarreado despidos y la denuncia del fondo Starboard que se queja del alto precio pagado.
Equipo fundador de Olapic.
Equipo fundador de Olapic.

2017 fue un año para olvidar para la startup Olapic, fundada por tres españoles en 2010 en Nueva York. Fue el primero completo bajo el paraguas de la centenaria Monotype, creadora de tipografías como la histórica Times New Roman. Y las fuertes pérdidas de más de 28 millones, que lastraron a las cuentas de su nuevo dueño, los despidos y las quejas de los fondos han complicado el año.

En julio de 2016, Monotype decidía sacar la chequera para comprar Olapic, la startup dedicada a ayudar a las marcas a promocionarse gracias a fotografías de los usuarios en redes sociales. Pagaba 130 millones de dólares por una compañía que seis años antes habían arrancado los españoles José de Cabo, Luis Sanz y Pau Sabria. El objetivo: diversificar su línea de ingresos, muy centrada en la tipografía.

Pérdidas multiplicadas por tres

Tras unos primeros meses de acoplamiento, 2017 fue el primer ejercicio completo bajo el paraguas de su comprador. Y el balance no puede ser positivo. En el terreno de los números, la compañía disparó las pérdidas desde los 8,4 millones con los que cerró 2016 hasta los 28,3 millones, según el último balance presentado la pasada semana por sus nuevos dueños.

Esas pérdidas no trajeron consigo un incremento exponencial de las ventas. Estas pasaron de los 13,7 millones a los 19,3 millones. Durante la conferencia con los analistas, los dirigentes de la estadounidense trataron de argumentar que el ARR (ingresos recurrentes anuales) se situaba en los 26,4 millones de dólares (un 17% superior al año anterior).

El fin último era convencer a los inversores de que el crecimiento se mantenía pese a todo. Y que la compra de la española tenía sentido estratégico. “Olapic acabó el año 2017 sirviendo a más de 590 marcas, un 24% de incremento respecto al año anterior”, apuntaba el CEO y presidente de la empresa, Scott Landers. El directivo se afanó en que la adquisición cumplió con su cometido: 40 marcas ya utilizaban las soluciones de Olapic y también de Monotype. Una venta cruzada con el objetivo de retener a clientes e ingresar más.

La realidad es que las fuertes pérdidas de la compañía ‘española’ han pesado como una losa en los resultados de Monotype. Sus beneficios netos globales han pasado de 14,8 a 11,8 millones de dólares, pese a que los de la matriz rozaron los 40 millones.

Las fuertes pérdidas, y el incumplimiento de las previsiones de crecimiento, desembocaron en un paquete de despidos en Olapic que alcanzó a unos 80 empleados. Pretenden hacer rentable a la comprada, ante la presión de los inversores.

Las quejas de uno de los grandes fondos

Esa presión ha quedado reflejada en el movimiento de Starboard, uno de los grandes fondos activistas en Estados Unidos (fondos que entran en el accionariado de las empresas con una posición relevante para luego exigir cambios importantes en la ejecutiva). El accionista, que controla junto con sus socios más del 8% de Monotype, criticaba la decisión de comprar Olapic.

Coloca la adquisición como uno de los grandes errores estratégicos cometidos por la dirección de la empresa estadounidense. Starboard cree que Monotype pagó demasiado por la ‘española’ (130 millones junto con otros 19 millones de dólares más procedentes de los pagos en acciones al equipo fundador) y también que su crecimiento ha estado por debajo de las expectativas.

Con todo, el 2017 ha sido un año para olvidar para la empresa, cuya venta se convirtió en una de las grandes operaciones de venta de ‘startups’ con sello español.

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