Las grandes compañías se preparan 

Total anima el giro estratégico de las petroleras con la ley del Clima a la vista

  • El anteproyecto de ley contra el cambio climático establece que a partir de 2040 no podrán circular nuevos coches de gasolina, diésel, gas o híbridos.
Las petroleras diversifican el negocio.
Las petroleras diversifican el negocio.

La petrolera francesa Total se ha rascado el bolsillo y ha pagado a EDP 515 millones para entrar a lo grande en el negocio eléctrico residencial de España. En febrero, la compañía ya había puesto pie en el negocio fotovoltaico gracias a acuerdos con Powertis y Solarbay Renewable Energy. Es el último movimiento en un tablero  marcado desde hace cuatro años por la reconversión de las grandes compañías  de hidrocarburos hacia áreas de negocio menos contaminantes. Las petroleras aceleran el giro verde en vísperas de que el Gobierno de luz verde al anteproyecto de ley de Cambio Climático que, entre otras cosas, expide el certificado de defunción del coche tradicional a 20 años vista.

El anteproyecto de ley que el Ejecutivo tiene previsto aprobar esta semana prevé que los nuevos vehículos ligeros no destinados a usos comerciales  reduzcan “paulatinamente sus emisiones, de modo que no más tarde del año 2040 sean vehículos con emisiones de 0gCO2/km”. A partir de esa fecha, no se permitirán coches nuevos con motor de combustión: ni gasolina, ni gasóleo, ni gas. Tampoco híbridos. Comienza el reinado del coche eléctrico y de la electricidad como base de la economía y de los negocios.

Las nuevas normas no pillan por sorpresa a las grandes compañías petroleras. Todas, de Repsol a Shell, de BP a Total, pasando por Statoil, GDF Suez o la misma Cepsa están buscado oportunidades en el negocio eléctrico y en las renovables. Los movimientos hacia la diversificaciòn, en principio lentos, comenzaron hace cuatro años. En los últimos meses se han acelerado porque sienten el aliento de los nuevos tiempos en la cuenta de resultados.

La última operación de Total con EDP para hacerse  con 2,5 millones de contratos de electricidad y gas de una tacada, supera la jugada de Repsol de 2018 con la compra de parte de los negocios de generación no regulados de Viesgo. Repsol se hizo entonces con 750.000 clientes en el sector eléctrico, un nicho que ha aumentado en los últimos meses hasta superar el millón de clientes en electricidad y gas. Total, que abandonó hace una década su bastión en España -Cepsa- vuelve con paso fuerte.

Reconversión del negocio

Hasta fechas recientes, la reconversión del negocio petrolero se veía todavía como algo lejano. Muchas empresas estaban convencidas de que los cambios en la industria de suministro de energía se producirían lentamente. Porque los hidrocarburos son abundantes y porque hay mucho dinero invertido en infraestructuras que tienen vocación de largo plazo. Pero la realidad se ha impuesto a empellones. 

Gráfico precios.
Gráfico precios.

Al fin se han cumplido las previsiones de la Agencia de las Energías Renovables (IRENA) que pronosticó para este mismo año 2020 cómo la electricidad producida a partir de energías renovables sería más barata que la generación con combustibles fósiles. Para 2020, señaló la agencia, "todas las tecnologías de generación de energía que ahora están en uso comercial" competirán en precio con los combustibles fósiles. No se trata solo del negocio de generar y distribuir electricidad. Al fondo aparece el coche eléctrico.

A las empresas, les toca espabilar. La normativa, tanto la nacional como la comunitaria, empuja hacia la descarbonización y las emisiones cero en el horizonte 2050. No hay vuelta atrás. Por eso, las petroleras trabajan en una doble vía: buscan oportunidades en los negocios renovables e intentan estirar el negocio tradicional lo más posible.  El anteproyecto de ley del Clima y los planes para recortar las emisiones un 20% respecto a 1990 en 2030, penden como una espada de Damocles sobre el negocio. Por esa razón, la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), en la que se integran Repsol, Cepsa, BP, Galp y Saras,  presentó a finales de 2019 un plan para sustituir petróleo por biomasa, basura e hidrógeno  y producir en sus refinerías ecocombustibles, menos contaminantes.

Plan en suspenso

El plan -paralizado temporalmente por las consecuencias de la pandemia- consistía en convertir las ocho refinerías españolas -cinco de Repsol, dos de Cepsa y una de BP- en centros de producción de combustibles elaborados con materiales ecológicos. Era la concreción en España de los planes adelantados por las grandes multinacionales del petróleo en la iniciativa FuelsEurope.

La operación de Total y EDP para entrar de forma decidida en el negocio de comercialización eléctrica demuestra que la partida energética se libra ya en otro tablero. Los combustibles fósiles todavía no son pasado, pero no son futuro. Para comprobarlo, basta echar un vistazo  las declaraciones públicas de los responsables de la industria petrolera. Hace menos de dos años, el presidente de la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), Luis Aires, cargó en público contra la entonces ministra -hoy vicepresidenta cuarta- Teresa Ribera para prohibir los motores de combustión en 2040. Unos meses después, en octubre de 2019, Aires explicaba que el aumento internacional de emisiones de gases en el año anterior del 2%, fue el mayor en ocho años, lo que mostraba una senda "insostenible". Todo un cambio.

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