Pisos para niños ricos: las inmobiliarias buscan nuevo negocio en la jet set

  • Los jóvenes millonarios piden pisos que superen los 2.000 metros cuadrados, con mejores acabados y diseños.
Lagasca99
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Mientras que la mayoría de su generación pasa apuros para poder pagar el alquiler o la hipoteca, en el mercado inmobiliario han irrumpido con fuerza los millenials de la jet set. Quieren más espacio, acabados más elegantes, mejores instalaciones y en zonas más céntricas. Las promotoras ‘prime’ se desviven por satisfacer las exigencias de unos jóvenes, herederos de grandes fortunas en su mayor parte, que tienen mucho que decir en el futuro de la vivienda. Tanto es así que ya se habla "del surgimiento de la nueva aristocracia".

Según un estudio de Luxury Portfolio International, casi una cuarta parte de los consumidores de lujo, de entre 25 y 49 años, buscan para su próxima compra una vivienda de 2.000 metros cuadrados, una cifra que cae al 6% para los encuestados de 50 años o más. Además, el 45% pide bañeras de hidromasaje, un 52% demanda electrodomésticos de cocina profesionales y un 54% exige cámaras de seguridad de vista múltiple. También buscan que la vivienda se encuentre cerca de zonas con buenos restaurantes y estar cerca de la familia.

“Muchos de estos jóvenes provienen de familias adineradas. Están acostumbrados a vivir con lujo, en grandes espacios y en zonas de alto standing. Conocen el mercado inmobiliario y saben lo que quieren. Compran viviendas que superan el millón de euros y, además, aspiran a vivir mejor que sus padres. En el mercado de lujo, siempre se puede ir más allá. Siempre se puede tener un suelo de mejor material, acabado más elegante y más eficiente, por ejemplo. No hay límites. Nosotros tenemos que esforzarnos cada día más para llegar a un público que es más exigente de lo que habíamos visto nunca”, explican fuentes del sector.

Un ejemplo de esta apuesta por un lujo cada vez más ‘extremo’ es la nueva urbanización que los dueños de La Zagaleta están construyendo para millenials, junto a las exclusivas urbanizaciones de Sotogrande y Valderrama. En total, serán 200 viviendas de entre 2.000 y 3.000 metros cuadrados que rondarán los cinco millones de euros. Ignacio Pérez, director de desarrollo de negocio de La Zagaleta, aseguró, precisamente, que estaban trabajando en la transformación del modelo de negocio para adaptarse a los millennials de clase alta. “Incorporaremos las últimas demandas en construcción, sostenibilidad y domótica de esta generación de consumidores.”, sostuvo.

“Valderrama 2 es ejemplo de cómo los millenials aspiran no solo a seguir, sino a superar la vida de sus padres. Ellos tenían La Zagaleta y sus hijos tendrán una urbanización a su medida. Lo cierto es que dentro del sector promotor e inmobiliario hay una fuerte competencia para llegar a este público. Los mayores de 50 años, que suelen cambiar su residencia habitual cuando ya se han ido sus hijos de casa, siguen apostando por el alto standing, pero en pisos más pequeños. Los grandes proyectos de lujo, de grandes dimensiones, estarán copados por los millenials. Y todos quieren su pedacito en este pastel”, continúan estas fuentes.

Instagram, el gran aliado

Según un estudio de la Universidad de Berlín, la mayor demanda de espacio y lujo está muy ligada también al fenómeno de las redes sociales. “El postureo o fenómeno del 'be poser' busca crear una imagen de vida, gustos, costumbres, que reflejen un status social”, detallan. Por ello, a diferencia de sus padres, muchos hijos de millonarios presumen de fortuna en redes sociales, especialmente en Instagram. “Es una forma de reafirmarse en una riqueza que, en su mayoría, poseen por nacimiento”, continúa. Por ello, el lujo, sea en cuanto a viajes o vivienda, debe demostrarse públicamente. En el caso de la vivienda, que tenga un diseño espectacular, para que quede bien en Instagram, es el resumen del estudio.

Esta realidad contrasta con la del resto de sus compañeros de generación. Según un estudio de CBRE, el 61% de los millennials españoles vive con sus padres, frente al 49% que así lo hace en el resto de países. “En el contexto económico que les ha tocado vivir, los millennials optan por vivir con sus padres, bien porque no trabajan y no pueden hacer otra cosa, bien porque ante el difícil acceso al mercado laboral alargan el periodo educativo. Si trabajan, vivir con los padres les permite mantener cierto nivel de vida así como ahorrar para comprar su propia casa en el futuro”, defiende.

“Los jóvenes españoles quieren emanciparse tanto o más que los jóvenes de otros países pero tardan más en poder hacerlo por la brecha que existe entre el mercado inmobiliario y sus posibilidades económicas, determinadas por la alta tasa de paro juvenil y los bajos salarios. Estos problemas, de lenta resolución, retrasan la emancipación de los jóvenes y la formación de nuevas familias, con consecuencias demográficas y sociales negativas”, concluye el estudio.

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