Se cumple una semana desde el arranque de la primera huelga de la historia de Amazon en España. En este tiempo, la compañía no ha movido ficha. No ha habido negociación alguna entre ambas partes. Y los sindicatos advierten: si finalmente se les impone el convenio sectorial de la logística en Madrid acudirán a la huelga indefinida como medida de presión y a los tribunales para presentar demandas contra el cambio no negociado de las condiciones laborales. La dirección de la empresa dio por hecho que a partir del 1 de abril les vincularán con ese convenio, pero desde el comité de empresa recuerdan que no ha habido una notificación oficial.
El conflicto laboral en el mayor centro logístico de la compañía, en San Fernando de Henares (Madrid), tiene una razón clara: la falta de acuerdo en la renovación del convenio colectivo. Tras diecisiete meses de conversaciones sin éxito, la compañía ha amenazado con la vinculación de las condiciones al convenio sectorial. Una medida que, según los sindicatos, implicará un empeoramiento de las condiciones de trabajo, especialmente para los niveles más altos de la plantilla, con una “congelación salarial y la eliminación de una categoría laboral, la reducción del precio de las horas extras y la nocturnidad”.
Siete días después, la empresa sólo ha dado por hecho que a partir del 1 de abril los empleados se adherirán al convenio sectorial y que acarreará un aumento del salario desde el 1,6% al 5,6% entre toda la plantilla. Desde los sindicatos insisten en que esas mejoras sólo se producen entre las escalas salariales más bajas, lo que representa una parte muy minoritaria.
Huelga indefinida
Hasta ahora, el centro logístico era el único de toda España que contaba con un convenio propio. En algunas de las reuniones con el comité de empresa, la compañía ha apuntado a esta posibilidad. Sin embargo, los sindicatos advierten de que no ha habido ninguna comunicación oficial. “No pueden cambiar las condiciones laborales sin hacer una notificación oficial”, apunta Ana Berceruelo, de CCOO y miembro del comité.
En caso de que suceda, desde el comité advierten de que endurecerán las medidas. Y señalan a la huelga general indefinida como la medida elegida para incrementar la presión. Esa es una medida. La huelga que tuvo lugar el día 21 y 22 de marzo no tuvo una gran repercusión en la actividad de la compañía que consiguió derivar muchos de los envíos a otros centros logísticos en Madrid y Barcelona y a Francia, según los sindicatos. Un paro total si implicaría un problema operativo muy serio para la compañía, pues el centro de San Fernando de Henares (Madrid) es clave para los envíos de los miles de pedidos que recibe diariamente.
El otro arma con el que pretenden incrementar la presión es acudir a los tribunales. “Si la empresa hace lo que ha dicho, el conflicto será mucho más duro del que tiene ahora y habrá denuncias en la Inspección de Trabajo y una verdadera batalla en los tribunales”, anuncia Douglas Harper, representante de CCOO en el comité, quien defiende que el convenio sin renovar -debía haberse negociado uno nuevo para 2017- sigue vigente “hasta que no se negocie otro”.
Un seguimiento “masivo” de la primera huelga
Durante las movilizaciones de los pasados 21 y 22 de marzo, el seguimiento fue “masivo”, según los sindicatos. Fue secundado por más de un 90% de la plantilla del centro de distribución, en el que trabajan casi 1.100 empleados de plantilla y unos 800 contratados a través de Empresas de Trabajo Temporal (ETT).
Aunque el salario medio de la plantilla se sitúa en los 26.000 euros, tras una progresiva caída en los últimos años, la realidad es que los empleados con niveles salariales fijados por el convenio cuentan con sueldos que van desde los 17,000 a los 24.600 euros.
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