Crecimientos de hasta el 50%

La plantilla de Amazon España: "Si suben más los pedidos habrá menos seguridad"

  • El fuerte incremento de la demanda en el país, junto con el posible cierre de los almacenes en Francia, hace saltar las alarmas entre la plantilla.
Fotografía planta Amazon San Fernando / EFE
Fotografía planta Amazon San Fernando / EFE

O más crecimiento o seguridad suficiente de la plantilla. Ese es el dilema al que se enfrenta Amazon en España y en otros grandes mercados. El crecimiento importante de los pedidos realizados por los clientes en el país por las restricciones a la movilidad por la pandemia del coronavirus ha hecho saltar las alarmas en la plantilla del gigante del comercio electrónico en el país. "Si suben más los pedidos, habrá menos seguridad", explican desde sindicatos. El centro de San Fernando de Henares (Madrid), que gestiona un 15% de todos los productos, ya está notando de manera significativa el incremento.

Los meses de marzo y abril representan la resaca navideña. Tras el enorme pico de compras en noviembre, diciembre y enero y de devoluciones a lo largo de febrero, los centros logísticos reducen la velocidad y pasan por un 'valle' que se alarga hasta el verano. La producción se recorta y la capacidad de los almacenes se acorta. Sin embargo, justo en este periodo de ralentización ha llegado la crisis del coronavirus. Los pedidos se han disparado en algunos casos por encima del 25% respecto a la media de estas fechas, según explican fuentes conocedoras. Y eso puede llevar a relajar las medidas de seguridad.

La consecuencia de ese incremento es una mayor contratación. A nivel global se han anunciado más de 175.000 incorporaciones temporales para cubrir esta demanda. En España no se han ofrecido números oficiales, pero sólo en la primera tanda de marzo se estimó que las incorporaciones superarían la barrera de las 1.500. Ahora llegarán más. En la mayoría de los centros han notado este aterrizaje de decenas (centenares en los más grandes) de mozos de almacén para ayudar a la preparación de los pedidos y de las devoluciones. Eso hace más difícil respetar las medidas de seguridad, según advierten desde el comité de empresa del centro de San Fernando de Henares.

Unas medidas de seguridad que han sido bien recibidas por la plantilla de ese centro, el más afectado por el coronavirus (llegó a haber varias decenas de empleados en cuarentena). "Es como si hubieran abierto el grifo", explican. Desde cámaras para medir la temperatura hasta todo tipo de medidas para mantener distancias de seguridad, evitar aglomeraciones y reducir los contactos en las plantillas. Hay que recordar que se conformó una comisión de seguimiento entre la dirección de la empresa y el comité de este almacén para analizar los pasos a dar.

¿Qué sucede? Básicamente hay temor en la plantilla de que la llegada de mucho más personal en las próximas semanas o meses -las restricciones de movilidad van a continuar y el comercio electrónico es uno de los grandes ganadores de esta crisis para hacer compras- haga mucho más difícil la imprescindible distancia social durante las jornadas de trabajo, las entradas y salidas de las instalaciones o los baños y zonas comunes. Temen, según confirman diversas fuentes, que haya un repunte de contagios en un momento como el actual.

El cierre de Francia

Hay otro factor importante que genera preocupación: Francia y la batalla legal que mantiene el gigante estadounidense con la justicia de aquel país por las medidas de seguridad. El pasado viernes, un tribunal de Versalles confirmó su primer pronunciamiento: sólo podrá vender productos de primera necesidad.  Los limitaba a cuatro grandes grupos: productos tecnológicos indispensables en un momento como el actual (teletrabajo, comunicaciones...), alimentación y salud y cuidado de las mascotas. Esta restricción llevó a la multinacional a cerrar las puertas de manera preventiva. Su justificación oficial: no son capaces de delimitarlo bien y el riesgo de acabar pagando las sanciones es alto. Hay quien lo ha interpretado como una medida de presión.

Sea como sea, las restricciones a Francia ya han podido afectar tangencialmente a España y podría hacerlo más. Según explican desde CCOO, hay una parte de los pedidos realizados en el norte de España que son servidos desde algunos almacenes del país galo. En caso de picos importantes de demanda suelen 'tirar' de esas instalaciones. Si se mantienen cerrados obligará a la red española a autoabastecerse, lo que implicaría más contrataciones y una capacidad más alta en los centros.

Más allá de Francia, Jeff Bezos, consejero delegado y fundador de la compañía, y su equipo se enfrentan al reto de dar respuesta a nivel global a este pico de demanda tan abrupto y en un momento del año tradicionalmente más 'tranquilo'. "A diferencia de un aumento predecible, este se produjo con poco margen, creando desafíos para nuestros proveedores y nuestra red de entrega", advertía el directivo a sus accionistas. Prueba de ello son las medidas que ha puesto en marcha en Estados Unidos para tratar de reducir el número de compras allí, según desvelaba el diario económico The Wall Street Journal. No sólo cancelando las ofertas especiales para el día de la Madre o del Padre o posponiendo 'sine die' el archiconocido Prime Day, sino también eliminando los cuadros de recomendación de artículos que invitan a los compradores a completar la cesta que ya ha llenado.

Con todo, este fuerte crecimiento por la pandemia del coronavirus ha despertado duras críticas a la empresa. Primero por la falta de medidas de seguridad suficientes en muchos de los centros de todo el mundo. Una situación que le ha llevado a cierres de instalaciones en su mercado de origen, huelgas en algunos países como Italia o 'affaires' con la autoridad laboral, como el que tuvo en España con su centro de San Fernando de Henares. Y junto a ello quejas de sus equipos logísticos ante la decisión de la empresa de no limitar su infraestructura exclusivamente para productos de primera necesidad y reducir así el nivel de actividad y de riesgo para las plantillas.

La otra crítica hay que encontrarla al mirar hacia el futuro. Muchas voces ya alertan sobre el dominio mayor que ejercerá la empresa en el mundo 'post-coronavirus'. El cierre de miles de tiendas, temporal o definitivo, ha dejado vía libre al gigante -y también a otros operadores online- para hacerse con el mercado y atraer a muchos clientes que hasta ahora no lo habían probado. No hay datos fuera de Estados Unidos, pero allí el gasto del consumidor en su tienda se disparó hasta un 100%, según las estimaciones de la firma de análisis Facteus. Su crecimiento continúa. Y en España empiezan a saltar las alarmas de nuevo por la seguridad.

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