La plantilla de BT España tiembla ante una oleada de despidos tras su venta

  • Directivos y empleados temen salidas en un equipo que lo forman alrededor de los 1.000 empleados, un 20% más que Másmóvil, uno de los pujadores.
British Telecom
British Telecom

La venta del negocio español de British Telecom afronta su recta final y su plantilla teme serios recortes laborales. De hecho, han saltado las alarmas ante una posible oleada de despidos después de que se produzca el cambio de manos. La compañía británica ha contado con un equipo que ha rondado el millar de empleados durante los últimos años. Varios fondos y operadoras como Másmóvil se encontraban entre los grandes aspirantes en esta particular 'subasta'.

El antiguo monopolio británico de las telecomunicaciones colgó el cartel de 'Se Vende' a su filial en España antes del verano. Tras años de muchos rumores sobre su salida del país, la compañía empezó las primeras conversaciones que acabaron con una terna en la que estaban dos fondos de 'private equity' (Carlyle y Portobello) y un operador (Másmóvil) a los que se trató de sumar 'in extremis' Orange. Las conversaciones se han alargado durante los últimos meses. Y, según confirman diferentes fuentes, el proceso se encuentra en la fase final.

Mientras ese proceso se acerca, la inquietud entre la plantilla de la compañía en España -que cuenta con su oficina central en el madrileño barrio de Las Tablas y con cinco delegaciones en algunas de las principales ciudades- ha ido 'in crescendo' en estas últimas semanas. Según confirman fuentes sindicales, existen temores fundados sobre los recortes laborales que habrá tras la venta. Las mismas fuentes insisten en que la intensidad de esta reducción dependerá mucho del comprador y el modelo de negocio que quiera implantar. Sean fondos de capital riesgo -con intención de rentabilizar la inversión para, posteriormente, vender con el máximo de plusvalía- o sean operadores 'tradicionales' -que buscan hacer crecer su negocio de empresas sin engordar de manera importante sus costes en un momento delicado para el sector-, todo apunta a que se saldará con salidas.

Las grandes compras de compañías en el sector de las telecos de la última década acabaron en expedientes de regulación de empleo. Tanto en el caso de Jazztel, adquirida por Orange, como en el de ONO, comprada por Vodafone, acabaron en despidos colectivos ante las duplicidades y las sinergias. El primero alcanzó a casi 500 empleados y el segundo a algo más de 1.500. La excepción la configuró Pepephone y Yoigo, incorporados al grupo Másmóvil. ¿La razón? No se trataba de equipos muy abundantes, ni existía solapamientos importantes.

La plantilla de British Telecom se ha mantenido relativamente estable en España en los últimos años. Según las propias cuentas presentadas en el Registro Mercantil, en los últimos tres ejercicios fiscales ha pasado de 994 a 1.116 trabajadores. Esta última es la cifra a cierre de su ejercicio 2018, concluido en marzo de ese año (las cuentas del último año completo aún no han sido presentadas). Para contextualizar, Másmóvil -uno de los que pujaron en la última fase por estos activos- contaba a finales del primer semestre con 806 trabajadores entre todas sus filiales (581 en el ejercicio anterior).

Costes de estructura altos

Fue en el año 2014, cuando British Telecom llevó a cabo un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectó a un centenar de sus empleados. Este fue el último despido colectivo vivido en la plantilla. Ésta implica unos costes de estructura altos en comparación con el resto de sus competidores. En total, la ratio de ingresos por empleado roza los 300.000 euros. Telefónica lo sitúa en algo más de medio millón de euros y Másmóvil en 1,84 millones. 

Por su parte, el negocio de la compañía se ha reducido hasta los 334 millones de euros en 2018. ¿La razón? La migración de servicios vinculados a la voz internacional a la matriz en Reino Unido. En cuanto a la rentabilidad, el margen se ha mantenido relativamente bajo por esos elevados costes. El margen de Ebitda es de apenas un 3%. La filial española de Telefónica esa cifra la sitúa en el 24% y Másmóvil en el 27% (con el Ebitda ajustado). 

Los británicos lograron un espaldarazo en forma de varios contratos millonarios con la administración pública. En total han sumado más de 70 millones de euros en licitaciones con varios años de ejecución desde finales de este verano. Esa es una de sus cartas de presentación en la venta, que llega a su fase final. Una venta que hace temblar a la plantilla y despierta los fantasmas de un nuevo ERE.

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