Solo unas horas de diferencia han separado la inauguración por parte de la gallega Inditex de la mayor tienda del mundo de Zara en la Plaza de España de Madrid, del anuncio por parte de su competidora, la japonesa Uniqlo (propiedad de Fast Retailing), de que abrirá a pocos metros su mayor establecimiento en España. La apertura coincidirá con el quinto aniversario de la firma nipona en nuestro país.
La matriz de Uniqlo obtuvo un beneficio neto atribuido de 175.684 millones de yenes (1.335 millones de euros) en el conjunto de su año fiscal, que concluyó el pasado mes de agosto, por lo que casi duplicó las ganancias obtenidas el ejercicio previo. Mientras, la multinacional con sede en Arteixo (Coruña), propietaria de marcas como Massimo Dutti, Bershka y Oysho, cerró 2021 con un beneficio neto de 3.243 millones, casi el triple que en 2020, que fue el ejercicio más difícil de su historia por la pandemia.
Hace ya unos años que Yanai empezó a expresar públicamente que su objetivo era superar a Inditex para convertirse en el primer grupo textil a nivel mundial. “Tengo mucho respeto por Inditex. Al igual que nosotros han pasado de ser un negocio local a convertirse en un fenómeno global con tiendas en todo el mundo. Zara nos sirvió de ejemplo, quisimos seguir su camino”, aseguraba en una entrevista a EFE.
Números al margen, los dos gigantes del retail tienen algunas cosas en común. Sus fundadores, el hombre más rico de España, Amancio Ortega, y el más rico de Japón, Tadashi Yanai, comparten un origen humilde y los imperios que han levantado a lo largo de los años arrancaron en una pequeña tienda de barrio. ¿Comparten algo más los dos empresarios que aspiran a mantener y alcanzar el trono de la industria textil mundial?.
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