Derechos humanos

La última polémica de Musk: Tesla abre un centro en una región china oprimida

Estados Unidos prohíbe la importación de bienes producidos por mano de obra esclava uigur, la minoría musulmana que se encuentra recluida en centros de detención forzosa que violan los derechos humanos.

Supercargador de Tesla
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Europa Press

La compañía de automóviles eléctricos Tesla está siendo criticada por organizaciones de derechos humanos tras su decisión de establecer una sala de exhibiciones en la provincia china de Xinjiang, donde Naciones Unidas estima que más de un millón de musulmanes uigures se encuentran en campos de detención. Este hecho trascendía a los medios de comunicación el pasado 31 de diciembre, a través de una publicación de la empresa en la red social Weibo, el homólogo de Twitter en China. 

Según recoge Reuters, el Consejo de Relaciones Musulmanas-Estadounidenses, el grupo de derechos musulmanes más grande de Estados Unidos, ha criticado la decisión. "Elon Musk debería de cerrar esta sala de exhibiciones de Tesla en Xinjiang", ha recalcado la plataforma a través de una publicación de Twitter, quienes acusan al multimillonario de "apoyar el genocidio" que, presuntamente, allí se está llevando a cabo según denunció la BBC

La agencia de noticias también asegura que la decisión también fue criticada por una asociación comercial estadounidense y el senador republicano Marco Rubio. A las críticas también se han unido grupos como Human Rights Watch. "Los ejecutivos de Elon Musk y Tesla tienen que considerar los derechos humanos en Xinjiang o arriesgarse a ser cómplices", ha advertido Sophie McNeill, portavoz de la entidad a The Guardian

Sanciones desde Estados Unidos

Estados Unidos ha impuesto una serie de sanciones a China por las violaciones de derechos humanos en Xinjiang. El mes pasado, el país aprobó una ley que impone restricciones a las empresas estadounidenses que operan allí. Estados Unidos por su parte también decidió boicotear los Juegos Olímpicos de Invierno en el país como protesta. Las autoridades chinas están llevando a cabo una campaña masiva en Xinjiang para "reeducar" a las minorías, en particular a los musulmanes uigures. 

Naciones Unidas estima que alrededor de un millón de personas están detenidas en campos de reeducación. Según recoge Europa Press, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó el proyecto, ahora convertido en ley, que prohíbe la importación de bienes producidos por mano de obra esclava uigur a menos que las empresas fabricantes puedan demostrar que no se han fabricado en condiciones de trabajo forzoso.

"El genocidio en curso perpetrado por el Gobierno chino contra el pueblo uigur y otras minorías musulmanas es un desafío para la conciencia del mundo entero", señaló la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, antes de que se aprobase el proyecto de ley, tal y como recogió Bloomberg. Ahora, con la ley aprobada, el Departamento de Seguridad Nacional deberá crear una lista de entidades que colaboren con las autoridades chinas en la represión de la minoría uigur.

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