La mayoría guarda silencio

El portazo de Ericsson mete presión a Telefónica y a otras telecos del Mobile

La decisión de no acudir golpea a la organización y obliga a tomar partido al resto de expositores. La GSMA mantiene un retraso a otoño o una versión totalmente virtual como planes 'b'.

John Hoffman: "Estábamos muy decepcionados con la huelga esta mañana"
John Hoffman, consejero delegado de la GSMA.

4 de febrero del pasado año 2020. La compañía coreana LG rompía el hielo después de varios días de mucha especulación ante el progresivo avance un incipiente coronavirus en Italia y China: "Anteponiendo la seguridad de  empleados, socios y clientes, hemos decidido cancelar su participación en el MWC 2020". Con esa simple frase, abría la caja de los truenos y se convertía en el primero de muchos. Después llegaron más: Vodafone, Deutsche Telekom, Nokia, Intel, Facebook, AT&T... Un año después, la historia se repite. Esta vez, el que abre la 'caja de Pandora' es Ericsson. Y su anuncio de baja pone en un brete al resto de compañías, como la propia Telefónica, el resto de operadoras de telecomunicaciones y fabricantes.

"Teniendo en cuenta que nuestra principal responsabilidad es la salud de nuestra gente, hemos decidido no participar". Las palabras son prácticamente calcadas a las de LG. Y el brete para el resto de compañías es también muy similar. Este primer movimiento del gigante sueco obliga al resto de grandes expositores a decidir si los riesgos que percibe la multinacional son suficientes para cancelar su presencia en el evento. Por ahora, la mayoría guarda silencio. Pero varios directivos de grandes operadoras y compañías confirman a La Información que la probabilidad de que haya muchas más bajas en los próximos días o semanas e, incluso, una cancelación o retraso de todo el evento es muy elevada.

La baja de Ericsson es muy sensible. Se trata de uno de los tres grandes fabricantes de infraestructura de telecomunicaciones (con una red ultrarrápida 5G en ciernes) y uno de los expositores con más espacio y despliegue en la feria. En años anteriores había reservado más de 6.000 metros cuadrados para su 'estand' con el desplazamiento de varios centenares de empleados directos e indirectos del grupo. Hace un par de semanas estuvo presente en lo que se conoce como el 'Mobile pequeño', con sede en Shanghai, con personal propio de su filial allí. Pero, además del tamaño, también supone un golpe por el momento elegido para no acudir: menos de 24 horas después de que la GSMA presentara su plan de medidas de seguridad. "Es un golpe en toda regla a la organización", apunta el directivo de una de las grandes compañías asistentes a la feria.

Las telecos guardan silencio

Las operadoras de telecomunicaciones mantienen una posición a la expectativa muy similar a la del año 2020. En esa ocasión, no fue hasta el último momento cuando Deutsche Telekom movió ficha y arrastró a Vodafone o British Telecom. Hay que recordar que en el consejo de la GSMA -entidad holding que engloba a las principales compañías del sector y de la que 'cuelga' GSMA Ltd, encargada de la celebración del evento- tienen un sillón representantes de muchas de estas compañías. En el caso de Telefónica, su papel de 'anfitrión de facto' la lleva una vez más a tener una actitud mucho menos beligerante que otras. Desde la compañía se mantienen a la espera y mantienen sus planes. Es lo mismo que sucede con Orange, cuyo presidente, Stéphane Richard, es también el presidente de la propia GSMA.

Esto sucede con las telecos europeas, con una mayor vinculación 'emocional' con el evento. Pero, ¿y las estadounidenses? AT&T, el antiguo monopolio del país y la empresa más grande, aguantó casi hasta el final en 2020 para anunciar su decisión de retirarse. Un portavoz del grupo americano confirma que, al menos por ahora, asistirán: "Si bien estamos observando de cerca las tasas de infección por Covid-19 y el proceso de vacunación, tenemos la intención de estar allí". Este medio se ha puesto en contacto con NTT Docomo, una de las grandes operadoras japonesas que también anunció su baja en 2020 antes de la cancelación, sin haber recibido respuesta.

El gigante AT&T confirma la "intención de estar en Barcelona" pese a analizar de cerca la evolución de la pandemia

¿Y el resto de fabricantes y tech?

Junto a las operadoras, los fabricantes de infraestructura de telecomunicaciones y los de móviles son los que más espacio expositivo e importancia aglutinan en el evento. Los asiáticos, como Huawei y ZTE, mantienen sus planes. Nokia aplaude la publicación del plan de seguridad pero insiste en que continúan "evaluando la situación dando prioridad a la seguridad de nuestros empleados y clientes en nuestra planificación". ¿Y los gigantes tecnológicos? Facebook asegura que no tiene ninguna información que compartir "en este momento", mientras que Nvidia, Cisco o Intel guardan silencio a preguntas de este medio.

Respecto al año 2020 hay algunas diferencias. Además de la situación epidemiológica, hay mucho más margen para no incurrir en gastos. Y desde las compañías deben decidir ya qué hacer con el objetivo de no hacer desembolsos para el diseño y construcción de los expositores o las reservas de hotel y de viajes de los miles de empleados que se movilizan de decenas de países del mundo. El pasado ejercicio pagaron no sólo los metros cuadrados del recinto ferial de Hospitalet de Llobregat, sino por toda esa infraestructura. La decisión voluntaria de no acudir impide, según la experiencia de la pasada edición, plantear reclamaciones económicas.

Generalitat, movilizada... ¿y planes b?

Mientras toman partido en este 'tira y afloja', las administraciones, como sucediera en febrero del año pasado, vuelven a movilizase, al entender que hay mucho en juego. No sólo en términos de ingresos para Barcelona (y España) sino también para el evento en sí, que se vería seriamente afectado. La consellera de Presidencia y portavoz del Govern en funciones, Meritxell Budó, defendió que se podrá celebrar "con todas las garantías de seguridad"  y apuntó que será "una edición más reducida pero es un año difícil y es importante que este evento se pueda celebrar". Al menos sobre el papel, el contrato de la GSMA con la ciudad se alarga hasta el año 2024, pero la realidad, según apuntan varias fuentes conocedoras, el evento "quedaría muy tocado".

Por su parte, GSMA se mantiene en sus trece. Hay mucho dinero en juego. No sólo los 9,5 millones de euros del 'rescate' público que le lanzaron las administraciones públicas a través de la Fundación Mobile World Capital -que tendrá que devolver en caso de que no se celebre este año- sino todas las reservas de hotel, el suelo y las entradas, además de la retirada de algunos patrocinios. Desde la entidad insisten en que respetan la decisión de Ericsson y apuntan a que se adaptarán según sea necesario. "Las circunstancias globales siguen siendo dinámicas, por lo que debemos comportarnos en consecuencia", apunta una portavoz. Entre los 'planes b' se encuentra un retraso del evento a octubre o noviembre, cuando el proceso de vacunación haya avanzado mucho más y el riesgo sea más limitado, o incluso la celebración completamente 'virtual' sin presencia física de los asistentes en Barcelona, lo que reduciría de manera significativa el interés. Ericsson activó la 'bomba'. Y la cuenta atrás ya ha comenzado.

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