El Grupo Prisa ha movido ficha de nuevo en el escenario de los medios de este país y ha pactado con Godó la compra del 20% que mantenía en Prisa Radio por 45 millones de euros, con el objetivo de consolidar su proyecto y convertirse en el primer grupo de medios en español, tanto en prensa como en el mercado radiofónico. La operación, que ha sido acordada por ambas partes, pero que está pendiente de cerrar los últimos flecos, se enmarca dentro del proceso que los nuevos dirigentes de Prisa están aplicando en la compañía desde que Joseph Oughourlian llegó a la presidencia en febrero del año pasado para aprovechar al máximo las sinergias entre todas las partes del consorcio de la mano de la digitalización y potenciar la rentabilidad de sus proyectos.
Esta operación pone fin a la aventura del consorcio catalán de medios de comunicación controlado por Godó, desde que en junio de 2006 se unió a Prisa para agrupar sus participaciones en la Sociedad Española de Radiodifusión (SER) y Antena 3, para crear la mayor empresa de radio en el área de habla castellana. Aquel acuerdo de integración de Antena3 Radio en la Cadena Ser se materializó en la sociedad Unión Radio (después Prisa Radio) y lo firmaron Jesús de Polanco y Javier de Godó. En su momento, suponía gestionar bajo la misma cabecera unas 1.100 emisoras de radio en varios países, en un pacto que daba a Prisa el control del capital y a Godó el 20% restante.
Hace apenas un mes, Prisa presentaba su plan estratégico hasta 2025, donde la parte de medios de comunicación se planteaba alcanzar unos ingresos en 2025 de entre 450 y 500 millones de euros, a partir de tres palancas de expansión: la apuesta por el negocio digital, la expansión geográfica y el aumento de la rentabilidad. El control total del negocio radiofónico del grupo, sin injerencias de un medio como Godó, propietario de la catalana RAC1 y con el que la Cadena SER compite en Cataluña, era un paso necesario por parte de la compañía de Oughourlian para sacar el máximo partido a esa área de negocio. La idea de los responsables de Prisa Media es que la filial aumente de forma importante el negocio digital y alcance una facturación dentro de cuatro años que suponga el 41% del total del grupo, frente al 24% con que cerró el año pasado.
La clave de la digitalización
La compañía se ha marcado una hoja de ruta para los próximos años centrada en el crecimiento de sus dos negocios, el de medios y la editorial Santillana en educación, con la idea de alcanzar unos ingresos de 1.000 millones de euros en 2025, gracias a la estabilidad financiera que les ofrece el acuerdo de refinanciación alcanzado el año pasado y con una estrategia que pasa por buscar la rentabilidad de los negocios mediante la puesta en el mercado de productos innovadores, tanto en el periódico 'El País' como en Prisa Radio una vez aclarada su estructura accionarial, y un fuerte compromiso con la sostenibilidad y la gobernanza corporativa, según explicaron los máximos dirigentes del grupo en la presentación del plan.
El grupo español de comunicación logró incrementar sus ingresos en el primer trimestre del año en un 32,8%, para cosechar un beneficio de 100.000 euros que deja atrás las pérdidas de 13,8 millones del mismo periodo del año anterior, todavía acuciados por la pandemia y la atonía del mercado publicitario. En esta ocasión, esas cifras del primer trimestre para todo el 'holding' se lograron con una aportación de la parte de medios un 7,2% superior, gracias al crecimiento del modelo de pago y el buen comportamiento de la publicidad (+11%). Los ingresos digitales aumentaron su contribución en un 33%, hasta representar el 39% del total, según informó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores hace apenas una semana. Aún así, el propio Oughourlian se reafirmó en el plan de la compañía pero advirtió que "hay que tener cautela ante la incertidumbre derivada de la guerra en Ucrania y las consecuencias económicas que puede acarrear".
El Grupo Prisa ha conseguido, además, frenar la incertidumbre que pesaba sobre su accionariado tras el anuncio que uno de sus principales accionistas, el francés Vivendi, hizo a finales del año pasado para aumentar el casi 10% que tiene hasta un 29,9%, el límite antes de lanzar una opa. Tanto desde Prisa como por parte del propio Vivendi se ha advertido que ese proyecto queda en 'stand by', lo que le da más margen a los actuales gestores de la compañía para poner sus planes en marcha sin interferencias por parte del accionariado.
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