Las puertas giratorias entre el CSN y la sociedad pública Enusa 'tocan' a la SEPI

  • El nombramiento de un técnico clave en el regulador nuclear para dirigir la fábrica de uranio de Salamanca tras su jubilación desata protestas 
ENUSA ha fichado al exdirector técnico del CSN tras su jubilación.
ENUSA ha fichado al exdirector técnico del CSN tras su jubilación.

Del organismo regulador a una empresa regulada, sin paradas. La Empresa Nacional del Uranio (Enusa), propiedad de la SEPI (60%) y del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (40%) anunció el pasado día 13 el fichaje de Antonio Munuera como director de la fábrica de uranio de Juzbado (Salamanca). Munuera se había jubilado oficialmente nueve días antes como Director Técnico del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) tras convertirse en los últimos años en la pieza clave de la estrategia para prolongar la vida de las nucleares. El fichaje de Munuera -35 años en el CSN- ha generado malestar. La SEPI aún no ha dado el definitivo visto bueno al fichaje.

La Oficina de Conflicto de Intereses  (Ministerio de la Función Pública) no puso inconvenientes a la contratación de Munuera, según fuentes de Enusa. "Munuera cumple todos los requisitos" sostiene la compañía. Pero el contrato se ha atascado en la SEPI, que tiene que dar el definitivo visto bueno. Hasta la sociedad estatal han llegado los ecos de las protestas y la autorización está pendiente, según confirma la empresa del uranio, que justifica la contratación de Munuera por la necesidad de "fomentar la cultura de seguridad" en Enusa.

Aunque la empresa contratante quita hierro a la polémica, en el CSN hay mar de fondo. Fuentes del organismo señalan que el paso de Munuera de regulador a regulado compromete la imagen de integridad del cuerpo técnico del organismo. La Asociación Profesional de Técnicos de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica (ASTECSN) ha llevado su inquietud a un comunicado en el que argumenta contra el nombramiento de Munuera.

Incompatibilidad

ASTECSN recuerda que el Estatuto del CSN de 2010 (artículo 27) equipara al presidente del Consejo, a los consejeros y a los directores técnicos en el régimen de incompatibilidades. Dicho régimen prevé que "al cesar en su cargo y durante los dos años posteriores no podrán ejercer actividad profesional alguna relacionada con la seguridad nuclear y la protección radiológica". Todo, sostienen, para garantizar la independencia del regulador, que ahora se ve comprometida.

El sindicato de técnicos acusa a Munuera de haber contribuido "de manera fundamental" a la pérdida de transparencia del organismo. Lo hace con una amplia recopilación de asuntos internos polémicos: ceses, modificaciones de procedimientos, reducciones en el número de expedientes y ocultación de información al pleno del CSN.

Con la salida de Munuera hacia ENUSA, el presidente del CSN, Fernando Marti, pierde la palanca técnica que ha permitido al consejo, en ocasiones, inclinar el debate sobre el futuro nuclear a favor de la extensión de la vida útil de las centrales más allá de los 40 años.

Así sucedió con Garoña. El CSN aprobó renovar la licencia de actividad de la central pese a que había obras pendientes de realizar. Eran obras que el propio Munuera había solicitado por carta a la propietaria de la central, Nuclenor (50% de Endesa y 50% de Iberdrola) en el año 2015.

Renovación pendiente

La polémica de las puertas giratorias en el CSN sorprende al organismo pendiente de renovación. El presidente Fernando Marti -reprobado en el Congreso- cumple su mandato de seis años el 28 de diciembre. Otros tres consejeros -dos de ellos nombrados a instancias del PSOE- tienen que ser sustituidos antes de marzo. El proceso de renovación es complejo y los plazos están al límite. Si no hay acuerdo entre los partidos para designar candidatos, Marti puede prolongar su mandato hasta bien entrado el año 2019.

El Gobierno se debate entre cumplir la promesa de no prolongar la vida útil de las centrales más allá de los 40 y la necesidad de no comprometer el suministro, lo que llevaría a un cierre escalonado de centrales que podría ir más allá del año 2030.

El proceso de designación de candidatos para el CSN es largo: intervienen los partidos, el Gobierno y la Comisión de Transición Ecológica del Congreso, que debe examinar y dar el definitivo visto bueno a los nuevos consejeros propuestos. Son meses de tramitación y con los recesos parlamentarios,  Marti puede prolongar su mandato más allá de lo que sus detractores pensaban.

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