PwC tiene 'vía libre' para auditar al Santander pese a la multa por el Popular

  • La sanción conllevaba tres años de "incompatibilidad" para seguir revisando las cuentas individuales y consolidadas de la entidad intervenida.
Imagen de la sede de PwC en Madrid.
Imagen de la sede de PwC en Madrid.
José González

PwC estuvo revisando durante 35 años las cuentas del Banco Popular. Lo hizo hasta que la entidad financiera fue intervenida y pasó a manos del Santander. Coincidencias, las cuentas de la entidad presidida por Ana Botín también son supervisadas por la misma 'big four'. Este miércoles, el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (Icac), el órgano dependiente del Ministerio de Economía que supervisa a las auditoras, comunicó una sanción a PwC por cómo supervisó a la entidad financiera durante el ejercicio 2012.

Una sanción, a la firma y a su socio auditor José María Sanz Olmeda, por incumplir las normas de auditoría que ha conllevado, por un lado, una sanción económica; y, por otro, una incompatibilidad para seguir auditando las cuentas del Popular.

El Icac detalla que la sanción lleva "aparejada" la "incompatibilidad de los auditores con respecto a las cuentas anuales de la sociedad Banco Popular Español y Grupo Banco Popular (...) correspondientes a los tres primeros ejercicios que se inicien con posterioridad a la fecha en que la sanción adquiere firmeza en vía administrativa".

Una incompatibilidad que no se va a hacer efectiva. El Banco Popular, como entidad jurídica, tiene los días contados. La fusión con el Santander, la mercantil, aún no se ha producido pero está previsto que se selle a lo largo de los próximos meses. Por ello, PwC tendrá vía libre para seguir revisando sus cuentas, según explican fuentes de la compañía, porque las dos sociedades sobre las que versa la incompatibilidad dejarán de existir.

Aunque esa fusión jurídica aún no ha concluido, operativamente, el Popular ya casi no existe. En este último año, el Santander ha vendido filiales, como la de Estados Unidos (Total Bank), ha absorbido otras y ha presentado sus últimos resultados financieros con si los distintos negocios del otrora Popular ya formasen parte de él. Por el momento, lo que sí queda del Popular son su red comercial (sucursales). De hecho, para junio de 2019, está prevista la desaparición de la marca y en unos meses se integrarán las redes informáticas.

En cuanto a la sanción en sí del Icac, apunta que se cometieron dos infracciones graves, al incumplir las normas de auditoría susceptibles "de tener un efecto significativo sobre el resultado de su trabajo y, por consiguiente, en el informe de auditoría" de las cuentas del banco. La sanción, dos multas de 119.908 y 149.885 euros, más 3.200 y 3.400 euros a Sanz Olmeda. La firma ya ha comunicado que recurrirá estas decisiones. Entiende que el Icac ya realizó "una revisión exhaustiva" de su auditoría de Popular en 2012 sin cuestionarla.

PwC revisó al Popular durante más de tres décadas, sin señalar salvedades a la evolución de la entidad. En 2016, en cambio, sí apuntó una disparidad de criterios.

En su informe de ese ejercicio incluyó un párrafo de énfasis a las cuentas que el banco tardó en elaborar argumentando que estaba revisando su plan de negocio. "Los administradores han formulado las cuentas anuales adjuntas considerando que el grupo, en base a las previsiones actuales de negocio y a medidas específicas de capital, cuenta con los mecanismos de generación de capital, tanto orgánicos como inorgánicos, para cumplir con los requerimientos de capital durante el ejercicio 2017", apuntó entonces PwC.

Mostrar comentarios