Historia empresarial

Qué pasó con Ono: cómo Vodafone la acabó comprando por 7.200 millones

Era hasta entonces el mayor operador de cable de toda España, cuya red alcanzaba, tras veinte años de vida, los 7,2 millones de casas españoles. 

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Qué pasó con Ono: cómo Vodafone la acabó comprando por 7.200 millones
EFE

A finales de 2020, la agencia de calificación crediticia Moody's situó a España como uno de los mercados europeos en los que más se podrían producir operaciones de consolidación dentro del sector de las telecomunicaciones en "los próximos años". Ahora, se acerca el final de 2021, y apenas ha habido operaciones relevantes en este sentido, más allá de la ya aprobada fusión en Reino Unido y la opa de Euskatel. Y tal y como publicada La Información esta misma semana, los contactos de estas multinacionales con los reguladores en España y Bruselas se han intensificado ante la inseguridad jurídica por los potenciales 'remedios' que se impongan en futuras operaciones. 

Lo cierto es que en los últimos lustros no han sido pocas las fusiones o adquisiciones que se han producido entre las telecos. Una de las más grandes de las últimas décadas fue la compra de Ono por parte de Vodafone por nada menos que 7.200 millones de euros. Tras este movimiento, la compañía ahora capitaneada por Colman Deegan ganó más de un millón de líneas móviles y casi dos de líneas fijas. 

Ono era hasta entonces el mayor operador de cable de toda España, cuya red alcanzaba, tras veinte años de vida, los 7,2 millones de casas españoles. El comienzo de su historia data de 1997 cuando la empresa Multiel (Cableuropa) logró junto con otros operadores locales las licencias necesarias para operar en determinados comunidades autónomas. Un año más tarde, empezó a ofrecer sus servicios bajo la marca Ono. 

Más tarde, en 2004 casi todo el cable de España estaba en manos de Ono y AunaCable; en ese momento, tal y como explicó Xataka en su día, entre ambas compañías había intereses en los dos sentidos. Por parte de la segunda, uno de sus mayores accionistas, como era Endesa, tenía necesidad de hacer caja; mientras, Ono necesitaba saldar la alta deuda que acumulaba tras la compra de Retecal, que había perdido 25,6 millones de euros en 2003. 

El primer movimiento de ficha lo protagonizaría Auna que puso sobre la mesa 2.400 millones de euros para hacerse con Ono. Entonces, su presidente Eugenio Galdón rechazó la oferta. Su objetivo era claro: crear una cablera capaz de competir con la mismísima Telefónica. Auna acabaría dividida en dos: la parte del fijo fue a parar a Ono, mientras que la segunda a France Telecom. Esto no solo permitió a Ono llegar a todas las comunidades autónomas, menos Extremadura, sino que también engordó considerablemente su cuenta de resultados. 

En manos de los fondos de riesgo

Eso sí, no todo fue tan positivo. La compra de Auna supuso una ampliación de capital en la que entraron fondos de capital de riesgo (JP Morgan Partners, Providence Equity o Thomas H. Lee Company, entre otros) que se hicieron con un 60% del accionariado de la compañía, lo que también implicó la salida de Eugenio Galdón y una deuda que empezó a crecer cada vez más. Esto ocurrió el mismo año en que la compañía anunció el lanzamiento de una nueva modalidad de banda ancha de 50 Mbps para parte de la Comunidad de Madrid; 24 meses más tarde, la cobertura de ésta superaba los 5 millones de hogares. Un asunto no menor teniendo en cuenta que el afán de Ono era su competencia con Telefónica. 

Pero entre medias, la cablera presentó un expediente de regulación de empleo (ERE) que supuso la salida de 1.000 empleados. Y mientras se sucedían movimientos de fusiones y compras, los accionistas, sobre todo los fondos de riesgo, pedían la salida a bolsa de Ono. Fue en ese momento cuando el destino de la cablera tenía solo dos salidas: empezar a cotizar en el parqué español o una venta indirecta a la que por cierto no faltaron candidatos. 

Finalmente, fue Vodafone quien el 17 de marzo de 2014 acabó anunciando la compra de Ono por 7.200 millones de euros. En abril de 2015 Vodafone empezó a ofrecer los servicios Vodafone One, que abarcaba los de ONO (Internet, televisión de pago y telefonía fija) junto con telefonía móvil de Vodafone. En enero de 2018 se llevó a cabo la fusión por absorción. 

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