Red Points: así busca el exabogado de Ramoncín eliminar la falsificación online

  • La startup, que arrancó en 2009 con el polémico caso de los vídeos de 'El Jueves', quiere triplicar ingresos con su plataforma para detectar copias.
Josep Coll, fundador de Red Points.
Josep Coll, fundador de Red Points.

Noviembre de 2009. La revista satírica ‘El Jueves’ ve como Youtube cierra su canal. Una denuncia del cantante Ramoncín era el precedente. Unos días después, el artista retiraba la demanda. Pero era la primera vez que aparecía el nombre de una herramienta: Red Points. La desarrollaba el bufete de abogados que representaban al artista, con Josep Coll a la cabeza. Y tenía el objetivo de rastrear internet en busca de contenidos que vulneraran la propiedad intelectual.

Era el germen de lo que hoy es una compañía que ha conquistado a algunos de los grandes fondos de capital riesgo, tras la última ronda de 10 millones de dólares cerrada el pasado mes de enero y en la que participaron fondos importantes como Northzone o el luxemburgués Mangrove. Una compañía que durante el pasado año triplicó los 3,2 millones de euros de ingresos procedentes del pago efectuado por marcas y grandes empresas para utilizar su plataforma con la que perseguir falsificaciones y productos ‘piratas’.

Los orígenes, en 2011

En ese año 2009, Coll ya daba los primeros pasos. ¿Cuál fue el ‘clic’ para arrancar? La primera idea surgió un par de años atrás, tal y como reconocía el propio fundador, tras la contratación del bufete por una conocida actriz catalana porque sus desnudos en una película se encontraban en casi un millar de sitios de internet, que se lucraban con ello y deslucían su carrera.

Tras ese primer caso importante con el cierre del canal de Youtube de ‘El Jueves’, surgió un nuevo cliente relevante: la revista Interviú. La publicación que cerró sus puertas recientemente decidió contratar sus servicios para localizar a los sitios web que reproducían sus portadas y exigir su retirada.

Ese arranque dio paso a la constitución de la compañía en 2011. Josep Coll iniciaba la andadura junto con María Teixidor, abogada asociada procedente de Roca Junyent. Dos años más tarde, la letrada salió de la compañía y entró David Casellas, uno de los responsables del desarrollo de negocio digital en el FC Barcelona.

Afinando la plataforma con el primer capital riesgo

Hasta 2013, la plataforma contaba con una versión muy inicial. En febrero de 2014 recibieron la primera inyección de capital para impulsar: 100.000 euros del Banco Sabadell (a través de su programa de ‘startups’). Seis meses después lograron más de 600.000 euros de varios business angels del entorno de la escuela de negocios de Esade.

En ese año, decidieron incorporar como consejera delegada a Laura Urquizu, directiva del grupo de empresas catalán Inspirit, con el fin de profesionalizar la cúpula. “La versión 2 de la plataforma de Red Points ya estaba bastante avanzada y vimos la posibilidad de crecimiento en enfocarlo también a falsificaciones y no sólo contenido de una manera sistemática”, apunta la directiva en una entrevista con Lainformacion.com.

Esa era la teoría que Urquizu y el equipo directivo pusieron sobre la mesa a Mangrove Capital, un fondo luxemburgués que también es inversor de otras ‘startups’ como Letgo (brazo americano de Wallapop) o Badi. Inyectaron 2 millones de euros. que permitieron acelerar y “sistematizar el modelo de negocio”, creando un equipo de ventas y poniendo los ojos en Estados Unidos.

¿Cómo funciona?

Ese avance en el modelo permitió construir lo que se conoce como un ‘SaaS’. Un software que se presta como un servicio por cuya explotación se cobra una comisión periódica (mensual o anual). Hoy cuentan con dos soluciones: una centrada en la protección de las marcas contra falsificaciones y otra para contenido pirata o ilegal.

Pero, realmente, ¿cómo funciona la plataforma? Han creado un algoritmo de búsqueda específico para cada marketplace o red social (Amazon, Facebook, Alibaba, Taobao, Ebay, Instagram…), que detecta una posible falsificación y se le asigna una probabilidad de que sea efectivamente falso. Es el cliente el que confirma que así sea y automáticamente lanza requerimientos de eliminación. ¿Qué parámetros se introducen para detectar esos productos ‘piratas’? Precios máximos y mínimos, una lista negra y blanca de distribuidores, imágenes… “A ello sumamos nuestro conocimiento; sabemos qué distribuidores siempre venden falso”, apunta Urquizu.

Con este modelo, la compañía cerró el ejercicio 2016 con unos ingresos de 3,2 millones de euros, más de cuatro veces lo logrado un año antes (con unas pérdidas de 172.000 euros). Según explica Urquizu, que se niega a dar datos concretos, se ha triplicado la cifra, por lo que rondará los 9 millones de euros. Estados Unidos, donde cuentan con un equipo de ventas en una oficina en Nueva York, es el 25% del total con más de 80 clientes (España apenas representa el 5%). ¿Y quiénes pagan por su plataforma? La directiva descarta dar detalles por motivos de confidencialidad, pero apunta a grandes marcas de sectores como el textil, la moda, los deportes, el entretenimiento o el lujo.

Se enfrentan a un sector no muy tecnificado y con más bufetes de abogados y consultoras especializadas en retirar productos (menciona a MarkMonitor como una de las referencias). “Muchos lo hacen todo de manera manual”, explica.

Objetivo: crecer fuera

El pasado mes de enero, la compañía anunció el cierre de una ronda de 10 millones de euros, liderada por el fondo europeo Northzone, que también es accionista de las españolas Wallapop o Cornerjob.

El objetivo es acelerar. Duplicarán equipos de ventas y desarrollo en España y Estados Unidos. Este último contará a final de año con más de 50 desarrolladores informáticos en su sede en Barcelona. Buscan triplicar su negocio y, por tanto, superar la barrera de los 25 millones de euros. ¿Y la rentabilidad? No se obsesionan. “El mes que yo deje de seguir contratando nuevos recursos de tecnología y de ventas soy rentable, pero ese no es el objetivo”, explica Urquizu.

Con el dinero de esta última ronda, quieren consolidar aquella plataforma que daba sus primeros pasos con el polémico caso de Ramoncín. Lo harán en el peliagudo sector de la piratería y las falsificaciones. Queda por ver si lo conseguirán.

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