REE se conjura por el dividendo: ajuste del gasto, bajas y menos consultoría

Gráfico REE.
Gráfico REE.

Red Eléctrica de España (REE) ha aprobado un plan de ajuste con tres pilares para hacer frente a los recortes en la retribución del transporte de electricidad que plantea la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC). El bocado al núcleo del negocio de la compañía  -1.656 millones al año- es notable. Según los cálculos de la propia empresa -20% del Estado-, el tijeretazo puede superar los 350 millones de euros entre 2020 y 2022. Para cubrir el agujero sin tocar el dividendo, la compañía que preside Jordi Sevilla va a aplicar un plan de tres puntos que incluye recortes en los gastos de consultoría, ajustes en los procesos internos y la sustitución de parte de los trabajadores más próximos a la jubilación mediante bajas voluntarias.

REE no quiere abandonar el exclusivo club de empresas europeas que presumen de haber aumentado las retribuciones al accionista de forma continuada durante diez años. El objetivo es salvar el dividendo pese a los recortes planteados por Competencia para las actividades reguladas -transporte de electricidad-. El dividendo, que ha crecido en los últimos cuatro años a un ritmo del 7% (ver gráfico) no sufrirá recortes hasta 2022. A cambio, la compañía apretará el cinturón en otras áreas.

A partir de este año, REE gastará menos en consultoría, apretará las tuercas para evitar gastos innecesarios entre las empresas del grupo -la previsión de ahorro es de 32 millones-, ajustará más los procesos internos y negociará salidas voluntarias entre el colectivo de trabajadores más próximo a la jubilación (63 años) que ronda los 120 empleados. Las salidas, pactadas, no tiene por qué afectar a todo el colectivo. De hecho, fuentes oficiales de la compañía indican que las salidas no superarán la cifra de 55, en torno al 3% de la plantilla.

Menos sueldo, más flexibles

El ajuste de plantilla permitirá sustituir personal con sueldos relativamente elevados y menos capacidad de adaptación por trabajadores más jóvenes, con perfiles más flexibles, conocimientos actualizados y menores sueldos. REE complementará las medidas de ahorro con la congelación, que no recorte, de los sueldos de consejeros y directivos.

El plan de ajuste tiene las líneas maestras, pero tendrá que ser concretado en las próximas semanas por el consejo y pulido con los sindicatos. El anuncio de salidas y de recortes ha coincidido prácticamente en el tiempo con la penúltima compra de REE -primero fue Hispasat- de la era Sevilla.  Hace menos de una semana, REE llegó a un acuerdo para adquirir conjuntamente el 100% de la compañía brasileña Argo Energía , dedicada a la gestión de redes de transporte de alta tensión, y con una plantilla de más de 100 empleados. La inversión: 382 millones. Prácticamente el recorte de la CNMC.

Compra y ajuste

La coincidencia de la compra en Brasil con el plan de ajuste de la empresa es chocante. Recortes y expansión al mismo tiempo. Para la imagen de la compañía, pura mala suerte, según las fuentes consultadas. Porque sostienen que REE presentó su oferta en Brasil sin muchas esperanzas de vencer en la pugna por Argo y con la intención de hacer sentir su presencia más que de ganar la adjudicación. Pero la moneda salió cara.

REE está obligada a mantener el atractivo para los inversores. La compañía cotiza en el Ibex y tiene dos terceras partes de su capital en manos de inversores institucionales extranjeros. Por el lado de las actividades reguladas lo tiene difícil. Por ello, el plan estratégico de la empresa está orientado a la búsqueda de oportunidades en el exterior, especialmente en Brasil, México y la más difícil opción de EE UU. 

La compra de Hispasat, una operación que Sevilla se encontró ya servida y en la que ha invertido 933 millones, va en la misma línea de diversificación de actividades. La agencia de calificación de riesgos Standard & Poor's lo ha destacado en sus informes: antes de la adquisición de Hispasat, REE generaba alrededor del 5% de su resultado bruto de explotación (Ebitda) de las actividades no reguladas. Tras la compra, espera que en torno al 15% del beneficio bruto procederá de los negocios de fibra y de los satélites. Mientras, toca ajuste de cinturón.

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