El impacto de la Covid 19

REE reafirma la hecatombe del turismo a partir de agosto con datos de consumo

El índice mensual que elabora el gestor del sistema eléctrico muestra una caída interanual de la demanda de electricidad en el sector del 37%.

El 'salvavidas' de septiembre se hunde y aboca al cierre de los hoteles de la costa
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EFE

Red Eléctrica de España (REE) ha puesto números a la debacle del turismo registrada, sobre todo, en la segunda mitad del mes de agosto. El índice que elabora el gestor del sistema eléctrico sobre la evolución sectorial de la demanda en grandes consumidores muestra un retroceso interanual del 37% en la industria turística. Es el gran borrón dentro del sector servicios donde  todos los agregados han registrado mejoras relativas respecto al mes  de julio. En agosto, tras el desconfinamiento, el retroceso de la demanda se situó ligeramente por encima del 7%, casi dos puntos menos que la caída registrada en el mes anterior. En abril, el desplome sobre el mismo mes del año anterior llegó al 23%.

Los datos de REE indican que los efectos económicos de la Covid 19 son rápidos y están lejos de ser controlados. En apenas 15 días de agosto, los rebrotes y los confinamientos minaron la tímida recuperación iniciada en el mes de junio, tras el fin del estado de alarma y la reactivación de la actividad económica. Las cuarentenas y demás restricciones decididas en Reino Unido, Francia o Países Bajos acabaron con la esperanza de una normalización progresiva de la actividad turística en zonas clave. Turismo,automoción y transporte son los agujeros negros de la demanda, según los indicadores del gestor eléctrico.

El desplome en el consumo eléctrico del 37% respecto a agosto de 2019 enmarca una caída en el empleo atípica en el periodo. El sector turístico perdió en agosto a 39.875 afiliados a la Seguridad Social respecto al mes anterior (un 1,7% menos). Se rompió la tendencia positiva registrada en julio, cuando se ganaron más de 100.000, según los datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Números rojos

Las previsiones son negras. Septiembre no va a ser un mes de recuperación y los empresarios del sector ven la campaña perdida y números rojos en el horizonte. Agosto ha confirmado los peores pronósticos. La Organización Mundial del Turismo (OMT), en su barómetro más reciente, calculaba que, dependiendo de la reapertura que pudiera haber durante el verano  el cómputo global de pérdidas a final de año podría moverse entre el 58% y el 78% en tasa anual. Y las cosas, especialmente en España, han ido peor de lo previsto.

A tres meses de acabar el año, el ejercicio 2020 cerrará con datos de caída en el consumo eléctrico de Récord Guinness. Se sumarán a los que ya se registraron en 2019, que fueron muy negativos sin necesidad de coronavirus y de pandemias. En el conjunto del pasado año, el indicador global de consumo cayó un 4,6%, pero en la industria la caída interanual llegó a alcanzar el 9,2%. REE concluyó que se trató "del mayor retroceso interanual desde que se viene elaborando este indicador en el año 2010".

Estadística negra

El turismo se ha añadido este año a la estadística más negra, un espacio en el que también figura la industria del automóvil. Las vacas gordas se alejan y será difícil volver a las cifras de ejercicios anteriores. España terminó 2019 con 83,7 millones de turistas extranjeros, séptima marca histórica consecutiva que se batía y que inyectó a la economía nacional 92.278 millones de euros en gasto directo, según las cifras oficiales de la encuesta Frontur.

Las caídas en el consumo eléctrico se venían sucediendo desde antes de la pandemia, aunque la Covid 19 las ha acentuado. Además del parón de actividad, los técnicos explican el desplome por otras razones añadidas: el ahorro y las mejoras tecnológicas que aumentan la eficiencia de los procesos de producción. La crisis que estalló en 2008 obligó a particulares y a empresas a cambiar de hábitos y a modificar normas para ahorrar en energía y la demanda lo acusa.

Más allá de la crisis sanitaria, los números reflejan que algo ha cambiado en los hábitos de consumo y que el fenómeno no es pasajero. Viene de atrás. Las grandes y medianas empresas ya consumieron un 1,8% menos de electricidad en 2018. Muchas pymes y consumidores domésticos, además, han revisado la potencia contratada con el suministrador. La crisis dejó su poso y los usuarios, grandes y pequeños, según las organizaciones de consumidores, prestan cada vez más atención a sus contratos y tarifas. En general, se ha roto el lazo tradicional entre crecimiento económico y consumo.

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