Le da una semana

Reino Unido exige ajustes a Cellnex para respaldar la adquisición de Hutchison

El regulador británico plantea esta medida previa a iniciar una fase más profunda de una operación clave. Entiende que restringe la competencia en el país.

(I-D) El director de Finanzas y Desarrollo Corporativo de Cellnex, José Manuel Aisa, el CEO de Cellnex Telecom, Tobías Martínez, y el director de Asuntos Públicos y Corporativos, Toni Brunet.
Tobías Martínez, consejero delegado de Cellnex.
Europa Press

El regulador británico de la competencia (CMA) ha exigido a Cellnex y Hutchison que presenten compensaciones para así dar luz verde a la compra de las torres de la hongkonesa por parte de la española. El organismo parte de la base de que la transacción genera un impacto importante en el sector que ha de ser corregido. En caso de que durante la próxima semana no se planteen estas medidas, algo que se antoja probable, se iniciará una 'fase 2' de la investigación lo que retrasaría la aprobación hasta el año 2022, como tenía previsto la 'torrera' dirigida por Tobías Martínez.

La CMA tenía hasta este martes para estudiar en primera fase la operación. Debía analizar el impacto en el mercado de las torres de telecomunicaciones en el mercado británico. Y la conclusión es clara: la transacción da lugar a una "disminución sustancial de la competencia" como resultado de los efectos ocasionados en la oferta de acceso a los emplazamientos de telecomunicaciones y los servicios auxiliares de comunicaciones inalámbricas.

En concreto, el organismo entiende que hay una "competencia limitada" a la que se enfrenta Cellnex por parte de proveedores independientes de torres más pequeños y los operadores de redes móviles. "A la CMA le preocupa que este acuerdo pueda resultar en precios más altos o servicios de menor calidad para los operadores de red, con un impacto adverso para los usuarios de redes móviles en Reino Unido", apunta.

Ante esta conclusión, el organismo ha decidido dar la oportunidad a las compañías a que ofrezcan medidas correctas (conocidas en el argot como 'remedios') "que podrían ser aceptadas" por ellos. Para ello le da una semana. Tanto si el planteamiento de estas condiciones como si finalmente no lo hacen llevaría el estudio a una fase 2 que alargaría el veredicto final y definitivo hasta la primera parte de 2022.

Lo más probable es que ambas compañías desistan y no ofrezcan esos 'remedies', aguardando a que se inicie esa segunda fase. No hay que olvidar que la propia Cellnex ya había comunicado al mercado que la transacción en Reino Unido sería la más compleja por el tamaño de la misma y por la posición de mercado de la española. Y esa complejidad llevaría a un cierre largo hasta el próximo ejercicio, lo que atrasaría la incorporación de los 6.700 emplazamientos a su portfolio.

Una operación clave

La compra de las torres europeas de Hutchison se dividió en seis transacciones independientes, que tendrían autorizaciones regulatorias de manera individualizada. La 'torrera' ya ha conseguido la 'luz verde' para todas, excepto la de Reino Unido. En este país, pasó el examen hace más de un año con la compra de Arqiva, la ‘torrera’ independiente por 2.000 millones de libras esterlinas. 

Precisamente la propia Hutchison, ahora protagonista de esta venta, ya alertó de que esa transacción ponía en peligro la competencia en el sector: “Amenaza con obstaculizar la posición de Reino Unido en la carrera mundial del 5G; la creación de un nuevo monopolio puede aumentar los costes, reduciendo la inversión”.

Más allá de que se trata de una de las dos compras clave dentro del acuerdo con Hutchison, la operación también representa un hito importante: la delicada entrada en el accionariado de la española de la hongkonesa controlando el 5% de los títulos. Este aterrizaje, que sería el primero que hace una operadora de telecomunicaciones, sólo se producirá si, finalmente, se logra el cierre definitivo de la compra. 

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