El teléfono de José Vicente de los Mozos no deja de sonar. El funesto año que deja atrás la industria nacional del automóvil no consiguió frenar el ascenso de la carrera del ejecutivo. Al comienzo del nuevo año, el presidente de Renault España logró ponerse al volante de la firma en Portugal, el país que, casi por accidente, vio nacer al ingeniero, que empezó a maniobrar entre pistones en esta misma compañía, donde desembarcó como aprendiz hace ya más de tres décadas. El aceite de motor corre por las venas del directivo, que conoce los entresijos de una industria que este año deberá luchar contra los fantasmas de la Covid, una empresa nada fácil ante la que De los Mozos exige más ayudas al Gobierno y, a los políticos, "contar hasta tres" antes de referirse a un sector que representa el 10% del PIB español.
Después de un año sin freno, De los Mozos se ha consolidado como el rostro más internacional del automóvil español. Por delante, un año clave, en el que el directivo se ha propuesto reivindicar el peso de la industria más allá de las fronteras españolas. Parte de un año nefasto. El sector de la automoción sufrió un desplome en las ventas del 32% respecto al ejercicio anterior. El grupo francés tampoco vivió su mejor momento. La división española de Renault obtuvo un beneficio neto de 110 millones en 2019, lo que ya redujo en un 15,2% la cifra del ejercicio anterior. La Covid empeoró el panorama. Aunque la firma aún no ha trasladado los beneficios del año pandémico, la caída de un 21,3% en sus ventas no augura el mejor balance. Con todo, el motor español apuesta en firme por De los Mozos.
Escalón a escalón, el directivo se ha convertido en uno de los rostros más significativos -si no el que más- de la automoción en España. El último movimiento de Renault afianza el apoyo a la gestión de uno de los 'hombres fuertes' de su cantera. Los padres del ejecutivo emigraron a São Paulo, donde su progenitor consiguió un trabajo en la fábrica de la estadounidense General Motors. De los Mozos nació en la ciudad lusa en pleno 'milagro económico español', el 15 de octubre de 1962. Desde entonces, su vida ha transcurrido entre motores. De vuelta a España, en 1978, el ejecutivo entró de aprendiz en la cadena de montaje de la fábrica vallisoletana de FASA-Renault.
Además de hacerse fuerte en la firma francesa -que también le reserva un sillón en el Comité Ejecutivo de su matriz-, De los Mozos fue ratificado en 2020 como presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). La Junta Directiva y la Asamblea General de la patronal decidió prolongar el mandato del presidente de Renault España para 2021, en el que el sector ve un "momento clave para la historia de la automoción". La sombra del coronavirus planea sobre el motor -del mismo modo que sobre el resto de sectores clave para la economía española-. Y sus representantes, con De los Mozos a la cabeza-, exigen más respaldo.
La forja de una carrera sin mácula
Como tantos estudiantes, combinó el mono de trabajo con los libros y, tras obtener su titulación de ingeniería, pasó a formar parte del equipo de ingenieros de la Factoría de Carrocería Montaje de Valladolid. Sin salir de la capital castellana, se empapó de la teoría y práctica de una industria en la que, empezando por los cimientos, se fue abriendo paso. En 1993, coincidiendo con uno de los momentos más difíciles de la economía española, Renault lo llamó a filas en París, donde desempeñó distintos puestos de responsabilidad en la Dirección de Ingeniería de Renault.
Después de pasar por Nissan Motor Ibérica en Barcelona -de la que llegó a ser vicepresidente-, y por la firma proveedora de la automoción FICOSA -de la que se consagró como director general de Automoción-, volvió al grupo francés pasando, tras varias escalas, a llevar las riendas de la Dirección General de Fabricación y Logística del Grupo Renault a nivel mundial. De los Mozos está curtido en mil batallas. En el seno de la compañía leyó los titulares que anunciaban la mayor caída de la historia del automóvil, cuando España recibió el azote de la crisis del ladrillo y las ventas de vehículos en el país se hundieron un 28,1%, un desplome sin precedentes. La Covid-19 ha dejado pequeña aquella cifra y puesto a De los Mozos en una posición clave en un momento en que la industria automovilística deberá pelear cada terreno perdido a causa de la crisis sanitaria del coronavirus.
El compromiso de la industria con el país es notable y el directivo de Renault no titubea al exigir a las autoridades la misma seriedad que muestran los eslabones de una cadena que, en el año 2019, empleó al 9% de la población activa del país. Los datos de la última memoria anual de ANFAC -para 2019- hablan de un incremento de la inversión de las empresas de automoción en España del 3%, lo que supuso una inyección de 2.700 millones de euros. El sector apuesta por España: la cifra resultante fue superior a la media de inversión de los últimos seis años -alrededor de 2.000 millones-. También Renault.
De los Mozos se hizo eco, el pasado viernes, de la intención del grupo francés de adjudicar a España la fabricación de dos nuevos modelos, en las plantas de Valladolid y Palencia. En plena estrategia de recorte en el grupo a nivel internacional -que por el momento no baraja despidos en suelo español-, la noticia llegada desde Paría da alas al sector y a sus trabajadores, más cuando las previsiones del ejecutivo anticipan que, en todo 2021, España no llegará al millón de automóviles vendidos.
La batalla del directivo por mantener y consolidar el papel de nuestro país en el desarrollo mundial de la industria del motor no ha hecho más que empezar. La última responsabilidad que ha aceptado el ejecutivo en suelo luso refuerza la potestad de De los Mozos para exigir el respaldo de las instituciones, una misión en la que, de hecho, se ha mostrado firme durante toda la pandemia. "Cuando hagan declaraciones sobre el mundo del automóvil cuenten hasta tres", instó el directivo de Renault el pasado junio. Su empeño es inamovible: pese al río revuelto de la Covid, De los Mozos mantiene su reivindicación de "una nueva política industrial urgente para nuestro país".
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