'Juego de trenes'

Renfe amplía su radar en Francia a los regionales del sur al margen del AVE

La compañía pública mira hacia el corredor Provenza-Alpes-Costa Azul, donde SNCF ya ha empezado a perder posiciones frente a la competencia por la liberalización que exige Bruselas.

El presidente de Renfe-operadora, Isaías Táboas Suárez, comparece en Comisión
El presidente de Renfe-operadora, Isaías Táboas.
Congreso de los Diputados

Tras haber puesto fin a su aventura conjunta entre España y Francia y haber denunciado en distintas ocasiones sus problemas para entrar en el país vecino, Renfe amplía sus intenciones de crecer más allá de las fronteras del mercado nacional. El operador ferroviario sigue examinando la liberalización de los servicios regionales franceses y ha puesto ahora sus ojos en la región del sur del país, anteriormente bautizada como PACA por cubrir la ruta Provenza-Alpes-Costa Azul. Se trata de la tercera plaza que ataca la compañía dependiente del Ministerio de Transportes, después de haberse interesado por dos zonas del norte del país (la región de Hauts y la de Grand Est).

Renfe ha mostrado su interés por competir en una región en la que, paradójicamente, SNCF ha perdido recientemente su monopolio frente al operador privado Transdev. La compañía participada por el grupo Rethmann celebró haber ganado la concesión de la línea que une Marsella con Niza, pero contó con la firme oposición del operador incumbente hasta tal punto de obligar al regulador de los mercados, la Autorité de la concurrence, a intervenir en el conflicto. Este pulso también se trasladó al plano laboral, con movilizaciones entre los trabajadores que no querían ser subrogados.

Renfe manifestó por primera vez el pasado año su intención de rodar por Francia a través de trenes regionales, ya que esta modalidad de transporte ferroviario de pasajeros también se está liberalizando por mandato de la Comisión Europea. Primero se fijó en la región de Hauts, cuya incursión estuvo pilotada por una UTE entre McRit y la big four EY, como explicó La Información. Más tarde, en junio, hizo lo propio y se extendió hacia el este, a la región Grand Est, donde las líneas regionales (TER, en el argot ferroviario) también se están abriendo a la competencia. Otros pasos que ha dado el operador español en el mismo sentido han sido la apertura de una oficina comercial en Francia y la creación de su lobby en Bruselas para defender sus intereses.

Al margen de la comentada conexión Marsella-Niza, la región de PACA espera romper el monopolio de transporte de viajeros de SNCF en trayectos entre Les Arcs-Niza-Vintimille, Cannes-Grasse y Niza-Tende. Aunque las muestras de interés ya se han llevado a cabo, el calendario es largo y tedioso, por lo que se espera que no sea hasta 2024, e incluso principios de 2025, cuando los adjudicatarios de estos lotes puedan empezar a operar. La compañía tiene en mente completar estos concursos con otros similares en Alemania para poder cumplir con su plan estratégico para 2028, en el que la internacionalización es un aspecto clave.

Distintos ministros españoles han pedido a Francia reciprocidad en el trato a Renfe para que pueda operar al igual que SNCF

Donde Renfe tampoco pierde la vista es en la alta velocidad en Francia, país que se le resiste pese a que lleva tiempo con voluntad de entrar a operar. La compañía ya ha hecho público su malestar en distintas ocasiones y ha llevado al Gobierno de España a mover ficha. El exministro de Transportes, José Luis Ábalos, ya envió en 2020 una carta a su homólogo francés. Y su sucesora, Raquel Sánchez, también se ha pronunciado en este sentido, afirmando que pedirían responsabilidades en Bruselas. "Hay que ser contundentes, firmes y reivindicativos", dijo al respecto. 

España, en cambio, sí ha abierto la puerta a SNCF. El operador francés opera en el país con su compañía low cost Ouigo. Su estrategia de precios agresivos le está llevando a cosechar buenos resultados de captación e incluso ha obligado a Renfe a lanzar su propia división de bajo coste Avlo. A la filial de la firma francesa no le ha ido nada mal hasta el momento: presume de una ocupación media en sus Euroduplex (Alstom) del 90%, ha superado ya el millón de viajeros y en el corredor Madrid-Barcelona ha llegado a transportar ya a un tercio de los viajeros en el mercado. De lo que no hay noticias es de sus resultados económicos, por lo que se desconoce si su planteamiento es rentable.

Ruptura de la alianza España-Francia

El nuevo movimiento de Renfe llega en un momento en el que su relación con SNCF no solo no ha mejorado desde su llegada a España, sino todo lo contrario. El operador francés sorprendía el pasado mes de abril cuando anunciaba la ruptura del servicio conjunto con Renfe para operar el AVE entre la frontera española y la francesa. La falta de rentabilidad del proyecto, bautizado como Elipsos Internacional, fue el motivo esgrimido por Francia para romper la relación con el operador español. SNCF había dado pasos similares meses antes en su alianza conjunta con Trenitalia, la Renfe italiana, en el trayecto París-Turín-Milán que operaba su empresa conjunta Artesia.

Renfe, por su parte, ya ha contestado al comunicado de SNCF. La compañía ha designado a su director del área de negocio de alta velocidad, Francisco Arteaga, para que busque la vía para mantenerse en el negocio transfronterizo con Francia, con el que explotaban tres recorridos: Madrid-Barcelona-París, Marsella-Madrid y Lyon-Barcelona. Hasta inicios de 2020, SNCF y Renfe sumaron a estas líneas un nuevo trayecto con Toulouse, pero este servicio se tuvo que cerrar justo antes de la crisis del coronavirus. Esta joint venture sigue activa y no cesará en sus actividades hasta el próximo 12 de diciembre. 

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