Urge convencer al mercado

Repsol lanza un efecto llamada en busca de socios para su negocio de renovables

El plan de la petrolera que dirige Josu Jon Imaz de sellar alianzas en el terreno de la energía verde no termina de cristalizar, pese al momento favorable que vive la compañía.

El consejero de Repsol, Josu Jon Imaz
El consejero de Repsol, Josu Jon Imaz
Repsol

Repsol disfruta de un momento dulce en bolsa, impulsada por el rally del gas y el barril de Brent, pero esta buena racha no ha sido suficiente para seducir a un socio que afiance su negocio renovable ante el mercado. A diferencia de otros gigantes del sector, la urgencia de Repsol para sellar alianzas en el terreno de las energías limpias no responde a las limitaciones económicas del grupo. Lo que de verdad apremia a la petrolera es una cuestión de "marketing financiero" que amenaza con retrasar los planes del grupo de convertirse en un actor de peso en la pujante industria renovable.

La petrolera prevé exprimir el plazo de 18 meses que el propio Imaz se dio en noviembre de 2020 para decidir el futuro de la filial renovable. La hoja de ruta del grupo incluía dos opciones: sacar a bolsa esta división o dar entrada a un socio (o varios) en este negocio. El 16 de marzo, Repsol Generación Eléctrica, la subsidiaria que concentra los activos verdes de la petrolera, quedó convertida en sociedad anónima. Esto alimentó las expectativas del mercado ante un estreno bursátil antes de 2022, una operación que hubiera podido competir con la salida a bolsa del gigante Acciona Energía. 

Con el paso de las semanas, el suflé renovable se fue desinflando. Decenas de empresas verdes dejaron en vía muerta sus proyectos de puesta de largo en bolsa. Repsol fue una de ellas. La petrolera que dirige como CEO Josu Jon Imaz se inclina por incorporar a uno o varios accionistas antes de dar el salto en bolsa. El giro no altera el calendario inicial del grupo, que valoraba dilatar la decisión hasta pasado el primer trimestre de 2022. Recientemente, el grupo ha intensificado sus contactos con potenciales compradores, a fin de desatascar la estrategia y desencadenar un efecto llamada entre inversores que convalide definitivamente su filial verde ante el mercado, según varias fuentes financieras consultadas por La Información

A nivel económico, Repsol podría estar en condiciones de cumplir con su plan estratégico, que aspira a cuadriplicar su capacidad instalada renovable y de bajas emisiones de aquí a 2030. Pero la petrolera tiene por delante una importante labor de comunicación que pasa por convencer al mercado de la solidez de su cartera verde. Esta es, por ahora, tímida si se compara con la de otros gigantes del sector como Iberdrola o Endesa, ya que buena parte de sus activos se encuentran aún en desarrollo. De ahí la importancia de dar con un aliado que abra la veda de cara a los grandes inversores internacionales.

La idea original de Repsol es encontrar uno o varios compradores que se incorporen al capital de sus activos verdes, mediante la adquisición de una participación minoritaria que permita a la petrolera mantener las riendas de estos negocios. En principio, el grupo espera captar distintos inversores para cada activo. Muestra de ello es el mandato que la petrolera confió al equipo de fusiones y adquisiciones (M&A, en la jerga) de Banco Santander, que solo comprende la búsqueda de uno o varios inversores que impulsen el proyecto eólico aragonés Delta I. Repsol fichó a la entidad cántabra para coordinar el proceso a principios de verano, pero este no termina de fraguar

Repsol ha flexibilizado su estrategia y no descarta apoyar la entrada de uno o varios socios que adquieran una posición de referencia en ciertos activos verdes

La compañía que preside Antonio Brufau ha flexibilizado su estrategia. Las fuentes consultadas apuntan que Repsol no descarta apoyar la entrada de inversores, tanto industriales como financieros, que se hagan con hasta un 40% del capital de alguno de sus activos renovables siempre que el eventual comprador plantee una oferta lo suficientemente suculenta. En paralelo, la empresa siempre ha mantenido abierta la puerta a incorporar un socio para el conjunto de su filial renovable, un giro que podría elevar la valoración de esta división de cara a una futura oferta pública de venta (OPV), que también sigue sobre la mesa.

El desafío de la petrolera también es interno. En el capital social de la petrolera destacan las posiciones de grandes firmas de inversión internacionales como las estadounidenses JP Morgan (6,9%) y BlackRock (5,2%), o la francesa Amundi (4,5%); todas ellas viejas conocidas del negocio renovable. Según las fuentes consultadas, la magnitud de la transición a la que se enfrenta Repsol obliga a la compañía a convencer a sus principales accionistas de que el coste de capital del negocio renovable no excede más de lo soportable, el de su histórico negocio vinculado a las energías tradicionales. 

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