Números rojos en el negocio del crudo

Repsol acelera la apuesta renovable tras perder 7.100 millones en dos ejercicios

La petrolera ha rebajado el valor de sus activos en cerca de 8.000 millones desde el año 2019 y prevé invertir 5.500 millones hasta 2025 en negocios relacionados con la transición energética.

Campus Repsol
Repsol perdió 3.289 millones el pasado año.
REPSOL - Archivo

Los números rojos marcan la senda de la petrolera Repsol para reconducir el negocio. El objetivo es identificar y tomar posiciones en actividades poco contaminantes. La compañía ha perdido en apenas dos años 7.105 millones de euros -3.289 en 2020- y se ha visto obligada a reconocer en su contabilidad una pérdida en el valor de sus activos de otros 7.760 millones. Para salir de la encrucijada, la compañía ha previsto destinar un tercio de la inversión prevista hasta 2025 -18.300 millones- a lo que denomina "iniciativas bajas en carbono". Al consejero delegado de la petrolera Josu Jon Imaz le va mucho en el empeño. Imaz cobró 3,68 millones de euros en 2020 por todos los conceptos -1,2 millones de sueldo fijo- y tiene estipulada una asignación variable que puede llegar hasta el 120% del salario fijo si cumple todos los objetivos. 

El gran empeño y el gran reto de Imaz  es colocar a la petrolera en condiciones de cumplir con el compromiso de alcanzar cero emisiones netas en el año 2050. En la última presentación de resultados, la compañía detalló  que su Indicador de Intensidad de Carbono respecto a los niveles de 2016 disminuyó un 5%, por encima del 3% establecido como objetivo inicial. Un dato para armar una nueva imagen.

Las renovables están en primer término. Habrá crecimiento, pero no mediante grandes adquisiciones, según adelantó Imaz en una comparecencia ante analistas. "La prioridad es crecer en este negocio de forma orgánica", aseguró "es lo que estamos haciendo en España, lo que estamos haciendo en Chile y no descarto a analizar la posibilidad de entrar en un tercer país". Repsol cuenta con 1,13 millones de clientes de electricidad y gas y casi 3.300 MW de capacidad total instalada de generación de bajas emisiones; prevé alcanzar los 7.500 MW de generación eléctrica baja en carbono en 2025 y los 15.000 MW en 2030.

Salida a bolsa

En la apuesta renovable y la transición hacia la descarbonización se incluye la posible salida a bolsa de la división "verde". La petrolera baraja abrir el capital, pero sin perder el control, lo que permitiría colocar hasta un 49% en el mercado. Los cálculos están hechos. La petrolera cifra los ingresos por la desinversión en 1.400 millones de euros. Pero según Imaz, todavía no hay una decisión tomada sobre si habrá salida a  Bolsa o se incorporará un socio.

Donde no hay titubeos es en los mensajes destinados al eslabón más delicado para la petrolera: el accionariado. Imaz llegó a asegurar en la conferencia de analistas que la política de retribución anunciada el pasado mes de noviembre "está escrita en piedra". Repsol prevé repartir en 2021 un dividendo de 0,60 euros por título -un recorte del 23%-, cantidad que se incrementará progresivamente a lo largo del plan, hasta alcanzar los 0,75 euros por acción. A partir de 2023, estima una fase de crecimiento que le permitirá superar la cota del euro por acción.

Repsol, como el conjunto de las petroleras, siente la presión y la influencia cada vez mayor de los fondos que toman decisiones de inversión basadas en factores medioambientales. Esos fondos ESG (environmental, social and governance)  imprimen velocidad a los cambios. En Repsol controlan un 16% de las acciones. Entre sus cuatro primeros accionistas, figuran dos, el fondo norteamericano BlackRock (4,99%) y Amundi, propiedad de Credit Agricole (4,5%), que tienen grabado en el frontispicio de su acción inversora la exigencia de criterios medioambientales precisos. 

A flote

Repsol aún mantienen a flote el negocio de extraer, refinar y vender sus productos. Pero contemplan una reducción progresiva del negocio de siempre. La petrolera prevé una producción estable de crudo de 650.000 barriles al día en los próximos años, con una disminución progresiva de la actividad de exploración. En el periodo 2021-2025, la inversión anual prevista para nuevos sondeos se sitúa en 150 millones cuando en 2014 fueron 1.800 millones.

Los números cantan y fuerzan el cambio. Las grandes petroleras cerraron 202o con pérdidas que suman en total casi 103.000 millones de dólares. Exxon Mobil, BP, Chevron... las principales empresas del sector registraron cifras negativas históricas tras provisionar el valor de sus activos de petróleo y gas, en un momento clave para la transición hacia las energías renovables, y por la caída de la demanda.

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