Para 2023 y 2024

Repsol avanza otro plan de recompras de acciones superior a los 100 millones

El objetivo del grupo es reducir capital hasta los 1.200 millones de títulos, la cantidad registrada antes de la expropiación de YPF en Argentina, tras amortizar de forma anticipada el paquete previsto hasta 2025. 

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz (i), y el presidente de Repsol, Antonio Brufau.
Repsol avanza otro plan de recompras de acciones superior a los 100 millones.
Europa Press

Repsol, que ha culminado anticipadamente la amortización de 200 millones de acciones prevista hasta 2025 en su plan estratégico, lanzará un nuevo programa de recompra para 2023 y 2024, de, como mínimo, 100 millones de acciones. Así lo ha explicado este miércoles su consejero delegado, Josu Jon Imaz, en la presentación a los analistas de los resultados de Repsol, encuentro en el que ha descartado que, con los buenos resultados obtenidos este año, se vaya a dar un dividendo especial. "No estamos considerando un dividendo especial", ha dicho Imaz, que ha señalado que la intención es distribuir el año que viene entre el 25% y el 30% del flujo de caja orgánico de la compañía entre los accionistas.

Además, ha dicho que, una vez que se ha amortizado anticipadamente toda la recompra de 200 millones de acciones prevista en el plan estratégico a 2025, se lanzará un nuevo programa para 2023 y 2024, cuya dimensión no ha concretado, pero que será, como mínimo, de 100 millones de títulos más. Ha señalado que el objetivo será reducir el capital hasta los 1.200 millones de acciones, que es el número que tenía la compañía en 2021 antes de que le fuera expropiada YPF en Argentina y que tuvieran que lanzar su primer programa de dividendo flexible, que permite cobrar el dividendo en acciones de la compañía. Con ello, ha señalado que se compensará el esfuerzo que han tenido que hacer los accionistas de Repsol en los últimos diez años por las consecuencias de la dilución de valor generada tras la emisión de acciones del dividendo flexible.

Durante su intervención, Imaz ha cargado contra el impuesto a los denominados "beneficios caídos del cielo" de las petroleras, ya que considera que no los tienen al ser una industria cíclica y no regulada, y ha alertado del peligro de poner en riesgo las inversiones de las empresas para mitigar su impacto. En concreto, ha afirmado que "nuestra industria no es una industria regulada" y "por eso no tiene sentido" poner una tasa a esos "supuestos" beneficios caídos del cielo. Ha recordado que el negocio de compañías como Repsol es cíclico y se ve afectado por los vaivenes de la economía y se caracteriza por la volatilidad. Además, ha señalado que ellos no operan con tarifas reguladas que aseguren la rentabilidad, a diferencia de otros sectores energéticos.

Imaz ha señalado que los beneficios que están obteniendo ahora no compensan las pérdidas que acumularon y los retornos negativos que tuvieron en los últimos tres años. También se ha referido al impuesto de la UE para la industria del refino y ha afirmado que daña la confianza y la competitividad internacional de las industrias europeas, además de crear dudas sobre la capacidad de las empresas para invertir en la transformación del sector para mitigar sus impactos negativos. Ya en julio pasado, Imaz se refirió a la iniciativa del Gobierno español para gravar los ingresos de las petroleras y dijo que la compañía haría "todo lo posible" contra cualquier iniciativa arbitraria. Asimismo, afirmó que no tenía duda de que el marco constitucional de España, el sistema legal español y el europeo, les protegerían de cualquier "potencial iniciativa arbitraria".

El grupo ha logrado unas ganancias sin precedentes en los primeros nueve meses del año. La petrolera cerró su tercer trimestre con 3.222 millones de beneficios, gracias al alza de los precios del gas y del petróleo en un mercado volátil, y anunció una mejora de la retribución al accionista. Este aumento del dividendo será del 11% y en efectivo, lo que supone adelantar la retribución prevista para 2024 por el Plan Estratégico. 

La buena marcha del negocio se plasmó en las divisiones de Exploración y Producción, que, sumando la unidad de negocio Industrial, contribuyeron a que los ingresos totales de la compañía fueran de 61.965 millones de euros. Por contribución al resultado neto ajustado, el termómetro que mide específicamente la marcha de los negocios, Exploración y Producción aportó 753 millones de euros, más del doble que el mismo periodo del año anterior. La compañía ha explicado ante el regulador bursátil que estas cifras se debe principalmente "a unos mayores precios de realización de crudo y gas, unos mayores volúmenes y a la apreciación del dólar frente al euro".

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