La petrolera Repsol ha cerrado el ejercicio 2020, marcado por la pandemia, el hundimiento de los precios del crudo y los planes de reconversión con 3.289millones de pérdidas. El descenso de la cotización de las materias primas redujo el valor de las reservas en 978 millones e impulsó un ajuste a la baja de los activos de exploración y producción, con un impacto contable de 2.911 millones. La recuperación del último trimestre enderezó en parte el final de un año en el que la petrolera mostró una voluntad decidida de apostar por las renovables. Los números rojos del pasado año se sitúan sólo un poco por debajo de las pérdidas de 2019, que se situaron en 3.800 millones.
En el lado lleno de la botella, Repsol anota un resultado neto ajustado positivo de 600 millones de euros, casi el doble de las previsiones de los analistas. La compañía, que celebrará junta general el 26 de marzo, destacó también en su comunicado de resultados que el conjunto de los negocios obtuvo un flujo de caja operativo de 3.197 millones de euros.
La presentación de los números del mal año destaca que la petrolera tiene músculo suficiente para llevar adelante sus planes. Así, la deuda neta ha bajado en 1.178 millones de euros (un 28%), hasta situarse en 3.042 millones, dentro de un contexto de "extrema dificultad" debido a la reducción de la actividad económica y las restricciones a la movilidad. La caja también da seguridad. La liquidez de la compañía se situó en 9.195 millones de euros a 31 de diciembre, lo que cubre en 3,23 veces los vencimientos a corto plazo.
Pese a la caída de resultados, Repsol mostró mejor pulso en el último trimestre del ejercicio, después de haber presentado el nuevo plan estratégico y tras recoger el fruto de los ajustes aplicados en el primer semestre. En los últimos tres meses, con el inicio de la recuperación de la demanda y de los precios de los productos, Repsol situó su beneficio neto ajustado en los 404 millones de euros, cifra similar al mismo periodo de 2019.
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, destacó que en 2020, ejercicio también en el que la compañía lanzó su nuevo Plan Estratégico 2021-2025, el grupo ha afrontado "un escenario sin precedentes y ha puesto las bases del futuro de la compañía". "Hemos demostrado de nuevo la solidez de nuestro proyecto, desempeñado un papel de servicio público esencial y ratificado una vez más que somos una empresa útil para la sociedad", dijo.
En la junta prevista a finales de marzo, la compañía propondrá el abono en julio de un dividendo complementario de 0,30 euros brutos por acción con cargo a los beneficios del ejercicio 2020. Asimismo, someterá a aprobación el reparto de otro dividendo, asimilable al tradicional pago a cuenta del ejercicio 2021, de 0,30 euros brutos por acción, cuya distribución se hará efectiva a lo largo del mes de enero de 2022.
También se someterá a la Junta la reelección como consejeros de Manuel Manrique, Mariano Marzo, Isabel Torremocha, Luis Suárez de Lezo y la ratificación del nombramiento por cooptación y reelección como consejero de Rene Dahan. Asimismo, ha pactado proponer el nombramiento como consejera de Aurora Catá, tras la finalización del mandato de Maite Ballester.
Catá, presidenta de Barcelona Global y miembro del Comité Ejecutivo de la Agrupación de Antiguos Alumnos de IESE, es consejera independiente y presidenta de la Comisión de Auditoría de Atresmedia, y consejera independiente y presidenta de las comisiones de Nombramientos y de Retribuciones de Banco Sabadell.
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