Efecto contagio

Repsol, Ferrovial, Aena... los dueños del Ibex imitan el parón verde de Blackrock

La mayor gestora de fondos del mundo ha dado un vuelco a su política de voto ante la guerra de Ucrania y ha avisado que rechazará buena parte de las resoluciones ecológicas en las sociedades donde participa.

El responsable de BlackRock en Iberia, Aitor Jauregui
El responsable de BlackRock en Iberia, Aitor Jauregui
Europa Press

La invasión rusa de Ucrania ha dinamitado el modelo energético europeo y su efecto sobre las ambiciones ecológicas del Ibex 35 no se ha hecho esperar. El hecho de que Blackrock, la mayor gestora de fondos del mundo, se haya caído del 'caballo' verde, hasta el punto de anunciar que rechazará buena parte de las resoluciones sostenibles de aquellas sociedades en las que participa, amenaza con contagiar a otros accionistas institucionales que, hasta ahora, habían ejercido de 'activistas de cuello blanco' dentro del selectivo español. La presente temporada de juntas, con el conflicto bélico como telón de fondo, ya ha sufrido los efectos de este frenazo verde.  

Blackrock está decidida a adaptar sus criterios de inversión a este nuevo escenario. La gestora que en España dirige Aitor Jauregui ha criticado el "extremismo" de ciertas estrategias ambientales. Blackrock también ha hecho aducido a la guerra en Ucrania para justificar que, al menos en el corto plazo, es conveniente mantener las inversiones en combustibles tradicionales a fin de blindar la seguridad de suministros. 

Se trata de una tendencia que ya asume la Unión Europea, donde se debate abrir la taxonomía verde, que aglutina a aquellos negocios candidatos de recibir financiación sostenible, a tecnologías hasta ahora proscritas, como el gas o la energía nuclear. La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, es contraria a esta flexibilización, que cada vez suma más adeptos ante la dilatación de la ofensiva militar de Moscú.

La creciente reticencia de los dueños del capital hacia planes corporativos agresivos en materia de sostenibilidad ya ha hecho mella en Repsol. La compañía que dirige Josu Jon Imaz sometió su estrategia climática a consulta entre sus accionistas  en la junta del pasado 6 de mayo. La respuesta fue contundente. Cerca del 14,5% del capital se opuso al plan ecológico de la petrolera española, donde la participación de Blackrock asciende al 5,47%.

Ferrovial es otro caso claro de este cambio de tendencia. Año tras año, la compañía que preside Rafael del Pino somete a votación consultiva el Informe de Estrategia Climática de la Sociedad aplicado en el ejercicio previo, En la asamble de accionistas del pasado 7 de abril, el rechazo a este marco verde por parte de los dueños del capital, donde Blackrock acapara un 3,1%, se disparó significativamente. Este punto del orden del día recibió el 'no' del 5,2% del capital, frente al 1,8% de rechazo del ejercicio anterior.

El 14,5% del capital de Repsol y el 5,2% del accionariado de Ferrovial se opuso a los planes climáticos de ambas empresas en las juntas de accionistas de este año

El volantazo ha sido algo menos agresivo en Aena, donde la gestora que dirige Larry Fink tiene una participación del 3%. El 2,9% del capital del grupo que preside Maurici Lucena votó en contra del Informe Actualizado del Plan de Acción Climática para el periodo 2021-2030 en la última junta general de accionistas. Otro 2,7% se abstuvo. La asamblea de accionistas tuvo lugar el pasado 31 de marzo, un mes después de que el Kremlin anunciase el inicio de la invasión.

Más allá de la hoja de ruta climática de los mayores referentes del Ibex 35, el frenazo de Blackrock podría afectar a la aprobación del plan de incentivos de la cúpula directiva de aquellas sociedades en las que participa. Estos ligan la remuneración extraordinaria de la alta dirección al cumplimiento de ciertos objetivos. En los últimos años, los compromisos de desarrollo sostenible han ido ganando peso entre los hitos que se ponderan a la hora de ejecutar las pagas 'extra'. 

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