Pisa el acelerador 'verde'

La ofensiva italiana de Repsol resucita el sueño español de 'asaltar' tierra hostil

El estado transalpino ha activado en más de una ocasión su escudo para repeler el desembarco de grupos como ACS. Ahora, la petrolera busca poner la pica con la compra de la renovable PLT Energia.

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de Repsol, Antonio Brufau
Nerea de Bilbao (Infografía)

La ofensiva de Repsol por la italiana PLT Energia podría marcar un punto de inflexión en la relación entre España y el país transalpino. En más de una ocasión, Roma ha cerrado sus murallas para repeler el asalto de grupos españoles a empresas insignia. El Gobierno de Mario Draghi ha reforzado este escudo a raíz de la pandemia. Con todo, muchos referentes nacionales miran ahora con apetito a sus vecinos del Mediterráneo, no sin ciertas reticencias, dada la lista de operaciones malogradas que han protagonizado algunas de sus conterráneas en el país. Ahora, la petrolera podría poner la pica en Italia, resucitando el sueño español de 'conquistar' tierra hostil.

A día de hoy, las empresas italianas ostentan el control de algunas de las compañías más importantes del mercado español. El caso más significativo es Endesa, bajo el paraguas de Enel desde el año 2007.  También el del grupo audiovisual Media For Europe (MFE), en manos de la familia Berlusconi, primer accionista de Mediaset España. Ambas son sociedades cotizadas y grandes referentes de dos sectores estratégicos. En los dos casos, tanto el Gobierno como las autoridades bursátiles españolas dieron luz verde a la irrupción del capital transalpino.

La bienvenida no ha estado tan clara en el sentido contrario. Quizá el caso más reciente sea el de ACS, que en abril de 2021 remitió a Atlantia -compañía en manos de la familia Benetton, socios de la constructora en Abertis- una carta en la que daba muestras de su interés por hacerse con los activos del gigante de autopistas Autostrade per l'Italia (ASPI). Tras meses en la picota, la cosa no acabó bien para el grupo presidido por Florentino Pérez. Sufrió el portazo del consejo de Atlantia, que rechazó la propuesta de ACS por incierta y por la falta de respaldo del Gobierno italiano a una eventual entrada de la empresa española en Autostrade.

Fuentes del sector energético reconocen que Repsol no es el único coloso que está sondeando oportunidades en el país. Iberdrola, por ejemplo, también apunta a Roma en su apuesta por las energías limpias, sobre todo en el campo de las fotovoltaicas. Competidoras directas de Repsol como el grupo de origen angloholandés Shell también tratan de hacerse un hueco en territorio italiano, donde las reglas del juego distan mucho en función de la zona y la transición verde sigue saliendo más cara que en España. 

Entre los obstáculos más destacados se incluye la obligación de los grupos energéticos de lidiar con ciertas barreras administrativas derivadas del trato con el regulador sectorial italiano que dificultan su desembarco en el país. Pese a todo, la urgencia de históricos del petróleo, como la propia Repsol, por recortar terreno a otras compañías tradicionalmente vinculadas al negocio renovable, obliga a alzar la vista más allá de la Península Ibérica.

Otros antes que Repsol han adherido megavatios verdes a su cartera gracias al despliegue de instalaciones en Italia. Pero las referencias escasean cuando se trata de asaltos directos al capital de grupos energéticos del país mediterráneo por parte de empresas españolas. "El eventual triunfo de Repsol en PLT podría servir de aliciente para otros de sus iguales nacionales", señala una fuente financiera especialista en el sector.

En 2021, Repsol vendió a Tamoil su negocio de carburantes en Italia para centrarse en otros mercados. Un año después, vuelve a apuntar a Roma.

El interés de Repsol podría limitarse únicamente a una parte de los activos que PLT tiene en cartera, siempre vinculados a las energías limpias, según fuentes del sector. La empresa que dirige Josu Jon Imaz se encuentra en negociaciones avanzadas con el fondo estadounidense EIG para la venta de una minoría de su negocio de Exploración y Producción. 

Con esta operación, que el grupo espera cerrar antes de que acabe el verano, Repsol podría embolsarse alrededor de 4.000 millones de euros. Munición suficiente para comprar un pasaje a Italia y para mantener sus inversiones en áreas estratégicas. Entre estas últimas se incluye la actividad de refino, clave para la seguridad energética nacional en el actual escenario de cortes de suministro ruso, y a la que Repsol destina unos 1.000 millones de euros al año, según un reciente informe de la consultora Freemarket.

En 2021, la compañía vendió a Tamoil su negocio de carburantes en Italia. Este incluía la red de estaciones de servicio y el negocio de venta directa de combustible de la petrolera española en el país. Repsol enmarcó la desinversión en el Plan Estratégico 2021-2025 de la compañía, que pasa por mover el foco hacia "áreas geográficas con mayores ventajas competitivas". Un año después, el viento ha cambiado de dirección y ha vuelto a poner a Roma en el radar del gigante energético.

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