Endesa cerró el ejercicio 2021 con un resultado neto de 1.435 millones de euros, lastrada por los costes de los ajustes masivos de plantilla y el deterioro de sus centrales de generación ubicadas en los territorios no peninsulares (Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla). Este último ajuste contable le ha abierto un roto de 742 millones de euros al grupo energético.
El beneficio neto que ha registrado la eléctrica es solo un 3% superior al del año pasado, cuando se instaló en los 1.394 millones de euros tras crecer más de un 700% frente a 2019. A l cierre de 2021, el resultado ordinario, que solo tiene en cuenta la evolución de los negocios y que sirve de base para el reparto del dividendo, ha ascendido a 1.902 millones de euros, un recorte del 10,8% respecto a los 2.132 millones con los que cerró 2020.
Pese a este descenso, la compañía que preside José Bogas ha decidido aumentar el dividendo, hasta 1,44 euros por título, frente a los 1,3 euros previstos. Esto supone aumentar la remuneración al accionista un 11%. La compañía ha detallado que abonará el 80% de su beneficio ordinario neto de 2021 a sus accionistas, porcentaje que se situará en el 70% sobre los beneficios de 2022, 2023 y 2024, según ha concretado la compañía, "para adecuarlo a la inversión bruta prevista para los próximos años".
El gigante eléctrico que preside José Bogas elevará el dividendo un 11%, hasta 1,44 euros por título, frente a los 1,3 euros inicialmente previstos
La eléctrica disparó sus ventas hasta los 20.899 millones de euros, un 22,6% más que los ingresos atesorados el año pasado. El grupo elevó su ebitda un 12%, hasta los 4.278 millones. A los deterioros vinculados al negocio extrapeninsular, correspondientes al pasado ejercicio, se suman los ya contabilizados en 2019 y 2020 por 404 y 338 millones respectivamente.
El grupo ha impulsado el beneficio bruto de explotación (ebitda) un 6% frente a 2020, situándose en 4.278 millones, cifra que supera las previsiones de la compañía. La empresa explica este crecimiento por los extraordinarios derivados de la decisión del Tribunal Supremo de tumbar el conocido como canon hidráulico, fallo que beneficia la eléctrica con 300 millones, así como por la recuperación de 186 millones de costes de CO2 del año 2006, también por sentencia judicial.
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