Revilla enciende a la banca catalana al cuantificar la salida de los depósitos

  • El presidente de Cantabria atribuyó la mudanza de sedes a grandes salidas de ahorros. El sector niega sus cálculos y asegura que se ha reconducido.
Miguel Ángel Revilla, ex presidente de Cantabria, fue por doce años director de una sucursal bancaria
Miguel Ángel Revilla, ex presidente de Cantabria, fue por doce años director de una sucursal bancaria

La presión a la banca catalana ante el pulso independentista le llegó ayer de un rincón imprevisto. El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, aseguró en el plató de un programa de Antena3 que la mudanza de sedes se produce después de que una entidad viese volar el 20% de los depósitos en pocos días, al extenderse el miedo entre la ciudadanía a las consecuencias de la salida de la zona euro.

La declaración del político causó malestar entre entidades financieras por la irresponsabilidad de arrojar cifras tan delicadas y difíciles de cuantificar, que las fuentes consultadas desmintieron de forma categórica.

El pulso en la liquidez diaria de las entidades es un parámetro sensible en extremo que manejan en exclusiva sus altos ejecutivos, el Banco de España y Banco Central Europeo (BCE). El escrutinio por parte del supervisor se ha reforzado estos días ante la imprevisible evolución de la situación política, pero a la envergadura del impacto solo se le pondrá cifras cuando las entidades divulguen sus resultados a finales de este mes y las patronales (AEB y CECA) publiquen mucho después los balances del sector.

La presión en sucursales, con un aumento en la afluencia de clientes interesándose por los ahorros y movimientos de fondos, ha sido, sin embargo, una realidad que se intensificó a medida que se aproximaba la celebración del referéndum. El resultado de la consulta, en lugar de apaciguar los ánimos, acrecentó la inquietud, acelerando la decisión de Sabadell y Caixabank a mover las sedes sociales a Alicante y Valencia, respectivamente.

Un movimiento secundado muy poco después por Banco Mediolanum y la cooperativa Arquia Banca, junto a un largo ramillete de aseguradoras y gestoras de inversión. Todas buscan continuar en un marco de seguridad jurídica y evitar que su marca salga contaminada y pierdan ahorros de clientes. Las filiales de Axa han sido las penúltimas en mudarse, siguiendo a VidaCaixa, SegurCaixa Adeslas, Catalana Occidente, Trea o GVC Gaesco.

El cambio de sede, punto de inflexión

Con el traslado de sede “han caído muchísimo” las visitas de clientes preocupados y la situación, “aún siendo excepcional, parece ir normalizándose”, explican en una entidad, donde relativizan la salida de ahorros y aseguran que no reviste gravedad ni resulta preocupante en absoluto.

En el punto álgido de la crisis, numerosos clientes buscaron puerto seguro en oficinas de otras entidades, que puntualmente han tenido que reforzar ciertos locales porque la afluencia de clientes provocaba colas simplemente porque abrir una nueva cuenta y transferir el ahorro consume tiempo. Pero según las fuentes consultadas, la mayoría de movimientos se han producido dentro de la misma entidad aunque a sucursales situadas en provincias fuera de Cataluña.

La mudanza facilita la inflexión en la tendencia. Ha facilitado, sostiene el empleado de una entidad, la labor de información: “Es más fácil transmitir que el ahorro se encuentra protegido porque continúa asegurado por el Fondo de Garantía”. Se desactiva el riesgo a que la eventual ruptura de Cataluña hiciera perder dicha red y el paraguas de financiación del BCE, al mantenerse dentro de la zona euro.

A los clientes con reservas se les ofrece, no obstante, migrar su posición a través de ‘cuentas espejo’ a otras sucursales de la misma entidad fuera de la autonomía. Las fuentes consultadas sostienen que ya son situaciones “reducidas” y “aisladas”.

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