El rey Felipe VI ha visitado en la mañana de este lunes las instalaciones del Global Smart Grids Innovation de Iberdrola, un centro de innovación tecnológico ubicado en Bilbao promovido por la empresa en colaboración con la Diputación Foral de Bizkaia, pionero en digitalización, inteligencia artificial y analítica avanzada de datos dentro. En estas instalaciones trabajan 50 empresas, centros tecnológicos y universidades en más de 120 proyectos que cuentan con un valor de 110 millones de euros, trabajando en el desarrollo de la redes eléctricas de cara al futuro.
Dentro de la visita, el rey ha mostrado interés por los proyectos vinculados a la creación de nuevas redes inteligentes, su sostenibilidad, eficiencia y cómo redundará en la calidad de los servicios. Por su parte, el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, también presente en el evento, se ha destacado la importancia del emprendimiento y de la inversión, necesarias para trasladar a la sociedad un mensaje de compromiso y de confianza.
El espacio, de colaboración público-privado cuenta con más de 1.000 metros cuadrados y está ubicado en la sede de redes de Iberdrola, en Larraskitu. Su propósito es acelerar la innovación y la I+D+i en el verdadero sistema nervioso de la descarbonización, las redes inteligentes, aunando tecnología de vanguardia, investigación, formación y emprendimiento.
La Torre Iberdrola de Bilbao también ha acogido como sede hoy una sesión plenaria de la ERT, organización que engloba a los principales empresarios industriales de Europa, en la cual han intervenido, entre otros, Felipe VI, el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, el presidente de la propia ERT, Carl-Henric Svanberg y el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán.
Iberdrola lleva dos décadas liderando la transición energética, centrado en jugar un papel importante dentro de la transformación del tejido industrial y la recuperación verde de la economía y el empleo. Para ello, la compañía ha lanzado un plan de inversión histórico de 150.000 millones de euros en la próxima década, con una cuantía de 75.000 millones de euros para 2025, con los que triplicar la capacidad renovable, duplicar los activos de redes y aprovechar las oportunidades de la revolución energética que afrontan las principales economías del mundo.
Casi la mitad de este volumen de inversión irá destinado a la actividad de redes eléctricas, con el objetivo de dar continuidad a su despliegue, consolidar una sólida red de distribución y dotarla de flexibilidad, en base a un ambicioso proceso de digitalización como elemento clave para responder a las necesidades futuras del sistema eléctrico.
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