Ribera compromete los planes de Repsol, Cepsa y Naturgy para los vehículos a gas

  • La red de suministro de gas natural para coches adaptados supera los 650 puntos y la antigua Gas Natural firmó un acuerdo con Seat en 2017
Gráfico gasineras.
Gráfico gasineras.

En 2050, sólo vehículos eléctricos. Ni un gramo de emisiones de gases contaminantes procedente del sector trasporte. Este es el plan adelantado por el Ministerio de Transición Ecológica, recogido en el anteproyecto de Ley de Cambio Climático presentado esta semana. La idea ha conmocionado al sector del automóvil, pero afecta también a los planes que compañías petroleras y gasistas como Repsol, Cepsa y Naturgy están desarrollando para popularizar los vehículos adaptados al consumo de gas natural licuado (GLP) y gas natural comprimido (GNC), más extendidos en estos momentos que el vehículo eléctrico.

Las empresas afectadas por los planes de la ministra Ribera admiten que la prohibición de vender vehículos de combustión e híbridos a partir de 2040 y la prohibición de circular a partir de 2050 introduce incertidumbre en el sector del automóvil y en las alternativas en desarrollo como el autogás. Pese a todo, fuentes de las petroleras y de Naturgy aseguran que mantienen los planes para desarrollar el empleo del gas, más extendido que el coche eléctrico puro (BEV).

Según los datos del 'Estudio tecnológico y de mercado de combustibles alternativos en España y Europa', elaborado por la consultora Applus + Idiada, los coches que emplean gas licuado-GLP alcanzan ya una cuota en las nuevas matriculaciones del 1,8% sobre el total.

Es un porcentaje por encima de los que funcionan con gas comprimido -sobre todo flotas- que alcanzan el 0,4% de las matriculaciones y de los vehículos eléctricos puros, de los que se han vendido 10.248 unidades hasta septiembre, según Aedive, la asociación española de la movilidad eléctrica. Según Applus+, en España circulan más de 50.000 vehículos con gas licuado, atendidos por 603 puntos de recarga en gasolineras. Otros 6.100 circulan con gas natural comprimido.

El gas, combustible puente

Ese proceso de despegue del gas como puente entre el vehículo tradicional y el eléctrico es el que está comprometido. Y con él los planes en los que también participan las compañías automovilísticas. Naturgy firmó con Seat en 2017 un acuerdo estratégico para potenciar proyectos de innovación y expandir el uso del gas natural. Entre otras cosas, el acuerdo rubricado por Isidro Fainé (Naturgy) y Luca De Meo (Seat)  prevé duplicar el número de puntos de suministro -hay 50 en toda España y 27 son de Naturgy- y nuevas versiones de modelos Seat adaptados al gas.

Isidro Fainé 8Naturgy) y Luca de Meo (Seat) firmaron un acuerdo para el vehículo de gas en 2017.
Isidro Fainé 8Naturgy) y Luca de Meo (Seat) firmaron un acuerdo para el vehículo de gas en 2017.

Las petroleras intentan quitar hierro al impacto real de los planes del Gobierno, especialmente en los planes que como los que desarrolla Naturgy afecta a flotas de vehículos de empresa. Pero en el sector del automóvil, la preocupación es evidente por el efecto de los anuncios sobre las decisiones de compra.

Para las petroleras, colocar el gas natural, ya sea el licuado derivado del petróleo (GLP) o el comprimido (GNC), es muy importante. El caso de Cepsa lo demuestra. La petrolera, propiedad del fondo soberano de Abu Dabi, Mubadala, participa en AOGLP, pero también en la asociación "rival" Gasnam que tiene como objetivo "fomentar el uso del gas natural y el gas renovable en la movilidad, tanto terrestre como marítima."

Gasnam tiene como socios, además de Cepsa, a Naturgy, BP y Galp entre otras grandes compañías. El objetivo es común con AOGLP, extender el uso del gas como carburante en el transporte, pero apoyando su materia prima: el gas que se extrae directamente de los yacimientos (GNC) y no el derivado del crudo (GLP).

La actividad de las asociaciones no ha desactivado el desapego del equipo de Transición Ecológica del Gobierno hacia el gas como combustible de transición en el proceso de descarbonización de la economía. Ribera considera el gas natural como una energía de transición necesaria en el corto plazo, pero con fecha de caducidad. Y así lo manifestó en el Congreso.

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