Ricos mexicanos sacan tajada de la crisis de El Pozo tras el golpe del 'efecto Évole'

  • Campofrío, propiedad de la familia Garza, aprovecha el hueco que sus problemas reputacionales dejan en los lineales tras el último 'Salvados'.
La familia Garza.
La familia Garza.
Grupo Alfa

La historia podría contarse así: una multinacional mexicana, con raíces en la industria alimentaria pero tan diversificada que tiene patas en numerosos sectores más -desde la petroquímica a la fabricación de componentes de coches-, se come a una empresa familiar murciana con solera y más de tres décadas de producción nacional.

En un visto y no visto, la primera supera a la segunda y ocupa su lugar. “Deme Jamón de York pero que no sea El Pozo”. La demanda de los consumidores encierra una norma sagrada del mercado: las crisis de reputación solo benefician a la competencia.

El rival más directo es Campofrío, en manos de Sigma Alimentación, la filial agroalimentaria del grupo Alfa y propiedad de la familia mexicana Garza. También las catalanas Noel y Casa Tarradellas y la maña Argal se preparan para disputarse el hueco que el 'efecto Évole' ha dejado en los lineales de los supermercados.

La charcutera global

Sigma va camino de convertirse en la charcutera global y, aunque es difícil cuantificar cuánto mercado extraerá a cuenta de los problemas de imagen de ElPozo, es seguro que la crisis le beneficiará.

Desde su principal competidora, se templan el hábito y evitan valorar la crisis de El Pozo en concreto. "Ante cualquier incumplimiento en el sector, somos los primeros interesados en que se detecte y se corrija, rechazando cualquier posible actividad irregular", explican desde Campofrío.

Otras empresas del sector, competencia indirecta de ElPozo, sin embargo, ponen el foco en esta vieja regla del mercado: aprovechar las crisis de reputación de la competencia para arrebatarles cuota de mercado. Y esto es lo que precisamente interesa a Campofrío, admiten desde el Grupo Jorge, que vende fuera el 90% de su producción.

Grupo Jorge es propietario de Le Porc Gourmet, el matadero de la provincia de Barcelona cuyos trabajadores denunciaron las indignantes condiciones laborales a las que son sometidos, también en el último programa de Salvados.

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Las indignantes condiciones laborales de Le Porc Gourmet

La industria cárnica catalana ha sido objeto de numerosas denuncias sindicales en los últimos años que llevaron a la Generalitat a emprender una negociación con las empresas que finalmente no fructificó. Entre las prácticas denunciadas se encuentran falsas cooperativas y falsos autónomos como vía de las empresas para reducir costes a costa de precarizar las condiciones de trabajo de su plantilla.

Este es precisamente el caso de Le Porc Gourmet, el matadero cuyos trabajadores, con un perfil laboral de falsos cooperativistas, “cumplen jornadas de entre 16 y 20 horas diarias teniendo muchas veces que orinar en sus puestos de trabajo y por salarios inferiores a los 700 euros”, denuncia a Lainformacion.com Montse Castañé, delegada del sindicato COS y miembro de la plataforma Càrnies en Lliuta que defiende los derechos de los trabajadores de la industria.

En concreto, de los 1.100 trabajadores de Le Porc Gourment, solo 20 son asalariados; el resto, "inmigrantes magrebíes y subsaharianos en su mayoría, sin permiso de trabajo y ligados a la empresa como falsos cooperativistas son los que soportan las peores condiciones laborales”, apunta Castañé a pie del matadero, a la espera de que finalice la inspección de trabajo que ayer miércoles puso en el objetivo.

Sigma es una de las empresas mexicanas con mayor presencia a nivel internacional, ha dado pasos de gigante en todo el mundo en los últimos 15 años. Sus productos llegan a más de 18 países a través de una veintena de marcas que le generan ingresos cercanos a los 6.000 millones de dólares (unos 5.080 millones de euros). Dispone además de 69 plantas de producción, esparcidas por Estados Unidos, América Latina y Europa. En 2017 compró la peruana Supemsa y se hizo con la rumana Caroli Foods Group. Quién sabe si su siguiente paso será fagocitar El Pozo.

El Pozo, sin embargo, es un grupo familiar, murciano, con poco más de tres décadas de vida, pero que ha logrado colocarse como la primera charcutera de España en ventas.

La alimenticia mexicana constituye una pieza fundamental para Grupo Alfa. No solamente porque es una de sus marcas internacionales más conocidas en el mundo, sino también porque aporta un 36% a los ingresos totales del conglomerado.

Su negocio de las carnes frías nació en 1939. Fue en los pasados años ochenta cuando adquirió las marcas Fud, San Rafael, Iberomex, Chimex y Viva y las integró a todas en una misma empresa: Sigma Alimentos.

El presidente, Armando Garza Sada, nieto del fundador y dueño de la sexta fortuna del país, lleva ocho años al mando y su apuesta pasa por la expansión internacional mediante adquisiciones, la salida a Bolsa de sus cinco divisiones y por entrar a fondo en el sector del petróleo. Y, aunque Carlos Slim le puso una zancadilla de las gordas al arrebatarle Telmex, fueron juntos a la caza de la petrolera italoestadounidense M&G Group.

en clave histórica

Campofrío, de empresa familiar española a multinacional 

Campofrío nació a finales de los años cuarenta de la mano de las familias Garay y Ballvé. En 1970 llega el primer socio internacional: la norteamericana Beatrice Foods se hace con el 50%. En los noventa, cuando los Ballvé habían recuperado el cien por cien de la compañía, la cárnica crece con la compra de competidores como Navidul o Revilla, así como varias firmas internacionales.

En 2004 la americana Smithfield Foods compra el 22%. Su control aumenta tras la llegada del fondo Oaktree. La empresa se convierte en Campofrio Food Group.

En 2013 la china Shuanghui compra Smithfield Foods, por lo que se queda de rebote con la participación de estadounidense en Campofrío.

En 2014 la compañía china comparte Campofrío con la mexicana Sigma, que se convierte en socio mayoritario de la cárnica con el 81,7% de las acciones.
En junio de 2015 la mexicana Sigma compra su participación a la china Shuanghui y se convierte en la propietaria del 100% de Campofrío.

La industria cárnica es el cuarto sector industrial más importante de España. Las cinco primeras empresas de la industria de los elaborados  (El Pozo, Campofrío, Casa Tarradellas, Noel y Argal ) acaparan más del 30% del volumen de mercado.

Mientras la estrategia de Campofrío se basa en la generación de nuevas líneas de productos, la de El Pozo se centra en una diferenciación basada en el precio, ofreciendo productos más baratos a través de la creación de una firma amiga. La cárnica murciana está detrás de las marcas blancas de los supermercados Dia y Lidl, y su única línea de internacionalización, a diferencia de la mexicana, es la exportación

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