

Luis de Guindos ya es oficialmente el candidato de España a la vicepresidencia del BCE. El Gobierno lo ha confirmado este miércoles pero el ministro de Economía lleva una semana 'trabajándose' a la cúpula de los grandes bancos de nuestro país con el objetivo de lograr los apoyos necesarios para desembarcar en Frankfurt. No lo va a tener fácil ya que su rival, el irlandés Philip Lane, es uno de los mejores economistas del continente.
El 'road show' de Guindos le ha llevado a contactar en los últimos días con los presidentes de las principales entidades financieras del país, según explican varias fuentes conocedoras de las conversaciones. El ministro de Economía habló con los principales responsables de manera personal, sin intermediarios. A algunos de estos directivos les vio en su despacho del Ministerio en Madrid y con otros, por cuestiones operativas, dialogó por teléfono, añaden las mismas fuentes.
Lo que Guindos quiso transmitir a las cúpulas de los bancos españoles fue un doble mensaje: en primer lugar, quiso explicarles sus planes si llegaba a conseguir el puesto como número dos de Mario Draghi en el BCE. Les habló de sus proyectos y de sus aspiraciones, con la confianza habitual que mantiene con ellos. Por otro lado, Guindos dejó caer que cualquier ayuda de las entidades para conseguir llegar a Frankfurt sería bienvenida.
Fuentes bancarias aseguran que Guindos no fue tan explícito como para poder decir que pidió el apoyo de los principales bancos, pero sí admiten que el ministro les dejó entrever que sería bueno para nuestro país si pudieran hacer alguna mediación ante el equipo de Draghi. El Gobierno de Rajoy ya sabe que con el PSOE de Pedro Sánchez no puede contar para situar a Guindos en el BCE.
Las cúpulas de los bancos están a favor, en general, de que Guindos pueda convertirse en vicepresidente del BCE y así se lo transmitieron en las conversaciones mantenidas, según las mismas fuentes. "Es un excelente ministro y sería un excelente vicepresidente de Draghi", aseguran desde el comité de dirección de una de las principales entidades financieras.
Rajoy se la juega con Guindos
Rajoy ha tomado una decisión arriesgada presentando la candidatura de Guindos al BCE. El Gobierno es consciente de que, a pesar de que cuenta con el apoyo de la Alemania de Merkel, el irlandés Lane será un gran escollo y de que en la institución bancaria no ven con buenos ojos la llegada de un cargo procedente de la política.
España presenta un magnífico candidato a la Vicepresidencia del BCE. @LdeGuindos aúna rigor, experiencia, fidelidad a los principios de la Unión y el aval de su trabajo que ha logrado que nuestro país pase de su peor crisis a una senda de sólida recuperación. MR
— Mariano Rajoy Brey (@marianorajoy) February 7, 2018
Efectivamente, Frankfurt ha sido tradicionalmente un espacio para banqueros centrales. El propio Draghi, por ejemplo, fue ministro del Tesoro en Italia pero llegó a la presidencia del BCE tras dejar su cargo como gobernador del Banco de Italia. Su antecesor, Jean Claude Trichet, venía de ser director del Banco de Francia; y el primer presidente del organismo, Wim Duisemberg, también aterrizó en la ciudad alemana desde la presidencia del Banco de Holanda. La misma trayectoria han tenido los vicepresidentes del organismo.
El Eurogrupo deberá decidir el candidato que propone al Consejo
Europeo en la reunión prevista para el próximo 19 de febrero. Al día
siguiente, el Ecofin (Consejo de Ministros de Economía y Finanzas)
adoptará formalmente la decisión que se elevará al Consejo Europeo en
la reunión del 22 y 23 de marzo. El Consejo Europeo, por
mayoría cualificada, elegirá para el puesto entre personas de reconocido
prestigio y experiencia profesional en asuntos monetarios o bancarios y
previa consulta al Parlamento Europeo y al Consejo de Gobierno del
Banco Central Europeo.
Si Guindos acaba aterrizando en el BCE, Rajoy deberá acometer el relevo de su ministro de Economía. El presidente, que considera la formación de Gobierno como algo "peor que un parto" (en sus propias palabras), debería elegir entre nombrar a un nuevo ministro externo al actual gabinete o remodelar el Consejo de Ministros para que Álvaro Nadal o Cristóbal Montoro asuma estas competencias. Ya lo hizo con Industria cuando José Manuel Soria dimitió, una cartera que precisamente asumió Guindos.
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