Robyn Denholm, así es la mujer que debe vigilar a Elon Musk al frente de Tesla

  • Experimentada directiva y especializada en finanzas, la nueva presidenta del fabricante de vehículos tiene un duro reto: controlar el barco.
Robyn Denholm será la nueva presidenta de Tesla.
Robyn Denholm será la nueva presidenta de Tesla.
Tesla

Forma parte de la cúpula de Tesla desde el año 2014. Es una directiva con dilatada experiencia en el sector de las tecnologías en Silicon Valley (Estados Unidos), pero con escasa repercusión entre el gran público. A partir de ahora, Robyn Denholm será la encargada de vigilar los pasos del consejero delegado y fundador del fabricante de vehículos eléctricos, Elon Musk. Ejercerá de contrapeso del excéntrico ejecutivo, en pleno proceso de autodestrucción. Su especialidad: los números. Llega al puesto sin ser una de las consejeras más cercanas al CEO y pese a admitir claramente ser una ‘outsider’ en el sector de la automoción, en el que sólo ha asumido roles vinculados a las finanzas.

Denholm (1963) nació en Australia. Criada en una familia dueña de una gasolinera en el país, estudió en la Universidad de Sydney y arrancó su carrera profesional en la consultora Arthur Andersen. Hasta ahora, además de consejera independiente de Tesla, era la encargada de dirigir todas las finanzas de Telstra Corporation, la Telefónica de Australia (el antiguo monopolio de las telecomunicaciones en el país), valorada en más de 23.000 millones de euros (36.000 millones de dólares australianos). Cuando llegó a ser ‘número 2’ y responsable de la estrategia, todos la señalaron como posible sucesora del presidente, Andrew Penn, diana de algunas críticas en los últimos años.

En el último año fiscal de la operadora, que concluyó el pasado mes de junio, la directiva logró sostener los ingresos en la barrera de los 26.000 millones de euros en un mercado como el de las ‘telecos’, muy estancado en su negocio y golpeado en los mercados bursátiles (se ha dejado más de un 18% en bolsa durante este año).

La directiva menos cercana a Musk

Ese cargo en la teleco australiana lo compatibilizará durante los próximos seis meses con el nuevo puesto como presidenta de Tesla. Aterriza después de que el propio Musk y la empresa pactaran con el regulador estadounidense (SEC) el nombramiento de un presidente, que sucediera al fundador y hiciera las veces de contrapeso.

El pacto se produjo después de la disputa por los tuits de Musk del 7 de agosto en los que lanzó la posibilidad de la salida de la bolsa de Tesla y de que contaba con fondos suficientes para la compra de las acciones. Es curioso pero la nueva presidenta formaba parte del comité especial formado por tres consejeros para analizar las posibilidades de esa operación de salida del mercado.

Denholm es una de las consejeras que menos vínculos tiene con Musk de un consejo plagado por personas muy cercanas al directivo (incluso uno de ellos es Kimbal Musk, su hermano y máximo accionista de la empresa). Y tendrá por delante la difícil tarea de controlar al ‘alma máter’ del proyecto, hacer que el consejo se convierta en una herramienta de vigilancia y ayuda en su gestión y trabajar codo con codo con él. No lo va a tener sencillo. “Trabajar con un extraño va a ser difícil; pero creo que la respeta y eso es importante”, aseguraba uno de los fondos accionistas de Tesla a The Wall Street Journal.

¿Quién tendrá en ese consejo? Además de Kimbal Musk, uno de los más señalados por los inversores más críticos, cuenta con James Murdoch, hijo del magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch; el independiente Brad Buss (exresponsable financiero de otra de las empresas de Musk, SolarCity), o los cercanos a Musk Antonio Gracias o Steve Jurvetson.

Un pasado también vinculado a Silicon Valley

Además de su puesto en Telstra, Denholm tiene también un pasado en Silicon Valley. Primero en Sun Microsystems, uno de los iconos de este ecosistema estadounidense como fabricante de chips y software. Allí aterrizó tras diez años entre números en el grupo automovilístico Toyota (su primera y gran experiencia previa en tareas ejecutivas en el sector del motor) donde desarrolló diferentes roles vinculados con las finanzas hasta convertirse en vicepresidenta de Planificación Estratégica.

En 2007 aterrizó como responsable financiera de la californiana Juniper Networks, dedicada al desarrollo de sistemas de redes y seguridad y competidor de compañías como Cisco Systems. Allí, en 2014, tuvo que afrontar un recorte del 6% de la plantilla del gigante tecnológico. Y también tuvo que capear la presencia de lo que se conoce como un ‘inversor activista’, un accionista que aterriza en la empresa con la exigencia de cambios drásticos en la gestión.

Ahora, Denholm debe presidir un barco que, aun sin un inversor activista, ha vivido en una convulsión absoluta durante los últimos meses. Problemas económicos con la gestión de su deuda; retrasos en la producción de sus modelos, patinazos en público de su consejero delegado… La de los números será una de sus grandes batallas. Y lo dejaba claro en su declaración de este jueves: “Ayudaré para lograr una rentabilidad sostenida y lograr a largo plazo un valor para el accionista”. Muchos frentes por delante para esta experimentada directiva.

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