Antes de que Manolo Blahnik y Christian Louboutin se convirtieran en los dos diseñadores de referencia del mundo del calzado, Roger Vivier revolucionó su diseño. No sólo inventó el tacón 'stiletto', sino que calzó a algunas de las personalidades más icónicas del siglo XX: desde la Reina Isabel II en su coronación, pasando por la cantante y actriz Joséphine Baker, hasta Catherine Deneuve en la película 'Belle de Jour'. Décadas después, ya sin el romanticismo de la iconografía, Roger Vivier desembarca en España.
La mítica enseña francesa abre sucursal de la mano de su actual dueño, el grupo Tods, una de las grandes corporaciones italianas del mundo de la moda y el calzado. Controlada por el magnate Diego della Valle, Tods es dueña de marcas como Hogan o la textil Fay y ronda una facturación anual próxima a los 1.000 millones de euros.
Abrir sucursal es el primer paso. Roger Vivier España comenzó sus operaciones el pasado 4 de mayo con la creación de una filial destinada a la comercialización de todo tipo de marroquinería (calzado, bolsos, cinturones…). Estará localizada en la calle Hermosilla de Madrid, en pleno barrio de Salamanca.
Por el momento, no hay fecha prevista para la apertura de la que podría ser un primera tienda europea fuera de Francia. La comercialización de sus diseños, ya sea en locales propios o a través de un socio (por ejemplo, con 'corners' propios en establecimientos como El Corte Inglés) será, previsiblemente, el siguiente movimiento.
El imperio Tods
Al frente de Roger Vivier España está Emilio Macellari, consejero delegado del grupo Tods. Una compañía que, además, está inmersa en un proceso de sucesión. Su presidente, Diego della Valle, asumió hace unos días que va a dar un paso atrás, aunque la presidencia quedará en la familia porque pasará a manos de su hermano Andrea.
Tods es uno de los gigantes del calzado y la moda italiana, aunque sus ventas han caminado a la baja en los últimos años. En el ejercicio 2017 ingresó 963,3 millones de euros, un 7% menos que dos años antes. Y, de esa cifra, algo más del 18% lo aportó Roger Vivier. También se ha reducido su beneficio que, en estos dos ejercicios, se ha recortado desde los 92,1 a 69,4 millones de euros.
La compañía italiana desembarcó en el accionariado de Roger Vivier a finales de 2015. Pagó por ello 415 millones. No era una desconocida porque ya controlaba los derechos para comercializar la marca.
En los últimos años, además de cambiar de control accionarial, la compañía también ha cambiado de responsable creativo. Tras el fallecimiento de Vivier en 1998, el diseño pasó a manos de Bruno Frisoni y, desde este año, a Gherardo Felloni.
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