Mercadona paga un 21% por Sociedades

Roig aporta 1.900 millones al Estado en plena pugna por los impuestos a lo ricos

El presidente de la cadena asegura que su problema ahora es de calidad, no de precios, y se conjura para mejorar en lo posible la creación de 'colmenas' y la aportación del comercio online a su negocio. 

Juan Roig Mercadona
Roig aporta 1.900 millones al Estado en plena pugna por los impuestos a lo ricos.
MERCADONA

Cuando más enconado está el tema de los 'impuestos de los ricos' atacados desde la izquierda radical personificada en Pablo Iglesias, y con una reforma fiscal exprés para que la ministra María Jesús Montero haga que ninguna de las grandes empresas del país pague menos del 15% en el Impuesto de Sociedades, el presidente de Mercadona, Juan Roig, dejó muy claro este martes al presentar los resultados que su empresa que paga por ese tributo un tipo efectivo del 21%. El discurso clásico del líder de la primera cadena de supermercados de España es del “estar orgullosos de pagar impuestos, pero los que toca, no más”, sobre todo cuando dirige un colectivo de 95.000 trabajadores en la Península Ibérica, a los que paga en España una media de 1.198 euros de salario neto cuando entran a trabajar y 1.488 a los cuatro años de antigüedad.

Todos esos datos avalan a Mercadona para presentar cada año la metodología utilizada por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) sobre la contribución tributaria que la cadena hace al país, como pagador y como recaudador, que se colocó en 2020 en más de 1.900 millones de euros. El 21% del Impuesto de Sociedades fueron el año pasado 364 millones para el Fisco, a los que ese cálculo realizado añade 766 millones de cotización empresarial a la Seguridad Social, 263 millones de IVA, 387 millones en retenciones de sus trabajadores por el IRPF y otros 150 millones más de la aportación social del trabajador. De esa suma –“que nadie va a destacar mañana pero que a mí me gusta poner sobre la mesa”, reprochó Roig-, 1.901 millones fueron dinero de las arcas españolas y 32 millones de las portuguesas, donde la cadena está en plena expansión.

Después de un año de pandemia que pilló desprevenido y sin saber qué hacer a todo el mundo en marzo de 2020, la correlación que Roig suele hacer de la aportación total que la empresa “comparte” con las arcas públicas cada año cobra una especial relevancia ahora, porque con ese dinero es con el que en este país podemos tener “un sistema público de justicia, una sanidad universal que nos ayude con el virus y una formación también universal”, explicó el líder de la cadena de supermercados. “Otra cosa es cómo se gestiona todo ese dinero”, remató, sin querer criticar a los gestores públicos.

De Hacendado a las ‘colmenas’

A pesar del sorprendente reconocimiento de que su marca propia, Hacendado, necesita más calidad para afrontar un mercado cada día más competitivo y con muchas referencias de productos válidos y a buen precio, desde el grupo valenciano se saca pecho al defender los productos españoles de origen, que son el 85% de todo lo que vende y que implican a un colectivo de más de 661.000 personas en toda España, el 3,9% del empleo total del país.

La empresa apostó hace años por la figura de los ‘totaler’, los proveedores especializados de productos que ya son un colectivo de 1.400, frente al modelo de interproveedores por sectores que tenían antes (apenas 120) y que no cumplía las exigencias del cliente actual, más informado, capaz de hacer una mayor diferenciación por marcas de lo que compra y que quiere tener las mejores opciones para elegir. La apuesta de Mercadona por su enseña de referencia, Hacendado, siempre ha limitado en gran medida la variedad de marcas en sus lineales, de forma que la única manera de hacerla valer ante ese nuevo consumidor es ofrecerle lo mejor en calidad y precio, a partir de la innovación que la cadena sea capaz de aportar a los productos que le traigan sus ‘totaler’ desde cualquier parte del mundo.

Y esa sigue siendo la apuesta todavía, casi una década después de que se iniciara el cambio de modelo, en 2012. “Nuestro problema ahora no es el precio, es la calidad, tenemos que ser capaces de presentar los mejores productos al mejor coste posible, pero no vamos a entrar en una guerra de precios”, aseguró ayer Roig, tras quejarse hasta en tres ocasiones en la necesidad de aportar más de esa calidad a Hacendado.

Esa preocupación sigue pareja a la necesidad de aumentar el volumen del comercio electrónico, una vez que se ha dado con un sistema a partir de ‘colmenas’, con el que parece que ya se ha logrado no perder dinero. El problema es que todavía son pocas esas 'colmenas' de venta online de Mercadona y su facturación es apenas el 1% de sus ventas totales, aunque llega a alcanzar el 4% en las capitales donde hay ‘colmena’: Valencia, Barcelona y la que se abrió en 2020 en Madrid. 

Roig admitió que este año pasará sin nuevas aperturas de este tipo, tras gestionar el año pasado 1,2 millones de pedidos, con 1.486 personas dedicadas a este ámbito y una facturación de 176 millones, cifras que están muy lejos de los principales datos del grupo. “La página web de los lugares donde hay ‘colmenas’ es muy buena, pero la otra sigue siendo como dije hace años y no quiero repetir”, espetó. 

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