La Policía alemana detiene al presidente de Audi por el escándalo del diéselgate

  • La Fiscalía alemana incluyó a Rupert Stadler entre los sospechosos de fraude y publicidad falsa por el caso de las emisiones del grupo Volkswagen
Rupert Stadler durante una rueda de prensa en la sede de la compañía en Ingolstadt (Alemania)
Rupert Stadler durante una rueda de prensa en la sede de la compañía en Ingolstadt (Alemania)
EFE

El escándalo del diéselgate sigue coleando. El consejero delegado de Audi, Rupert Stadler, ha sido arrestado en la mañana del lunes por el escándalo de las emisiones contaminantes. El directivo alemán, uno de los pocos que quedaban en la cúpula del grupo Volkswagen, ha sido detenido por las autoridades alemanas. El portavoz de la compañía, según recoge Reuters, ha confirmado que "Rupert Stadler fue arrestado esta mañana. La audiencia para determinar si va a ser retenido está en curso ", señalando que la presunción de inocencia debe aplicarse en este caso. 

La Fiscalía alemana incluyó al presidente de la firma de los cuatro aros entre los sospechosos acusados de fraude y publicidad falsa por el escándalo de las emisiones de vehículos diésel del grupo Volkswagen. Además, la semana pasada registró el apartamento de Stadler y aseguró que está investigando a 20 sospechosos, entre los cuales también se encuentra otro miembro actual de la junta directiva de Audi.

Los fiscales alemanes aseguraron que todos los sospechosos están siendo investigados por presunto fraude y publicidad falsa y por su papel en ayudar a comercializar vehículos con software ilegal en el mercado europeo.

La Fiscalía sospecha que Audi, cuya sede se encuentra en la ciudad de Ingolstadt, al sur de Alemania, vendió en EEUU y Europa a partir de 2009 unos 220.000 vehículos equipados con el software. Las investigaciones contra Audi, donde la Policía llevó a cabo redadas en su sede central y en la fábrica de Neckarsulm en 2017 y este año, son también por publicidad engañosa.

La Fiscalía de Braunschweig, encargada del caso Volkswagen, impuso la semana pasada una multa de 1.000 millones de euros por la manipulación de las emisiones de gases en motores diésel al grupo automovilístico alemán Volkswagen, que la ha aceptado y que no recurrirá.

De este modo concluye el proceso para Volkswagen, que esperaba la semana pasada que tuviera "efectos positivos notables" sobre otros procesos que el grupo y sus filiales tienen en otros países de Europa.

La Justicia alemana considera probado que, desde mediados de 2007 y hasta 2015, se produjeron incumplimientos de verificación que permitieron que Volkswagen equipara 10,7 millones de vehículos con el motor diesel EA 288 de la tercera generación en EEUU y Canadá y con el motor EA 189 con una función de software ilegal, que se vendieran y que entraran en circulación.

El consejo de supervisión de Volkswagen se reunirá esta tarde. Las acciones de la compañía bajan a media jornada en la Bolsa de Fráncfort un 2%, hasta 157,82 euros.

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