Sabadell asume el golpe: TSB ha costado "un dineral" y "noches sin dormir"

  • La entidad reconoce que los resultados de 2018 van a estar "muy condicionados" por los problemas de la migración tecnológica de su filial británica.
Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell
Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell
BANCO SABADELL - Archivo

El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, ha afirmado este lunes que los resultados de 2018, que la entidad presentará en los próximos días, estarán "muy condicionados" por los problemas de la migración tecnológica de su filial británica TSB, que costó "un dineral" y "muchas noches sin dormir".

El cambio de sistema informático de TSB, que el Sabadell llevó a cabo en abril del pasado año, ha supuesto un verdadero quebradero de cabeza para el banco español, que ha tenido que hacer frente a un coste derivado de este incidente de 226 millones de euros, muy superior al estimado inicialmente.

En la ya tradicional conferencia de inicio de año en la Cámara de Comercio de Sabadell, Oliu ha explicado que la migración informática de TSB fue un riesgo que tenía que asumir la entidad y que resultó "un poco arrugado", ya que decenas de miles de clientes británicos tuvieron durante días problemas de acceso a la aplicación digital. Estas incidencias llegaron incluso al Parlamento británico y se saldaron con la dimisión del entonces consejero delegado de TSB, Paul Pester.

"Sudor y dolores de cabeza"

Oliu ha recordado que el Sabadell había realizado hasta entonces 17 migraciones tecnológicas con éxito, pero que en el caso de TSB surgieron problemas que no habían tenido antes.

"La plataforma nos ha costado sudor, dolores de cabeza y muchas noches sin dormir", ha afirmado Oliu, que ha apuntado que el banco puso todos los esfuerzos necesarios y al final fue capaz de solventar las incidencias.

El presidente del Sabadell ha reconocido asimismo que los problemas tecnológicos de TSB han sido "un lastre" que la entidad ha arrastrado durante toda la segunda mitad de 2018 y que afectará también a las cuentas del último ejercicio.

"Los resultados estarán muy condicionados por los extracostes de la migración de TSB, nos habrá costado un dineral", ha asegurado el directivo. Pese a estos problemas, Oliu ha destacado que TSB cuenta ahora con una plataforma tecnológica "de última generación" y que la entidad tiene una gran capacidad de generación de valor en los próximos dos o tres años.

El Reino Unido es el mercado que más preocupaciones está generando al Sabadell en los últimos meses, tanto por TSB como por la incertidumbre de qué pasará con el 'brexit'. Oliu ha comentado, en este sentido, que Banco Sabadell decidió invertir en Reino Unido porque pensaba que era un país "sólido" y "previsible", aunque la situación se empezó a complicar con el referéndum y ahora con el 'brexit', "un enredo político y económico muy importante".

Ha tildado este proceso como "un culebrón" y ha dicho que nadie sabe cómo acabará. Lo que sí es cierto, ha agregado Oliu, es que en el Reino Unido están actualmente "empantanados" con este tema, que afecta especialmente al Sabadell, que tiene una cuarta parte de su negocio en el país. Tras un 2018 bastante "enrarecido" y "complicado" por estas y otras cuestiones, Josep Oliu afronta el nuevo año con optimismo, aunque con la vista puesta en algunos factores de riesgo, como el efecto de la política de Donald Trump, el populismo o la revolución digital.

"En 2018, desde el punto de vista económico normal, el banco ha hecho un ejercicio excelente en España y México. Ahora no tenemos el riesgo inmobiliario ni tampoco el de la migración de TSB, así que este año hay menos riesgos", ha indicado el máximo responsable del Sabadell.

En España, Oliu prevé que el PIB siga creciendo, aunque de forma más moderada, y estima que los tipos de interés empezarán a repuntar en el primer trimestre de 2020, después de nueve años estancados.

Oliu también ha descartado tajantemente que España viva una burbuja inmobiliaria, ya que el sector se encuentra en un período expansivo y aún hay déficit de oferta de obra nueva en ciudades como Barcelona, Madrid y alrededores. "No hay ningún peligro", ha resaltado.

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