Jornadas maratonianas

Banco Sabadell da su brazo a torcer para cerrar un acuerdo del ERE 'in extremis'

Los sindicatos confían en lograr, al menos, un preacuerdo este viernes. En cambio, es más que probable tener que esperar a la semana entrante para desarrollar, redactar y sellar el pacto definitivo. 

Banco Sabadell
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Europa Press

Cuenta atrás para cerrar el tercer gran Expediente de Regulación de Empleo (ERE) bancario en 2021. Solo queda la jornada de este viernes para que Banco Sabadell y los sindicatos se pongan de acuerdo en las condiciones en las que saldrá el porcentaje de excedente de plantilla que también sigue en el aire. En caso contrario, quedarán abocados a ampliar el plazo legalmente establecido y a fijar encuentros adicionales. Durante el jueves las conversaciones dieron un giro de guion, sobre todo a primera hora de la mañana, por lo que las impresiones son ahora más optimistas. Los representantes de los trabajadores confían en poder alcanzar un preacuerdo en esa última cita, aunque dan por hecho tener que volver a verse las caras la próxima semana para desarrollar, redactar y sellar el pacto definitivo

Las reuniones han estado marcadas por el inmovilismo de ambas partes y hasta hace unos días los trabajadores hablaban de que las posturas estaban muy alejadas. Pero el afán por desencallar la mesa de negociación llevó a Banco Sabadell a ceder en sus pretensiones 'in extremis', dando un empujón a favor de las solicitudes de los sindicatos. De hecho, la última propuesta que la entidad ha comunicado en la octava y penúltima cita programada ha sido crucial para que la plataforma laboral comenzara a hablar por primera vez de avance en las negociaciones. 

Precisamente este mayor acercamiento llevó a los sindicatos a enviar una circular urgente para desconvocar la huelga y las concentraciones que estaban previstas para este viernes sin apenas haber terminado la reunión del jueves, que se prolongó hasta altas horas de la noche. A esas movilizaciones pensaban unirse los trabajadores de CaixaBank, que habían prometido batallar en cualquier parón que se convocase con ánimo de mostrar su apoyo a los compañeros del sector. 

Banco Sabadell lanzó su plan de ajuste con la intención de deshacerse de 1.936 personas. Para los sindicatos desde un principio esta cifra era inaceptable. El grupo compartió con los empleados hace unas semanas el informe técnico en el que exponía la necesidad de ejecutar el despido colectivo por problemas estructurales. En cambio, los sindicatos aseguran que el grupo ha contratado a unas 600 personas desde 2020, más de la mitad en lo que va de 2021. Por ello tenían claro que esas necesidades a las que se agarraba no tenían sentido. 

Bloqueo en el número de salidas y en las condiciones económicas para las bajas incentivadas, una palanca clave para evitar los despidos forzosos

Poco a poco, y como es habitual en este tipo de procesos, el número de afectación se ha ido rebajando. La entidad ha ido corrigiendo su objetivo inicial y, según la última propuesta, los puestos redundantes se han fijado en 1.440. Son casi 500 empleados menos de los inicialmente anunciados, aunque para la representación laboral aún no es suficiente, ya que este número no evitaría la aplicación forzosa de salidas. CCOO calcula que un ERE para 1.300 personas es el que garantizaría la voluntariedad total. Las próximas horas serán decisivas. Además, entienden que lo más factible sería establecer un número de despidos mínimos para este año y una cifra máxima que se pudiera periodificar durante los próximos dos años, en lugar de deshacerse de la totalidad de los empleados en el primer trimestre de 2022 como quiere la entidad. 

También se ha encauzado ligeramente el asunto de las condiciones económicas, si bien continúa siendo, junto al número de afectaciones, un escollo. En las prejubilaciones ha reculado hasta proponer una cifra cercana al equivalente del 75% del proceso de salidas voluntarias que el banco llevó a cabo en el primer trimestre del año. El problema es que hace apenas unos meses el grupo de personas prejubilables se ha 'descargado' tras la salida de 1.800 empleados por esta vía. Por ello, el aliciente es un buen plan de bajas incentivadas. Los sindicatos han acogido con buenos ojos que el banco capitaneado por César González Bueno haya aceptado incorporar primas desde 5.000 a 20.000 euros según la antigüedad para los menores de 50 años. 

Sin embargo, las indemnizaciones planteadas por el banco catalán todavía son decepcionantes para la plantilla. "Se deben dar palancas para que la gente se suba a las bajas incentivadas", ha señalado un portavoz de uno de los principales sindicatos presente en las reuniones. El representante laboral niega que se vaya a firmar un acuerdo con las condiciones económicas actuales porque están lejos de las que se han firmado en los ERE más recientes de otras entidades financieras. 

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