El Sabadell cerró un primer trimestre de crecimiento en medio de la inestabilidad política que le obligó a mover la sede social a Alicante en el otoño y pese al revés en Reino Unido, donde el retraso en la plataforma informática ha causado pérdidas a la filial. El beneficio neto se incrementó un 32,8%, hasta 259,3 millones de euros, y conforme a sus cuentas mejoró en cuota de mercado frente al resto de la banca en el ahorro gestionado de clientes en cuentas y depósitos al reforzar su porción de la tarta del 6,00 al 6,10%.
Según el desglose de datos presentado a la CNMV, el ahorro de clientes en balance, que recoge exclusivamente las imposiciones y excluye sus aportaciones a otros productos como seguros o fondos de inversión, creció un 3% en España de forma interanual (al 2,4% si se incluyen los negocios internacionales en México o Reino Unido). El saldo escaló entre marzo de 2017 y marzo de 2018 desde 95.430 millones a 98.283 millones -en diciembre se situaba en 97.686 millones-.
El avance descansa en un incremento del 11,6% del dinero en cuentas a la vista porque los depósitos a plazo descienden un 14%, en línea con el resto del sector porque la escasa o casi nula remuneración que se ofrece a estos productos alienta la movilización del ahorro a libretas a la vista o productos de riesgo de inversión.
La entidad presidida por Josep Oliú atribuye la mejora de la cuenta al empuje del negocio con clientes y sus ingresos, ya que la rúbrica de margen de intereses donde recoge lo que rentan los créditos menos el coste de remunerar el ahorro más la recaudación por comisiones aumenta un 3,8% interanual.
Caos en la plataforma digital en Reino Unido
La buena evolución en la última línea de la cuenta se explica intégramente en España, donde el beneficio crece un 129,6% y alcanza los 303,1 millones gracias a que la rúbrica de dotaciones se reduce en un 52,2%. Al resultado del grupo le pasa factura los 43,4 millones en 'números rojos' presentados por la filial británica por la alta factura encajada con el retraso de seis meses en la puesta en marcha de su plataforma tecnológica, que le ha obligado a pagar a Llodys una elevada factura por apoyarse en la suya.
El banco TSB había sumado 4,1 millones de ganancia en el trimestre de 2017 comparable y ahora le lastra el ver dispararse un 42% la partida de gastos por dicha factura -la rúbrica no recurrente de costes resta a la cuenta 73,7 millones de euros-.
La deconexión y puesta en marcha de la plataforma propia tuvo lugar el pasado fin de semana con acusados incidentes para clientes, algo que tuvo que salir a explicar su cúpula. Ha supuesto la migración de más de 1.300 millones de datos. Según dijo hoy la entidad, sin embargo, desde el primer momento ha dado servicio con normalidad a oficinas y cajeros garantizando la continuidad operativa, la integridad de los datos y la seguridad tecnológica.
Sin embargo, ha admitido que el pasado lunes surgieron incidencias en el acceso a la banca digital que motivaron la necesidad de desconectar el servicio online y la aplicación móvil sobre las 11 horas del martes para realizar los necesarios ajustes tecnológicos.
La interrupción del servicio ha afectado a los clientes y ha provocado "una reacción negativa en el Reino Unido, que ha exigido explicaciones públicas", pero el banco ha indicado que desde las 3 horas del miércoles, el servicio quedó restablecido, aunque fue necesario gestionar el elevado tráfico acumulado en estos canales, y la normalidad quedará restablecida progresivamente en los próximos días.
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